[Evento] Raid Boss: The Destroyer

La tranquilidad que el café en Lorie le estaba dando fue irrumpida por un mensaje global de un llamado a una gran cantidad de jugadores para asistir a lo que pensó sería una masacre en masa, su calma no se vio alterada aun después de que esta era una gran oportunidad para tener un poco de diversión a estar solamente sentada tomando café y ver a jugadores y programas pasar. Terminó con pequeños sorbos su café y se dispuso a levantarse de la silla para encaminarse al teletransportador más cercano e ir a donde el mensaje indicó, Sorel, la ciudad abandonada que ya no lo era. Cuando llegó se llenó de curiosidad al ver el cambio tan radical en el paraje, según tenía entendido era una ciudad abandonada y ahora ¿Era un volcán? Sinceramente, el terreno donde se efectuaría la batalla no era nada favorable por esas grietas mismas que se debían esquivar lo que dificultaba los movimientos de jugadores ágiles como ella. El paraje pasó a segundo plano cuando levantó el rostro y vio al tremendo enemigo en la cima más alta por lo que suspiró y torció un poco su boca con completo desagrado. — ¿Por qué esta clase de eventos tienen que ser una masacre? — Si bien no iba a ser fácil no iba a dejar pasar la oportunidad de formar parte de algo tan excitante como esto y su deseo por la caza de monstruos la invadió por completo al punto de hacerla sonreír con satisfacción, pareció disfrutar de lo que se avecinaba y realmente lo empezó a hacer.

Del interior de sus mangas cayeron su par de pistolas, Chesed y Geburah, y las sujetó con firmeza, su rostro sonriente no se desvaneció ni por un segundo mientras el resto de los jugadores y programas iban tras el enorme enemigo sin si quiera esperar a una estrategia, a ellos solo les esperaba el Game Over así que su estrategia era esperar en la lejanía, observando dentro de todo el escenario a los jugadores prometedores. La emoción por este tipo de juegos la invadió y la motivó a quedarse, de pie en su lugar moviendo sus ojos de un lugar a otro y de vez en cuando para observar a su objetivo en aquella cima que también aparentó esperar. — Como desearía que ellos estuvieran aquí, seguro también lo disfrutarían tanto como y como decía Silph...Entre más grande, más rápido caen. — En sus dedos giró ambas pistolas y las elevó al nivel de su pecho apuntando al cielo, preparándose para lo inevitable, el enfrentamiento, solamente necesitaba una señal, una pequeña señal que los mismos jugadores le darían y ella de inmediato apoyaría.

Preparó a Chesed y Geburah, Chesed con balas de elemento agua y a Geburah con elemento luz, la simple lógica al ver al boss la llevó a tal resolución, su piel de magma por ahora indicaron dos cosas, elemento fuego y una posible raza demonio, nada fuera de lo común. De pronto, algo llamó su atención o mejor dicho, alguien que golpeó una roca y se escondió detrás de ella para esperar, lo mismo que hacia ella pero de una manera más sutil y de nuevo sonrió, más amplio, le agradó el estilo de aquel jugador así que caminó con paso lento hacia él aprovechando la distracción de los jugadores que se aventaron sin más. Se sentó a su lado mientras lo observó con ese rostro lleno de emoción pero a la vez calmado. — Me agrada tu estilo ¿Te parece si acabamos con esa bestia? — Dijo de manera amable y tranquila con la esperanza de que aceptara una alianza pues alguien especializado en ataque cuerpo a cuerpo necesitaba que alguien le cubriera la espalda y por ahora ella era su única opción.

En Lorie le golpeó en toda la cara un volante que surcaba los cielos, casi ahogándola. Cuando se lo quitó con disgustó de la cara, algo en este le llamó la atención. Leyendo lo que traía consigo, se dio cuenta de la catástrofe que acontecía en Sorel y la cual no poseía tanto tiempo de haber sucedido. Vaya, cómo corrían tan rápido ese tipo de cosas. Ante el llamado de que una criatura peligrosa, llamado The Destroyer, aparecería en Sorel, temió que fuese un fragmento de Gamchicoth afectado a una criatura. Eso supuso debido a la naturaleza repentina y extraña de la aparición.

