I wonder why
I wonder why
Revise por última vez los datos que se me habían entregado en la base de datos. Justo en esta mañana, llego a mis manos un aviso de que un jugador solicitaba de mis servicios para conseguir ciertos objetos que se podían obtener por medio de la cacería. Lo que más me extrañaba era que, al ver sus datos dentro del juego, se trataba ni más ni menos de un jugador cuya clase era “Warrior”. La pregunta era ¿Por qué un jugador de esas capacidades brutales solicitaba la ayuda de un programa como yo? Fácilmente un personaje de sus parámetros podría conseguir esos objetos en cuestión de minutos. Supongo que no tendría todas las respuestas ahora, tomando en cuenta de que simplemente tenía su nombre de usuario y clase de personaje, tampoco podía afirmar que se trataba de un Warrior recién documentado en el tema. Finalmente, leí el lugar y la hora de encuentro para terminar de guardar toda la información, soltando un cansado suspiro.
– No me queda de otra, supongo – Un suave murmullo se coló entre mis labios mientras comenzaba a caminar en dirección al lugar acordado, en la entrada principal de la ciudad.
Tengoku era un lugar enorme, seguramente los diseñadores se esmeraron demasiado en crear todo el panorama. Cada personaje no jugable estaba vestido y ambientado al mejor estilo oriental… Y además, era el lugar donde había “nacido”, técnicamente. Procuraba siempre caminar entre la gente con una capa oscura cubriendo mi cabeza y cuerpo, asegurando ocultar mi rostro, pues si los guardias me encontraban… Seguramente me llevarían a palacio. Y por fin me detuve en la entrada de la gran ciudad, custodiada por dos hombres de turno. Observe a mí alrededor, a la espera del jugador que habría solicitado mis servicios. Tras no ver a nadie, suspire y tome asiento en el suelo. Bueno, supongo que era solo cosa de esperar.
– No me queda de otra, supongo – Un suave murmullo se coló entre mis labios mientras comenzaba a caminar en dirección al lugar acordado, en la entrada principal de la ciudad.
Tengoku era un lugar enorme, seguramente los diseñadores se esmeraron demasiado en crear todo el panorama. Cada personaje no jugable estaba vestido y ambientado al mejor estilo oriental… Y además, era el lugar donde había “nacido”, técnicamente. Procuraba siempre caminar entre la gente con una capa oscura cubriendo mi cabeza y cuerpo, asegurando ocultar mi rostro, pues si los guardias me encontraban… Seguramente me llevarían a palacio. Y por fin me detuve en la entrada de la gran ciudad, custodiada por dos hombres de turno. Observe a mí alrededor, a la espera del jugador que habría solicitado mis servicios. Tras no ver a nadie, suspire y tome asiento en el suelo. Bueno, supongo que era solo cosa de esperar.
Kyung Soo Mi- Program
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Re: I wonder why
Todo lo contrario a un rostro simpático y a una personalidad extrovertida, de camino bien cerrado y firme, iba desplazándose por la ciudad el pelirrojo muchacho, el cual portaba de un físico y una altura que podían ser fácilmente reconocidos a la distancia. Alguna que otra persona siempre le pedía que le acompañase a alguna búsqueda o simplemente, intentar descifrar lo poco misterioso pero muy serio de su personalidad. Claro, Dantalian era un muchacho sumamente taciturno y por sobre todo, solitario, aunque pero por esta vez, no había remedio y necesitaba una ayuda, al menos mínima. Fue por ello que contrató los servicios de esta muchacha.
Por lo bajo, soltó un suspiro… ¿Por qué había elegido un lugar así para el encuentro? Tan enorme, tan libre quizá pero con… tantas personas. Así solamente se le haría más difícil completar su tarea. Por si se lo preguntan, él no era de querer hacer amigos o compañías, solamente quería… terminar el juego, o eso parecía. Lo cierto, y que le costaba aceptar, era que todavía era nuevo en este mundo, por lo cual muchas veces solía perderse sin más y para su desagradable suerte, requería de ayuda para dar con el lugar en cuestión. Ignorando eso, por la poca estadía allí, su progreso fue algo grande.
Fue entonces, que le llamó la atención una persona que rondaba por el lugar, encapuchada y de un paso como si estuviese ocultando su identidad. No podía ser otra… Al menos, esa fue una de las pistas como condición de encuentro de aquella con él. Así que, de manera objetiva y rectilínea fue caminando hacia aquella muchacha, que no dudó en darle un pequeño toque en su espalda.
- Tú.-
Fue lo único que dijo con una voz firme, apoyó un dedo en el hombro de la ajena para retirarlo con suavidad, y que a su parecer, tenía un cuerpo bastante frágil y por momentos pensó que podía quebrarla o algo así, (sí, bien exagerado el pensamiento). Bajó apenas su mirada para observarla, y se mantuvo callado, esperando instrucciones o lo que sea que esta muchacha se propusiera a darle, y sin más, se cruzó de brazos.
Por lo bajo, soltó un suspiro… ¿Por qué había elegido un lugar así para el encuentro? Tan enorme, tan libre quizá pero con… tantas personas. Así solamente se le haría más difícil completar su tarea. Por si se lo preguntan, él no era de querer hacer amigos o compañías, solamente quería… terminar el juego, o eso parecía. Lo cierto, y que le costaba aceptar, era que todavía era nuevo en este mundo, por lo cual muchas veces solía perderse sin más y para su desagradable suerte, requería de ayuda para dar con el lugar en cuestión. Ignorando eso, por la poca estadía allí, su progreso fue algo grande.
Fue entonces, que le llamó la atención una persona que rondaba por el lugar, encapuchada y de un paso como si estuviese ocultando su identidad. No podía ser otra… Al menos, esa fue una de las pistas como condición de encuentro de aquella con él. Así que, de manera objetiva y rectilínea fue caminando hacia aquella muchacha, que no dudó en darle un pequeño toque en su espalda.
- Tú.-
Fue lo único que dijo con una voz firme, apoyó un dedo en el hombro de la ajena para retirarlo con suavidad, y que a su parecer, tenía un cuerpo bastante frágil y por momentos pensó que podía quebrarla o algo así, (sí, bien exagerado el pensamiento). Bajó apenas su mirada para observarla, y se mantuvo callado, esperando instrucciones o lo que sea que esta muchacha se propusiera a darle, y sin más, se cruzó de brazos.
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