Which side?

Abrió los ojos lentamente, se sentía bastante pesada, ¿acaso era que se había quedado nuevamente dormida en su estación virtual? Seguro, no era la primera vez que llegaba a pasar algo como eso, ahora iba a hacer log off, levantarse, caminar un poco, darse una  ducha fría, checar algunas cosas y volver al juego, tenía que planear algunas cuantas cosas que pensaba hacer con la guild. Ese despertar no era como los otros, al ver alrededor, pudo apreciar que este no era su cuarto en el Esmeralda, nada de lo que conocía, era un sucio suelo con grandes cajas de madera, junto a barriles, aquel era un lugar bastante insalubre, pero ¿que estaba haciendo ahí? Intento abrir el mapa, pero no venía ninguna lectura, eso se estaba volviendo molesto, intento hacer entonces log off, al diablo con todo lo que estaba pasando, iba a salir de ese lugar, fuera como fuera, pero, por mas que intentara, no podía hacer eso. — ¿Que diablos está pasando aquí? — Busco reincorporarse pero esto era imposible, las muñecas las tenía atadas detrás del cuerpo, al igual que los tobillos, movió un poco mas el rostro a su alrededor, apreciando que había unas cuantas personas mas en la misma posición, ellos se encontraban bastante asustados por lo que estaba pasando, incluso evitaban la mirada de la rubia, excepto a una chica de cabello castaño.

— No eres de aquí ¿verdad? Un grupo rebelde ha tomado las armas, son programas y jugadores por igual, ahora estan tomando a jugadores al azar y tienen estos collares  — La joven señalo como en el cuello portaba una especie de collar de color blanco, el cual mostraba un brillo azul que parpadeaba. — Escuche que estos collares no nos dejan desconectarnos, quieren tenernos secuestrados en el juego para que nuestras familias les paguen para liberarnos — Sin mas la joven rompió en llanto, al momento esta fue reconfortada por un joven chico de cabello largo verde con una elegante vestimenta negra y blanca que era digna de cualquier modelo de Steampunk. — A nosotros los programas nos amenazaron con usar un virus en nosotros, quieren usarnos para ir a lugares peligrosos donde los jugadores podrían correr peligro o a luchar sus batallas — En la expresión del chico se pudo ver como la rabia era presente, incluso a pesar de ser un programa su reacción era identica a la de cualquier ser humano, con las palabras que le habían indicado la rubia pudo tener una idea de que era lo que estaba pasando, hasta que, de golpe, pudo recordar lo que pasó.

( FLASHBACK: 12 HORAS ANTES )

Era un trabajo de entrada por salida en Victoria, le habían indicado que una joya famosa en el mundo real había sido transferida en Aeon, había todo tipo de gente excentrica que pagaba miles, incluso millones de creditos por tener algo que en la realidad no pueden, a pesar de que esto sea algo virtual, anhelaban y peleaban a morir por tener algo que mostrara su gran poder adquisitivo. En ese mismo lugar se iba a realizar una exhibición de esta joya y como gracias a lo virtual podían hacer una gran cantidad de copias de esta, obviamente tenía un ojo sobre este gran botín, quería adueñarse de todas, quedarse con una y el resto venderlo en el marcado negro para tener una buena ganancia. Era toda una gala, en que la gente mas influyente de Aeon estaba reunida, "gobernantes" de las ciudades, artistas famosos que hacían presencia en ese mundo, así como también los jugadores mas importantes, aquellos que tienen un precio por su cabeza y que aparecen en los anuncios especiales que se hacen. Ella por su parte, hacía gala de su elegancia y habilidades para cambiar su apariencia, adoptando la de una jugadora que conoció meses atrás a la cual le había ayudado a cruzar por un lugar peligroso.

Su apariencia constaba de un vestido blanco con grandes holanes, cabello negro peinado elegantemente en un chongo, además de un cuerpo delicado, totalmente opuesto a su apariencia normal, aunque el disfraz había servido por completo, la gente le trataba como una princesa, la ayudaba a todo al ver ese físico tan frágil, todo estaba a pedir de boca, incluso ya solo esperaba por el momento en que tomara a todos desprevenidos, hiciera uso de sus habilidades para crear ilusiones y tomar las joyas, era un plan bastante directo, pero seguro sería efectivo. Bailaba con un hombre que conoció en la fiesta, un jugador que presumía de ser uno de los templar mas fuertes, que enfrentó a los mas buscados del Bounty Board y había ganado, cosa que no se creía en lo mas mínimo, pero que ahora estaba usando como una excusa para acercarse mas a su premio y poder iniciar con el plan.