Una vez en Sorel, pudo apreciar que muchas personas se unían a la batalla contra esa criatura que no lograba identificar. La aparición de The Destroyer no se debía a Gamchicoth, sino a una mujer de cabellos cenizos que lo había traído, aparentemente. Inmediatamente tomó su vara y la desplegó, sosteniéndola firmemente con ambas manos. Si bien no podía atacar como Knights o Warriors, ella serviría como soporte. Es lo más que podía hacer, y por consiguiente, no sería menos. Debido a su propia naturaleza, por obviedad, se mantuvo lo suficientemente aleja de la criatura, pero lo adecuadamente cerca para poder castear y hacer soporte a los otros guerreros al estar detrás de una roca.

El aire era sofocante, especialmente con el cambio de escenario. El fuego... Ah, podía sentirlo tan cerca, penetrándole ligeramente los ojos esmeralda; no obstante, débil como para quemarle o provocarle un desmayo. Igual, eso no le detendría. Ya no había vuelta atrás. Se quedaría hasta el final. Bien, ahora estaba esperando a que más personas llegasen, porque muchos habían sido asesinados, especialmente en el cambio de escenario. Dicho sea de paso, esencialmente esperaba por el primer movimiento de la criatura y, a los guerreros que sirvieran como tanque y al resto que fuese a atacar. Entendía que, en ese instante de tranquilidad y el preludio a una cruel masacre, los demás que crearon parejas o tríos estaban entablando estrategias. Al menos no estaba sola en esto, cuando viró la cabeza y lejano a ella pudo avistar a dos personas: una mujer y un hombre — Por favor, que termine rápido.

Estaba hecho, un miembro digno para crear un equipo y acabar con esta bestia de una vez por todas. Con el grito que dio y el hacerlo en plural la hizo levantar la ceja izquierda con incognita y no tuvo más remedio que buscar al otro u otra que no tardó en visualizar. Una chica de cabello naranja no muy lejos de ellos y esperaba que se haya dado cuenta de que el chico ya la había incluido en el equipo. Realmente estaba recordando viejos tiempos con sus amigos hasta el punto de perderse un poco en esos pensamientos pero gracias a la habilidad que el chico a su lado exclamó la despertó de aquel trance, al parecer le había puesto una habilidad que aumentaba su resistencia lo cual sería de gran ayuda. No esperó a que el hiciera lo mismo con ella, estaba conciente de que algunas habilidades necesitaban "enfriarse" para volver a ser casteadas así que se mostró despreocupada ante el hecho. La siguiente frase fue dirigida a ella y volteó a verlo a los ojos con esa sonrisa segura y a la vez amable, sintió la emoción correr por su cuerpo en cuanto preguntó si estaba lista, esa emoción que la motivaba a cazar hasta el más peligroso y fuerte de los enemigos por lo que Destroyer era una de esas tantas presas que estaba acostumbrada a atacar y destruir.

Exageró un poco el pensar que acabarían pronto puesto que no estaba observando el actual panorama de los rugidos que emitía la enorme bestia. Tan solo bastó una pequeña mirada por encima de las rocas donde se cubrían antes de responderle algo cuando se dio cuenta de la horrible realidad ¡Estaban huyendo! Ya sea desconectándose o apresurando el paso como les fuera posible y aquellos cobardes recibieron lo suyo. La bestia se movió de tal modo que se elevó para acabar con todos aquellos que intentaban alejarse de la zona...Ella solo suspiró más su respuesta no cambiaría en lo absoluto fuera el resultado que fuera, así que volvió a sonreír y miró al chico de cabellos rubios cuando su semblante cambió drásticamente a uno más serio, ese ultimo rugido la hizo estremecer y el efecto vino después, un efecto tan molesto como tener una astilla en el dedo gordo del pie...-25% de ataque y ella aun sin poder darle una respuesta... — Ok, esto se pone interesante ¿No lo crees, cariño? — Volvió a curvar sus labios con esa seguridad sin mirarlo, tan solo sujeto firmemente sus armas al tiempo que acomodó sus pies para poder ponerse de pie en cuanto el diera la señal. — Creo que no es necesario decir que estoy lista. Cuando quieras. — No existía mejor sensación que la emoción antes de iniciar una batalla.