Puso en marcha la cuenta mental para comenzar, continuando con el lento baile, siguiendo la acción que el tenía, hasta que un potente estruendo resonó en todo el lugar, una explosión había impactado uno de los muros de esa residencia y un grupo de hombres entraban, portando armas, atacando a cuanto hubiera en su camino, su compañero de baile al momento cambio su apariencia y de estar con un elegante traje, cambio a una corpulenta y tosca armadura, pero fue mas tardado en cambiar de que un disparo preciso en la cabeza le daba game over, haciendo que desapareciera. Iba a oponerse, pero al apreciar la cantidad de enemigos que se tendría que enfrentar, mejor bajo los brazos y mordió los labios, teniendo que aguantarse, quizá solo eran un grupo de criminales que venían a robar. Fue un gran error el llegar a pensar esto, algunos cuantos robaron a la gente, otros mas, para su gran molestia robaron las joyas y un último grupo, revisaba a la gente y con arma en mano las amagaba para hacer que les siguieran, aumentando su mala fortuna, fue una de las que fueron amenazadas, pero su rebeldía natural tuvo que salir y al intentar oponerse, fue golpeada con bastante fuerza, un impacto que sacudió su cabeza en realidad a tal punto de dejarla inconsciente.


— Esos malditos — No le molestaba el hecho que la tuvieran en ese lugar, no le molestaba que le hayan puesto ese collar, le irritaba que le hayan quitado la oportunidad de robar esas joyas, incluso movió el cuerpo intentando soltarse de los amarres, hasta que soltó la cuerda que le amarraba las muñecas, hasta que se terminaba soltando, aunque antes de hacer algo, dejo el cuerpo quieto, posiblemente alguien venía, alguno de sus captores pues de fondo se podía escuchar como pesados pasos rechinaban en la madera.

Para su sorpresa, no se trataba de uno de los hombres que los habían detenido, era una presencia que ella podía reconocer, Regina, aunque no tenía el "gusto" de haber tenido una conversación con la pelirroja, conocía bien lo que se hablaba de ella y mas aún, de la guild a la que pertenece, Sanctum, la que tiene un precio por su cabeza, uno muy alto, pues ya en un par de eventos organizados por el líder, ella se ha introducido para hacer algunos robos importantes, entre ellos, robar unas joyas que el jefe de ese grupo presumía con orgullo, tenía idea del problema en que estaba metida por eso y el poderoso enemigo que había obtenido, pero ¿quien le manda a tener ese tipo de cosas tan bellas en su poder? Incluso ella misma tuvo problemas con soltar esas joyas, quedándose con una, la cual tiene en su camarote en el Queen Esmeralda, una especie de trofeo, después de todo, no cualquiera puede presumir que le robo a Sanctum.

Una vez que tuvo idea de quien era la persona que había entrado, se reincorporo con lentitud y con un movimiento de la mano diestra acomodó el cabello por detrás del hombro. — ¿Dolor y humillación? Para nada, pero esos sujetos tienen algo que me pertenece — Al ella abrir la puerta, dio unos elegantes pasos en dirección de la pelirroja y se acercó para besar la mejilla de esta. — ¿Y quien dijo que no quiero tu ayuda? — Después de tal acción continuo caminando, viendo hacía la gente que había quedado liberada, aunque luego recordó algo importante.

— Los collares impiden que la gente se pueda desconectar, no se muevan de aquí, no podemos arriesgar a que los usen como rehenes... de nuevo — Fue algo que expresó a ambos, pero lo primero era algo que la pelirroja debía saber, si fuera por si, se arrancaría el collar, pero podía sentir que esto era algo bien hecho, a tal punto que incluso en la realidad podía sentir como si dos agujas estuvieran en su cuello, no sabía lo que podía pasar si se lo quitaba a las malas y no quería averiguarlo. — No traten de quitarse los collares, no sabemos lo que puede pasar, no se arriesguen — Con un movimiento de la mano derecha desplegaba un menú.

Haciendo movimientos de los dedos cambiaba su apariencia, cambiando del vestido blanco elegante que usaba, a portar ahora un traje de cuerpo entero, color negro y ajustado, bastante parecido al que la reconocida Knight que les había salvado usaba, con la diferencia que el propio contaba con algunas correas en la cintura y mangas cortas que dejaban sus manos y muñecas libres.— Conociendo los métodos de Sanctum, allá afuera deben estar planeando una masacre ¿verdad? — Susurraba para que ella le escuchara mientras daba la impresión de estar acomodándose el cabello y ajustando cosas en su traje, caminando a paso lento hacía la puerta.

Tenían que encontrar a los que causaban eso y acabar con ellos, por lo menos, se había puesto esa meta en la mente, si es que lo que pensaba era verdad, tendría poco tiempo para escapar, pues Sanctum atacaría con todo a ese lugar. Continuó avanzando en dirección de la puerta hasta detenerse, esperando a que la pelirroja dijera algo mas, ahora mismo, aquello solo era una cuestión de las dos.

Al salir del lugar no uso mas palabras, no veía necesario hacer uso de ellas en ese momento, fue al ver la destrucción que abrió los ojos y rechino un poco los dientes, le parecía molesto todo el desorden que habían causado, ya sea que este haya sido propiciado por los anarquistas o por la gente de Sanctum, de ambos modos aquello no era algo que fuera a permitir, por lo que con el uso de un menú creo su espada, una nodachi brillante con un mango negro con detalles en blanco, si la reconocida pelirroja iba a usar su arma, ella también iba a hacer esto, a pesar de lo descomunal que fuera.

Las explosiones eran algo que podía escuchar, pero intentaba mantenerse de pie, avanzando a pasos lentos, estaba tan enfocada en lo que iba a hacer con esos sujetos que no le importaban, incluso algunos cuantos restos de piedras y metales iban a gran velocidad dejando unas cuantas heridas sobre sus mejillas, ahora ya le había quedado de lado lo que hicieron con los diamantes que robaron, estaba molesta por toda la destrucción que habían hecho en un lugar tan hermoso como Victoria, todo era ruinas, restos de lo magnifico que era ese lugar, podría ser que se estaba preocupando de mas por el hecho de que el servidor se podría reiniciar y todo volvería a la normalidad, pero también estaba la opción de que las cosas, la ciudad se quedara de ese modo si es que no hacían algo, además que viendo la tecnología a la que tenían acceso los anarquistas, le hacía dudar de que todo se arreglara solo con un reinicio.

Una mas de las explosiones provoco que se detuviera en seco y sujetara con fuerza su arma, esperaba por un próximo ataque, aunque al ver la situación y como esa figura emergía, causando que chasqueara sonoramente los labios haciendo un sonido bastante notable, era claro que ese ser no pertenecía a Victoria, reconocía ese tipo de tecnología, proveniente de Wyvern, algo que vendían como compañeros para los aventureros, aunque ese modelo no lo había visto nunca antes. — Si tienen acceso a tecnología como los collares, era claro que iban a tener acceso a algo como esto— Observo las acciones del ser hasta que este después de rugir se lanzaba en carrera en dirección de ambas, impulsando su cuerpo para dar un salto con giro, lanzando de sus extremidades unas cuantas cuchillas, al ver que hacía esto, se lanzaba al aire y con un giro de su arma a gran velocidad terminaba rechazando las dagas, las cuales caian al suelo, enterrandose en el piso, mostrando que si estas hubieran llegado al objetivo, habría sido algo fatal.

— No voy a perder el tiempo contigo — Aterrizando de manera perfecta, no perdía tiempo y se lanzaba en dirección del ser, lanzando un corte directo hacía la cabeza de este, aunque aquello fue bloqueado por la larga cola del ser, la cual impedía que su arma pudiera avanzar mas, notandose como a pesar de ser una parte sencilla, aquella parecía tener mucha fuerza pues estaba empujando con facilidad el ataque, aunque no era lo suficiente como para superar a la mujer.

El choque entre armas era cada vez mas fuerte, la tensión en sus brazos era fácilmente visible, como sus músculos estaban ejerciendo fuerza para evitar el quedar superada por la cola del ser mecánico. No era tan fácil, por lo menos no como lo estaba esperando, si no hubiera realizado un entrenamiento especifico para enfrentar a seres de un tamaño descomunal, ya hubiera sido historia, incluso no comprendía como era que tenía tanta fuerza, teniendo un cuerpo tan pequeño ni siquiera los mas grandes golem de piedra le habían dado tanto problema, pero dentro, internamente lo estaba disfrutando, a pesar de no ser algo real, la adrenalina estaba corriendo por todo su cuerpo, incluso aquello le estaba ayudando a poder mantener ese ataque.

La adrenalina estaba haciendo que su cabeza solamente estuviera enfocada en ejercer la fuerza para hacer que el terminara vencido, por ello no noto la acción que la pelirroja hizo hasta que la presión contraria se relajaba y sentía como la nodachi bajaba a una velocidad descomunal por la fuerza acumulada que la rubia estaba brindando, tal ataque iba a destruir a tal ser, aunque lamentablemente para ella, el animal aprovechaba la gran velocidad que tenía por su tamaño para moverse y esquivar con solo un espacio diminuto, incluso el filo de la nodachi llegaba a chocar contra el metal, provocando que chispas saltaran mas aquello no fue lo suficiente como para acabar con esa batalla, provocando que Isabelle soltara un chasquido de labios, claramente no contenta con el haber fallado un ataque que pudo ser determinante.