Abrió de par en par los ojos al sentir cómo una extraña energía le rodeaba. Al instante se sintió vigorizada, y con más energía mágica. ¿Acaso habría sido una de las otras personas que había visto hace un rato...? Viró el rostro para confirmarlo, y así fue. A medida que el hombre de cabellos rubios, con típica ropa de caballero, bajaba aquel brazo que utilizó para hechizarle, Nadhallia confirmó todo. La hechicera osó cruzar un plano alargado para ocultarse detrás de otra roca gigante. Por suerte, parecía que The Destroyer no le había visto. Entonces, al estar lo suficientemente cerca de ambas personas, el caballero y la chica de cabello llamativo aunque porte elegante, les pudo aplicar un hechizo que inspiraba en un 80% más aún el poder mágico del trío en un rango de 60-80 metros. Con el aumento de magia en sí misma, tuvo el triple (y esto se debía, en parte, al hechizo de Saganiel). Así que tendría magia de sobra para ayudarles en batalla... O eso pensaba — ¡Está bien! Puedo curarles en cualquier momento y... atacar cuando lo necesiten — dijo algo nerviosa, respondiéndole al hombre. Pudo dirigirle la mirada a la otra mujer.

Impresionada ante el despliegue de poder de The Destroyer, se lamentó por la pérdida de tantas personas y la cobardía de algunos. El rugido de la criatura le intimidó, por lo que sintió como parte de su fuerza física descendía; sin embargo, no necesitaría de esta, porque era una individuo orientad a la magia. En sí le preocupaba sus aliados, que parecían enfocarse en ataques — Suerte... — susurró, como bendiciéndoles, pero dudaba que le escucharan. Sabía que ellos debían trazar un plan entre sí, ella misma era soporte.

— Interesante. — Masticó, saboreó y tragó las dos bolas de dango que le quedaban en un instante, botando el palillo por encima de su hombro. Aquel Raid Boss se veía bastante fornido, un peligro sin dudarlo. Evaluando la situación, un poco desde lejos, apreció cuántos personajes eran eliminados a raíz del miedo que infundía la criatura y, si otros se atrevían a huir, tendrían el mismo final. Evidentemente, él no estaba para hacer lo último y mucho menos rendirse con tanta facilidad.

Se dio suaves topes en las mejillas, enrojeciéndolas ligeramente. Fue un ritual para despabilarse y así entrar en acción, aunque ya estaba más que listo. La adrenalina corría por su cuerpo y un deje de ansiedad, por entrar ya a batalla, le agitó la respiración. Desde la roca en donde estaba de pie, apreciando los movimientos de The Destroyer, se percató de un trío en particular conformado por: un guerrero o tal vez caballero o un templario, una maga o curadora o invocadora, y una pistolera que podía ser híbrida. No estaba seguro. Solo fueron sus suposiciones al barrer con la mirada la zona caótica.

Porque tenía activa su habilidad awakening of the soul, se percató repentinamente del sonido de algo viajando por el aire. Este le despertó de su evaluación. Viró el rostro alemán, encontrándose con una roca, lanzada previamente por el Raid Boss, que iba directo hacia él mismo. — Ahhh, qué precipitado.

No le costó esquivar la roca con un simple salto hacia el frente. El objeto redondo impactó con la otra roca, pero él ni se inmutó. Inició una maratón hacia la cruda batalla. Entrando aún más en el campo del enemigo, se dio cuenta que su esfera de fuerza bajó en un 25%. Intimidación. — Imbécil. — Tomó el mango de Gáe Bolg, desencajándola de aquella especie de vaina especial ubicada en su propia espalda. Sin embargo, mantuvo la lanza cerca de sus omóplatos, en una posición inclinada, mientras aún recorría la distancia para ir en ayuda de ese guerrero con ropajes blancos que había sido atacado brutalmente por el Raid Boss, justo luego de intentar atacar a éste. Le consideró muy valiente, aunque a su vez bastante tonto.