— Gracias — No tenía problema en admitir esas palabras, ni mucho menos estar agradecida por la ayuda que esta le brindo, a pesar de que ambas fueran "enemigas", por lo menos en ese mismo momento para ella no había ese tipo de diferencias y conflictos, ahora eran compañeras de batalla, incluso si tenía que arriesgarse para salvarla, lo haría, pues ahora la pelirroja integrante de Sanctum lo había hecho con la acción previa. Pero los pensamientos que tenía habían hecho que perdiera un poco el enfoque, la idea de que esta se trataba de una batalla y que por consiguiente el enemigo ahora estaba haciendo su acción de ataque, liberando sin mas una gran cantidad de misiles, sabía que tenía solo una forma de repeler ese ataque, una sola. — Quedate atrás — Y así, con un movimiento de las manos como si salieran del suelo montón de armas de fuego de todo tipo y calibre se formaban, no tenía tiempo que perder y esto era mostrado en como tomaba lo recién creado, para atacar a diestra y siniestra con pistolas, escopetas, todo aquello en una descomunal velocidad digna de cualquier gunner. Los disparos salían uno tras otro, resonando el rugir de cada una de las armas, una tras otra como si se tratara de una sinfonía, pero en este caso, era una que tenía un objetivo que parecía ser que estaba logrando, cada disparo que daba en los misiles hacía estallar estos, en poco tiempo, por la gran cantidad de descargas mezclada con las detonaciones en cadena hacía un muro de explosiones, fuego que quedaba casi estatico en el aire a solo unos cuantos metros de ambas, obviamente esto provocaba que su barra de salud bajara, pero era algo diminuto, en comparación de como sería si los misiles hubieran llegado a su objetivo.

Cualquiera podría esperar que después de esa experiencia cercana al Game Over, cualquiera terminaria asustado, buscando recuperar el aire, pero no era el caso de Lannister, ahora su expresión era la de un animal a mitad de una batalla, un brillo desafiante en sus dorados ojos, acompañado de una sonrisa amplia que mostraba esos aperlados dientes, esto era una guerra.

La adrenalina fluia por su cuerpo, cada parte de su ser estaba recibiendo la intensidad del momento, era una cuestión casi de vida o muerte, aunque la acción era tan veloz que no pudo captar lo mismo que la pelirroja, por ello quedo sorprendida por la forma en que le movía y caía junto a esta al suelo, apretando el cuerpo contra el ajeno hasta que apreciaba que le había ayudado a evitar un ataque y luego, le había dado una poción para curar la salud que había perdido con la situación que había ocurrido de manera previa.

— ¿Y sin un café? — Obviamente rió y le guiño el ojo a la pelirroja cuando esta se reincorporaba, haciendo lo mismo a velocidad con un resorte aunque apreciando el ataque letal que esta daba y como la criatura terminaba aterrizando ya sin vida, avanzando en dirección de esta, no hubiera creído que fuera tan fácil enfrentarse a ese ser, por lo menos al comienzo no pudo pensar ni esperar algo como eso, ¿decepcionante?, un poco quizá. Llegando a donde estaba Regina, tomo la mano de esta y la ayudaba a levantar, escuchando con cuidado sus palabras mientras ejercía un poco de fuerza para tirar de esta.

— Tengo a la persona indicada — Tocó entonces con la mano derecha su oído y vio hacía la maquina, estaba entablando comunicación directa con Arcadia, aunque claro, en una frecuencia especial, conocía que este ya era territorio de Sanctum y que por consecuente, ellos buscarían formas de interrumpir comunicaciones, incluso aunque estas sean de guild. — Styles ¿me escuchas? Necesito que hagas un escaneo urgente, dime todo lo que puedas saber sobre la criatura — Comunicándose con Styles, su mecanico de confianza, tomando de dentro de su traje un pequeño artefacto el cual colocaba en la cabeza del ser.

Al momento el artefacto emitió una luz brillante que transmitía toda la información mecánica a esa persona, el era el encargado de arreglar todo los desperfectos de Queen Esmeralda y de las naves menores que eran usadas, obviamente, de la suya también, si conocía que alguien pudiera saber sobre ese ser, era el. — Mi mecánico dice que le demos unos cuantos minutos, esta tomando toda la información que contiene, según el es demasiado, por lo que debemos tenerle paciencia — Cruzó los brazos bajo su pecho, sabía que tenía que darle unos minutos y los resultados serían optimistas, aunque conociendo la situación, esperaba que no hubiera algo mas que pudiera atacarles en este periodo de tiempo.

Fueron necesarios unos minutos para que Styles pudiera hacer el escaneo y sacara conclusiones en cuanto al ser, al oido empezó a escuchar todas las indicaciones que le daba. — De acuerdo a mi mecánico, esto no se trata de algo hecho por una persona, tiene indicios que este tipo de robots son producidos en masa, contiene sellos que indican que proviene de una compañia ubicada en Wyvern, lo que significa que seguro habrá mas de estos...y que posiblemente los anarquistas tienen detrás de ellos a alguien con demasiado poder, capaz de comprar esas cosas como si fueran dulces — Era lo que había obtenido por parte de Styles, por lo menos a grandes rasgos, tampoco iba a ahondar en el tema y usar tantos detalles y términos que el mecánico uso para poder explicar cada parte del ser, ahora tenían prisa.

— Logró recuperar la información, del lugar donde proviene, debemos seguir al norte hasta la torre del reloj, ahí se encuentran los altos mandos — Sabía que no sería fácil llegar a ese lugar y poder alcanzar a los causantes de todo ese desorden, incluso ahora intuía que al momento de decir a la pelirroja el lugar al que tenían que ir, esta avisaría a sus superiores, era un peligro ahora, pero tenía que correr ese riesgo, aún tenía que cobrar venganza por el hecho que hayan robado las preciadas gemas que ella iba a robar y claro, no podía olvidar que estaba usando ese molesto collar, el cual tendría que desactivar tarde o temprano. — No hay tiempo que perder — Sujetando la nodachi con la mano derecha después de que había plantado esta en el suelo, haciendo que la hoja quedara libre, girando elegantemente el mango en su mano para cambiar la dirección en la que apuntaba el filo haciendo que este fuera hacia atrás, iniciando una carrera hacía el punto indicado.

Todo era destrucción a su paso, de fondo se podían escuchar gritos, choques de armas, disparos, tanto los anarquistas como posiblemente Sanctum y los habitantes de Victoria seguramente estaban peleando al mismo tiempo que las dos estaban dirigiéndose hacía ese lugar, toda esa ciudad se había convertido en un campo de batalla, al menos pudieron avisar a la gente capturada que no se moviera del lugar, si no, no podría resistir la idea de que estos terminaran metidos en tal batalla.

No tardaron mas que unos cuantos minutos en llegar al punto indicado, la enorme torre del reloj, ubicada en el centro de Victoria era el punto de reunión de toda la gente y un gran punto para los "turistas", solo que ahora no eran personas conviviendo, solo restos de una batalla y resguardando la enorme puerta de metal, varios seres metalicos similares al que enfrentaron antes, todos ellos obviamente preparandose para atacar ahora que habían visto al par de mujeres llegando a ese lugar, parecía ser que los anarquistas ya sabían a lo que venían y no iban a permitir que arruinaran sus planes.

Analizó por un momento la situación, lamentablemente para ellas, estaban siendo superadas por número y si tuvieron problemas con enfrentar a solo una de estas criaturas mecanicas, la idea de pelear con 6 al mismo tiempo hacía que sus expectativas se redujeran enormemente, incluso ella tendría que pensar mas sobre aquello, el hecho de tener ese collar puesto podría traer otras repercusiones en el mundo real, obviamente la idea de que si moría en el juego podría morir en el mundo real era algo que cruzó por su cabeza, aunque no tuviera seguridad de que eso fuera posible, no tenía miedo, pero si se encontraba un tanto pensativa sobre lo que podrían y no podrían hacer en una situación como esa.

— Tienes razón, eso solo lo podemos hacer por separado — Posando la mano tras la cabeza soltaba el nudo con el que amarraba su cabello, permitiendo que este cayera en cascada quedando libre, avanzó en dirección de la roja y beso la mejilla de esta, del mismo modo como lo había hecho anteriormente en donde les tenían cautivas. — Ya estamos a mano, si te traje aquí, es porque quizá de ese modo pueda cobrar la recompensa que hay por tu linda cabeza — Separaba el cuerpo del de la pelirroja después de susurrar aquello, girando el cuerpo para dar la espalda a la situación, volteando hacía esta por encima del hombro, fijando los ojos dorados y brillantes en las criaturas. — ¿Que te hace pensar que podría hacer alianza de una santurrona como tú? — El tono de su voz era severo, incluso las criaturas que estaban por atacar a ambas cambiaron la posición para prepararse e ir sobre la pelirroja, con ello apreció que por sus acciones estos notaron que no iba a ayudar a la pelirroja en ningún momento y que la iba a dejar a su suerte.

Antes de retirarse, viro el rostro en una forma lenta clavando la mirada en la de la knight por un momento, dejando que notara una sonrisa que esbozaba al momento de que sus ojos se encontraban, esperaba que aquello fuera suficiente gesto para que pudiera entender que había algo bajo su manga. Avanzó por el mismo lugar por donde habían llegado, pasos a un buen ritmo para intentar dejar atrás lo que estuviera pasando entre la integrante de Sanctum y sus enemigos roboticos, aunque ahora solo era cuestión de esperar.

No pensaba dejar sola a la pelirroja, a pesar de que había mostrado aquello, el plan era ganar la "confianza" de los seres roboticos para que estos se descuidaran, o mas bien no tomaran atención de sus acciones en adelante. Además de ganar una distancia entre donde iba a pasar la acción, hizo que los animales enemigos no le prestaran atención, algo suficiente para que en la duración de un parpadeo hiciera uso de no solo una de sus habilidades, si no de dos bien aplicadas en casi una perfecta sincronía, la primera de ellas se encargo de crear una copia de su cuerpo, perfectamente idéntica la cual avanzaba aún en retirada, ese sería el cebo, la otra habilidad usada en ese momento fue la de desaparecer del lugar sin dejar rastro, ella estaba aún en el lugar, pero no se podía apreciar aquello.