Solo no podrá, pensó al mirar por una fracción de segundos al templario. The Destroyer tiene un amplio rango de ataque. En cualquier momento lo achicharrarán. Aquella criatura tenía fijo al guerrero de ropajes blancos, obviamente queriendo eliminarle (para eso estaba). Acompañado del aumento de velocidad, Mikhail activó su habilidad que elevaba el parámetro de fuerza en un 180%; no obstante, con la intimidación del enemigo aún en pie, esta descendió a 155%. Aún así seguía siendo suficiente. Utilizó el desfortunio de Saganiel, para entrar en escena (mientras saltaba de vez en cuando, esquivando las manchas de lava) y llevar a Gáe Bolg al frente, como si tomara una jabalina. Debido a que corría a gran velocidad, se lanzó como torpedo a la zarpa izquierda de la criatura, la cual atacó en un intento por al menos quebrar un poco esa coraza o bajar sus puntos de vida. Siguió de largo, hasta dar una vuelta en el aire y aterrizar encima de una gran roca, quedando a un lado de la criatura y tal vez a 50 metros (eso no era mucha distancia comparado con el tamaño del enemigo). — ¡Hey, hey, hey! Aquí estoy, bestia repugnante. — Gritó lo suficiente para ser escuchado no solo por la criatura, sino por el otro guerrero. Mientras, provocaba al Raid Boss al mostrarle el trasero vestido y menearlo de lado a lado. — Sé que quieres mi lindo trasero. — Le miró por encima del hombro, aún en esa posición. Quería desviar la atención de la criatura, para que el otro pudiese atacar, y así se turnarían hasta que la bestia (si era suficientemente inteligente) se percatara del plan... Aunque no estaba seguro que aquel hombre entendiera el mensaje en medio de una batalla caótica que la supervivencia era más que básico, y la comunicación se volvía casi nula.

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The Destroyer
HP: 75%
Boost: Ninguno

Aquel guerrero de ropajes blancos fue bastante osado. Inmediatamente atacó a esa bestia de extraña piel, pero la criatura (por muy pesada que fuera) mostró gran destreza y, evidentemente, extraordinaria fuerza física. Realmente fue un milagro que no le matara con tan brutal despliegue de aquel ataque enemigo. Cuando había visto que Saganiel sufrió daño, no pudo evitar apretar fuertemente los ojos, esperando que nada más grave le sucediera. Mas, los dioses no le escucharían tan fácilmente... O tal vez era todo lo contrario. The Destroyer tuvo entre ceja y ceja a Saganiel, dispuesto a destrozarlo a toda costa, hasta un hombre de cabello cenizo apareció de súbito en la batalla, consiguiendo salvar y herir en el proceso al monstruo. «Osado, aunque demasiado valientes», con ambas manos apretó fuertemente el cuerpo cilíndrico de su vara. «Nadhallia, ¡vamos! No puedes seguir observando», no cuando ellos estaban luchando, incluso, entre la vida y la muerte.

Al evaluar a la criatura, se percató que esta estaba sumamente tranquila. Son se veía bien. Sospechó que se avecinaba un ataque bestial o semejante. Y acertó. Lava apareció de sus fauces, lo que catapultó que la hechicera, finalmente, tomara un poco de las riendas de la batalla. Sabiendo que Saganiel estaba herido, si otro ataque impactaba al hombre, sería peor. Inmediatamente Nadhallia, debido a la cercanía, pudo utilizar su hechizo curativo (aunque no fuese tan potente como el de un curador, pero con aumento considerable gracias a la habilidad ajena y propia de incremento de magia) y, únicamente asentado en Saganiel, curó al templario.

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The Destroyer
HP: 75%
Boost: Ninguno
Charge: Doom ( 1 turno restante de carga )

—  No me jodas. Te estás haciendo el difícil. — Casi queda con los ojos en blanco cuando The Destroyer estuvo a punto de atacarle, pero gracias a un par de jugadores (que ahora tuvieron mejor fin) eso no sucedió. Esto va a ser peor de lo que pensé, apreció como repentinamente el enemigo se movía violentamente, ocasionado una especie de temblor que afectaría (más que todo) a los luchadores en el suelo plano. Debido a que estaba en una elevación, solo le bastó afirmar los pies lo suficiente para no caerse de hocico en el suelo o en una piscina de lava y sufrir el doble de daño. Pero, nada era tan fácil.