Todo salió a pedir de boca, el cambio fue casi imperceptible, ahora que tenía la ventaja de estar en ese lugar sin ser vista podría intentar cambiar el curso de la balanza de la pelea que tenían que enfrentar en la entrada de esa torre con tal de pasar a esta para enfrentar a los anarquistas causantes de tantos destrozos. Sin perder tiempo y a saber que la pelirroja tendría un problema para enfrentar a las bestias mecánicas, se lanzaba a gran velocidad de vuelta al lugar, el factor sorpresa sería lo que iba a necesitar para hacer efectivo su ataque e iba a aprovechar este cuanto pudiera. Zancadas largas y presurosas fueron suficientes para llegar al lugar, notando como la knight estaba en el suelo y ya estos seres estaban cerca de dar un ataque.

Con la misma velocidad con la que llego, una estocada se encargo de clavar el largo filo de su nodachi en el cráneo de una de esas creaciones mecánicas, sin dar tiempo a que los demás pudieran dar una reacción a ello, aprovecho que el arma aún tenía apresado el cuerpo robotico para con un movimiento rápido azotar este contra otro de los animales cibernéticos aprovechando la acción para retirar el cuerpo que pendía de su arma. Sin necesidad de mantener esa habilidad activa, hizo que su cuerpo apareciera y que la otra imagen suya desapareciera, volteando el rostro en dirección de Regina, sonriendo hacía ella, estando a escasos pasos de donde yacía en el suelo.

— La verdad, tengo debilidad por las pelirrojas y no esta en mi código el rechazar a una — Sus ojos dorados similares a los de una leonesa se fijaban en los de la pelirroja, a pesar de saber que esas palabras podrían ser quizá ignoradas por ella, o solo tomadas como una broma, con estas mostraba que no pensaba dejarla sin ayuda ya que a pesar de su naturaleza como integrante de Sanctum, esta había ganado su confianza y a pesar de ser un pirata, ella tenía bastante honor, como para no traicionar a su acompañante, fuera quien fuera.

No esperaba una respuesta por parte de Regina, por eso al ver que esta se mostraba molesta. — ¿ Acaso soy demasiada atrevida para tu gusto ? — A pesar de que estuvieran en una situación de vida o muerte la actitud coqueta de la rubia se mantenía y la clara muestra de ello era lo que recién había dicho, a tal punto que terminó las palabras con un guiño del ojo izquierdo, era parte de su naturaleza, no lo podía negar, menos cuando tenía a una persona como la knight de compañera. Escuchando las explosiones, se giró hacía donde estan venían, también le estaban cansando las acciones de esos anarquistas y tal como la integrante de Sanctum, ella también quería acabar con esa amenaza, a pesar de que tuvieran fines completamente diferentes.

Iba a ayudar a la chica a levantarse, aunque ya cuando iba a actuar, esta terminó reincorporándose sin su ayuda, solo les quedaba ir hacía la torre y la siguió a buen paso, viendo la forma en que tan ferozmente acababa con los oponentes, emitiendo un suave silbido de sus labios. — No vieron siquiera lo que acabo con ellos — Entrando a la torre detrás de esta, mirando alrededor y cada detalle de lo que había en ese lugar, algunas gemas preciosas podrían ser vendidas en un buen precio, aunque dudaba mucho que con la justiciera que le acompañaba eso fuera posible.

— Tengo una idea — Miro hacía el elevador, todo aquello tenía un detalle victoriano, con tonos marron, adornos hechos en bronce y el elevador no era algo fuera de esto, apreciando la estructura se le ocurrió un plan y sin temor alguno, llamó al elevador, encendiéndose una luz en el botón que había presionado. — Cuando se abran las puertas, acabamos con quien este dentro, una vez hecho eso, iremos por el elevador solo que subiremos al techo, por como esta construido, hay una placa de metal que ocultaría bien nuestros cuerpos si nos mantenemos en el suelo — Sabía que ir por las escaleras sería mas peligroso, era algo que esperarían, contrario al elevador, el cual podría prestarse a muchas otras situaciones.

Espero pacientemente al elevador hasta que este llegó segundos después, abriendose las puertas de par en par mostrando que 3 sujetos estaban en el interior, sin pensar mucho, se lanzó hacía el interior con una estocada que atravesaba a uno de los sujetos, mientras su mano derecha se encargo de sujetar a otro por la cabeza, cubriendo la boca de este para evitar un grito, esperando que su acompañante se encarge de los otros dos para asi continuar con su plan.

Negó con la cabeza, tomándose por un par de segundos el puente de su nariz. Realmente no entendía hasta dónde quería llegar esta mujer intrépida. ¿Era por gusto? ¿Quería enervarla? ¿O simplemente necesitaba congeniar con ella de aquella manera... O incluso con todo lo que se moviera? —Ese tipo de cosas no me interesan, Lannister —descendió la mano, observando de refilón a la mujer de cabellos dorados. No estaba disponiéndola en un pedestal donde sería atacada por su desprecio. Para nada. Solo estaba trazando la línea entre ambas, entre esa clase de relación.

Chasqueó los labios ante las palabras de Lannister. Cero molestia contra ella, sino era el sentimiento de que sentía una indescriptible presión en sus talones, y todo eso se le adjudicaba al Sanctum. A pesar de que avocaba a las medidas del gobierno santo, habían ciertos métodos que no le gustaban y uno de ellos radicaba en la destrucción estruendosa de Victoria y, que cuando llegasen a la cima, ellos sustituirían a los anarquistas. Y cuando hiciera aquello, ni siquiera el sistema podría sacarlos de sus puestos. No entendía porqué Infinity no movía de su grandeza a Sanctum cuando éste cruzaba la raya... Era como si... como si ese gremio fuera uno solo con aeon, el cual le permitía muchas de las acciones de las cuales, y no todas, Regina no era parte.

Por primera vez, en ese escenario caótico se vio cuestionando a Sanctum. ¿Sería lo que sus ojos apreciaban? ¿O la inclemente verdad detrás de la grandeza del gobierno santo? ¿O la extraña influencia de Lannister, quien a pesar de todo no le había dicho nada de su disgusto para con el gremio, pero que ella misma lo sabía? Ahora, pregunta del millón: ¿qué carajos le sucedía?

Observó detenidamente a Lannister y asintió firmemente ante su plan,a modo de respuesta para no perder más tiempo. En ese momento confiaba en ella, más que nunca, porque hasta ahora no le había fallado. Esgrimiendo la espada predilecta, esperó con extrema parsimonia la llegada del elevador.

En un abrir y cerrar de ojos Lannister actúo, pero ni ella misma se quedó atrás. Cuando su compañera inmovilizó a dos, ella misma se encargó de atravesar la garganta del restante, impidiéndole que pudiese siquiera gritar y respirar. En segundos su vida se vio cegada por la espada sangrienta. Entonces, se movió para el siguiente de ellos, aquel que la ladrona sostenía y también tuvo el mismo final que el anterior, teniendo cuidado de no atravesar a la fémina ubicada detrás de él. Extrajo al espada del cadáver, lanzando luego una estocada al aire para limpiar la sangre —Tú guías —extendió la mano hacia el panel de botones, sin realmente alcanzar a éste, invitándola a ser la anfitriona de éste festín donde pronto se alimentaria. Por un lado deseaba ahogar esta extraña ira e inconformidad y por otro deseaba ser una simple peona que se portaba excelente.

Los cuerpos de los anarquistas desaparecían entre algunos brillos rojos, ahora quedaban solas en el elevador. Montando los pies sobre molduras a mitad de uno de los muros, podía botar una pequeña puerta en el techo, trepando por este con agilidad, extendiendo la mano hacía el agujero rectangular, para con ello ayudar a Regina. Una vez que con su acción hacía que le fuera mas fácil a la pelirroja subir con ella, tomó el mango de su espada, la cual había reposado en uno de los muros y aprovechando el largo de esta, la alcanzó sin problema y la uso para presionar un botón, halando de esta hasta donde estaban las dos mujeres.

El elevador empezaba a moverse y al momento se tiro de vientre contra el suelo para que la placa de meta pudiera esconder su cuerpo, indicando a la mujer que le acompañaba a hacer lo mismo. Quizá era su imaginación o no, pero desde que ocurrió lo de la entrada de la torre la integrante de Sanctum se veía distinta, su actitud, sus expresiones ¿acaso era que la acción que hizo al fingir un engaño había afectado de algún modo su mente? Esperaba que no fuera eso, porque ahora necesitarían estar enfocadas.

Al llegar al piso mas alto, las puertas se abrieron y pudo escuchar como algunas personas se preguntaban que era lo que había pasado, con un movimiento ágil se lanzó por la entrada que antes había dispuesto en el techo del elevador y bajo, girando su arma para lanzar un tajo rápido que aprovechaba el tamaño de la hoja y extender esta a los rivales fuera del elevador para de un solo corte cortar las cabezas de ellos.

— Ding dong — Dijo con un tono burlón mirando a su alrededor, varios sujetos se podían ver en ese enorme cuarto, algunos portando armas extrañas que se montaban sobre los brazos, eran alrededor de 5 sujetos, ya ella habiendo acabado con 2 que antes habían llegado al elevador, era extraño que a pesar de tratarse de un grupo, ahora había tan pocas personas o quizá, esos eran los lideres, pero no había tiempo que perder pues estos se movían buscando atacar y acabar con su presencia e interrupción.

Abrió de golpe los ojos cuando la pelirroja se lanzó de manera tan fiera para acabar con sus enemigos, a pesar de que ya la había visto en batalla, no había apreciado que hiciera tanta fuerza y brutalidad en sus acciones ¿acaso este era el poder de Sanctum? El como acababa con los enemigos había sido mas que suficiente para mostrar y comprender porque el grupo de Caballeros era tan temido por algunas personas.