Varias rocas se aproximaban a él, por lo que tuvo que esquivarlas al saltar hacia otra roca gigantesca cercana, salvándose. ¿Qué diantre están haciendo los otros?, se mordió el labio inferior, ante el poco apoyo que había últimamente. Posiblemente tendría que utilizar todo su arsenal, especialmente con el extraño comportamiento que presentó esa criatura. The Destroyer ahora brillaba incesantemente, preocupando a Mikhail.

Era ahora o nunca, porque presentía que el siguiente ataque del enemigo sería letal.

Desplegando la cadena alrededor de su lanza, ahora pareciendo un látigo anexado a la parte inferior del cuerpo, activó la habilidad ligada a Gaé Bolg: Kulshedra. El látigo de luz, cortante y veloz, se extendió indefinidamente hacia The Destroyer, mientras Mikhail lo tomaba por un extremo. Con un simple movimiento de la mano, agitó este látigo unido al extremo de la lanza, y lanzó varios latigazos a la cabeza de la criatura, para finalmente enredar el látigo alrededor el hocico del raid boss. Siendo un ataque a distancia, sabía que tendría sus consecuencias, porque la fuerza de esa criatura podía ser devastadora.

Colocando parte del látigo en su hombro, le brindó la espalda a The Destroyer, y se bajó de la roca. A medida que avanzaba, ejerciendo mucha fuerza para cerrar por completo el hocico de la criatura, utilizaba todos sus músculos al máximo. Las venas de la frente se le brotaron y los dientes rechinaron. Si no tuviese awakening of the soul y bloodthrist activadas, esa faena sería en vano. Una habilidad le brindaba velocidad, lo que le permitía avanzar a pesar del peso ajeno, y la otra más fuerza de lo normal, lo que justificaba que pudiese intentar cerrar ese hocico y... con suerte tener éxito. Finalmente, entre su esfuerzo (y aún avanzando por el suelo, esquivando la lava con relativa facilidad debido a su velocidad), activó Sadistic Desire, que servía como un divisor de ataque, y que duraría hasta otro ataque del enemigo. Si The Destroyer llegaba a atacarle con esa habilidad que le hacia brillar (por si no funcionaba lo que estaba haciendo), entonces, se dividiría el ataque entre 50/50, en otras palabras: él mismo recibiría una buena carga por la mitad, pero The Destroyer también. ¡Sé que puedo!, muy optimista para lo que estaba sucediendo.

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Ante la austera presencia de The Destroyer, siendo su ataque bloqueado por varias personas que perecieron y ahora acumulando poder en su interior, Nadhallia se preocupó en demasía. Con el gran poder de esa criatura, que había azotado increíblemente al templario y arrasaba todo a su paso con o sin tocarlo, aquella pose estática de la bestia le inspiraba lo peor.

¡Oh, no! — Actúo rápidamente, cambiando su postura de support puro, a su verdadero rol: hechicera. AL mover la varita al frente de su cuerpo, exactamente a la altura de su busto, Nadhallia ejecutó Žar, el hechizo de magia negra que se representaba como una de especie d rayo con propiedades no-elementales que viajaba directo al enemigo. Así fue esta vez, como siempre; y al mismo tiempo levantó el círculo de invocación de Solaris. Una vez conjurado ambos, Žar viajó directo al cuerpo de The Destroyer. Y Solaris envainó su guadaña de dos metros, viajando directo a la criatura enemiga. La invocación de fuego, que podría absorber la lava de la bestia, no podría ser inmune a atacas ajenos de otra naturaleza. Sin más, solo se dispuso a atacar múltiples veces, con la guadaña, la parte inferior de la bestia. Ella misma deseaba que eso fuera suficiente, incluso con el esfuerzo del hombre de cabellos cenizos, quien, aparentemente, intentaba sellar el hocico gigante de The Destroyer para impedir el ataque incandescentes y arrastrarlo por el suelo en el proceso.