Avanzando por el lugar, la mirada dorada de la rubia trataba de enfocar a todo punto, como buena ladrona, ella comprendía bien que podría haber trampas en todos los puntos posibles, formas de asegurarse que quien llegara hasta ahí, no podría salir con vida, pero no, no había nada, eso era algo extraño, para un grupo de anarquistas, algo como tener un plan de contigencia era un común. Al escuchar las palabras que le daba la pelirroja, quedo pensando por un momento, tenía razón, a no ser de las bestias mecánicas de antes, este había sido un paseo bastante fácil, podría ser que los enemigos eran bastante desorganizados o algo mas se ocultaba.

¿ Pero que ? Algo que como ladrona había aprendido era a la de ver todos los aspectos, las posibilidades, abrir su mente al igual que los ojos, encontrar la pieza clave que podría necesitar un movimiento para resolver un acertijo, ¿por que había sido tan fácil?. Entonces es que delante suyo pudo apreciar varias computadoras, si, era irónico eso, pero en Aeon también existían estos artefactos que ayudaban a algunas personas a realizar trabajos de programación, al final, ese mundo no estaba limitado solo al juego si no también a la posibilidad de tener una vida casi real.

¿Esa era la pieza faltante? No, no lo era, podría ser que las computadoras las tuvieran para preparar un ataque o ver la información que habían robado o poder sincronizarse con mayor estrategia. Es entonces que la mente detrás de Isabelle comenzó a trabajar.  Noelle, la hacker, era la que estaba pensando, como eso, una persona experta en computadoras, no como Isabelle, la ladrona, revisaba cada parte de las máquinas, por el exterior y usando las manos sobre los teclados de luz, revisaba cosas, hasta que se encontró con algo.

—W09587RR — Hizo una pausa, aquello era algo que le venía a la cabeza, hacía tiempo se encargo de manipular información de un pedido millonario de Wayland Industries, para ello tuvo que usar un código de un usuario, el cual tenía la misma estructura, era un número que se encontraba puesto en una pantalla. Sin tardar nada, recordó el proceso que hizo para manipular ese encargo, entrando al sistema de empleados de Wayland, como lo pensó, el acceso le fue permitido.

Aquello estaba empezando a embonar, esa era la parte clave que necesitaban. — El problema aquí, no es que ellos no sean los líderes, es que ellos no son anarquistas en primer lugar — Revisando la pantalla para poder obtener información, en esta se podía ver las armas que tenían, lo que estaban usando, absolutamente todo. — Quizá ellos hayan reclutado a algunos ladrones y gente de poca monta, pero estamos frente a empleados de Wayland Industries, los seres que enfrentamos fueron manufacturados y no me sorprendería que los collares también lo sean — Fue cuestión de unos segundos para que pudiera encontrar información de los collares y lo mas importante, como quitarlos.

— Estas jodidas cosas se tratan de collares que se unen a la programación de la interfaz y evitan el log off como ya hemos visto, pero también liberan cualquier bloqueo neuronal, usualmente todas las estaciones tienen un limitante que evita que al recibir una herida fuerte quedemos en shock o mueras en el proceso — Con la información que obtuvo, podía generar llaves para abrir los collares, usando una para liberarse de este, el collar, nada mas desaparecía, dejando libre su cuello, todo dolor que pudo haber sentido había desaparecido.

Continuó buscando información hasta que encontró algo mas, una carpeta que explicaba que era lo que estaba pasando en Victoria, todo un plan, algo elaborado, pero donde se remarcaba un nombre clave... Sanctum. — Creo que hasta aquí llego nuestra alianza...— En todo momento ella había tomado control de las computadoras, pero al final, se fue reincorporando, mientras con la mano hacía un gesto para llamar a la pantalla y poder generar de nuevo su vestido rojo elegante. — Debes leer eso... — Dejando la información a la disposición de la pelirroja, en ella podría encontrar que Wayland Industries había orquestado esa rebelión para poder crear la idea de que la gente en Aeon estaba amenazada y que su única esperanza era Sanctum, todo eso había sido orquestado por una mente superior y que obviamente, estaba de acuerdo con la guild.

— La razón por la que te trato de esa manera, es porque confió en tu persona... ¿como coquetearle a una persona en la que no sientes la suficiente confianza? — Avanzando hacía el elevador, como había dejado antes claro, el tiempo en que estuvieran juntas había terminado, además de que pronto seguro el grupo de Sanctum estaría llegando al lugar para hacerse cargo de lo sucedido, tenía poco tiempo para usar las llaves y liberar a esas personas, además de escapar de Victoria antes que ellos llegaran. Además, ella tendría cosas que hacer con la lectura que le había dejado y estar en ese lugar era algo que no le competía, mas allá de la misión que habían hecho, nada mas les enlazaba.

Continuo hasta que al llegar al elevador presiono uno de los botones para descender dejando a Regina detrás de si, meditando por un momento, hasta que emitió un profundo suspiro, aquello era el comienzo de algo mas grande. — Joyce, corre la voz dentro del Underground... Wayland ha comenzado a moverse— Susurraba, un mensaje de voz enviado para un receptor en especifico, uno que sabría que hacer con esa información, este podría ser el comienzo de algo mas grande en Aeon.