Simple calvaca parar pasar il volta.
Simple calvaca parar pasar il volta.
Simple Calvaca para pasar il volta
K.Cherrypie ф Presente 11:30 AM ф Lorie
K.Cherrypie ф Presente 11:30 AM ф Lorie
“ | Entonces? Prego Prego! No tenemos tiempo Haze! Hay dios... SI SI tengo todo yo.. ¡Eres inútil! se supone que tu MI STAND tiene que cargar las cosas ... ¡NO YO! Ahhh Figlio di... Yaya no vamos a discutir... solo empecemos, se nos hace tarde y a decir verdad tendríamos ya que estar ahi... No no vas a ir delante ¡Yo voy delante! No!.. NO ME EMPUJES! . |
Era temprano, pero en cierto punto para Cherry era tarde. Tenia que llegar a ese lugar mas o menos a las 8 AM queria tener todo el tiempo del día para disfrutar de su viaje pero... Pero eran las 11 y mas. Todo culpa de Haze, ese tonto bocazas que hizo que se enojaran con el y no le permitieran emprender el viaje. Lo retrasaron aproximadamente 2 horas de su salida por ende llegaban al lugar 3 horas mas tarde de lo esperado, como si fuera poco este viaje lo emprendía con Haze por el simple hecho de que se ofreció a acompañarlo (Y que ademas pasar mas tiempo con Haze le ayudaba a mejorar aun mas la conexión mental entre ambos) Pero es que Haze ese día se había levantado mas gracioso de lo costumbrado y empezó a molestar a uno de los chóferes con su prominente calva. Maledizione.. No paso mucho hasta que el chófer se enojara y decidiera por no facilitarles el viaje a ambos, dejándolos varados en medio del camino sin nada mas que la opción de caminar todo el tramo restante hacia Lorie. La discusión entre ambos a medida que el camino se completaba era quizas lo único que los distraía de el hecho de que tenían un largo viaje en adelante. No se dudaba que Haze era el mejor amigo de Cherry pero a veces si que se querían matar entre ellos, mejor dicho: a veces Cherry queria matar a Haze por que lo metía en problemas. De hecho no llevaban mucho camino cuando la discusión comenzaba a parecer mas que ello, una pelea de niños por una pelota. -Eres tonto.- Le decía Cherry infantilmente en su pose de enojo. -Y tu eres un cabeza hueca, Rubio tonto.- Le respondía un Haze que cargaba las maletas, flotando a apenas unos 2 metros de Cherry hacia su derecha.-¿Así? Pues tu ni si quiera sabes contar.- Le replicaba aun en la defensiva. -Si pero al menos no soy una nena miedosa que come caramelos todo le día.- Aun que era una discusión "seria" poco a poco parecía que los dos eran dos tontos que peleaban de manera absurda por.. Por nada. - ah.. Pues ¿sabes que? tu eres adoptado.- Dijo sabiendo que eso era un golpe bajo para Haze quien no creía mucho que fuera un stand, siempre se referia a el como un "hermano" aun que supiera que así no fuera.
-Hey hey hey... Con eso no se bromea cabezotas..
Se detuvo un segundo Haze para luego continuar caminando, pero a pesar de todo se escucho la risa de ambos. Luego de 2 horas a pie, llegaban a Lorie un poco exhaustos a decir verdad, no tanto Haze quien ni si quiera caminaba pero si estaba cansado Cherry y si el estaba cansado entonces Haze también. Se notaba en el rostro de el que tenia falta de aire y que queria antes que nada tomar algo pues se moría de sed, para su suerte un local se veía a la distancia. Una especie de bar con mesas en la parte de fuera. Era obvio y no tardo mas de unos segundos en llegar corriendo cual desesperado y sentare en una de las sillas esperando ser atendido.-Dio benedisse- Dijo aliviado mientras que se acomodaba mejor en ese asiento bajo la sombra de ese cálido día. Una vez sentado, atrás suyo estaba Haze cargando un bolso con sus cosas, pues tenia pensado estar unos días en ese lugar. Era un lugar mas que tranquilo a decir verdad. Gente caminando por todos lados, pareciera un lugar de los mas cómodo para estar y lo era, seguramente en unos minutos comenzaría a pasar por todos los lugares para conocer este mismo, ya hasta se había olvidado el retraso de que era culpable Haze, ni si quiera preciare importarle a decir verdad. Fue atendido y no espero demasiado a que le trajeran esa preciada agua que tomo como si fuera la ultima que fuera a tomar en su vida, pareciera que exageraba pero es que no se le daba muy bien lo de ser el que camina mucho así que aun una caminata no tan importante como la que había llevado le llegaba a dejar casi exhausto por hacerla. Una vez terminado el trago se dejo casi caer en la silla, quedando desparramado y sonriente como pocas veces en su vida. -Ya amo este lugar..- Dijo completamente complacido de haber tomado eso, pero claro no se podía quedar ahí todo el día y luego de efectuar el pago se puso de pie para comenzar el paseo.
Comenzó su caminar, lento y tranquilo por el lugar. Comenzaba a ver las tiendas, las personas de lugar. Todo parecía mas que alegre, Siempre seguido de cerca por Haze que no se despegaba mas de 1 metro de el. Y parecía igual o mas curioso que el al ver todo el lugar. -bastante grande ¿eh? - Le pregunto como queriendo hablar de algo para romper el hielo. -Que si... Podríamos estar aquí todo el día.. LASTIMA que llegamos TAN tarde ¿No? - Entonces le miro casi ofendido de manera bastante infantil, era bastante molesto cuando alguien hacia algo mal e insistía con el tema hasta el cansancio a veces. Entonces Haze hizo un silencio mirándolo y negó con la cabeza.-¿En serio?.. Vamos .. Ya esta..- Luego de otro silencio ambos continuaron ojeando todo el lugar, buscando que hacer en este mismo, esperando encontrar algo que les llamara la atencion o parecido, lo que fuera para matar el tiempo mientras que paseaban por ese bello y curioso lugar. Se notaba el interez de ambos al estar ahi, pues a pesar de que pareciera lo contrario Haze tenia los gustos mas parecidos a los de Cherry de lo que todo aparentaba, pues estaban unidos demasiado fuerte por ende sus pensamientos y gustos eran practicamente los mismos.
Invitado- Invitado
Re: Simple calvaca parar pasar il volta.
Algo que se podía considerar como un hecho innegable era que Beautje nunca ganaría el premio a miss simpatía. Mucho menos en días como los corrientes. Si hubo alguna vez en que se haya encontrado de rosas, viendo solo lo bueno del mundo, de momento no quedaba ni el más mínimo recuerdo. Eran esos días en que no solo ves el vaso medio vacío, sino que también el agua sucia y uno de los bordes astillados. Pero tanta negatividad concentrada en un cuerpo tan pequeño tenía una razón, pues por muy impulsiva que podría llegar a ser aún conservaba cierto índice de coherencia en sus acciones. Y esa razón era simple: Loire. Aunque para ser específicos, la ciudad era hermosa y ella disfrutaba mucho de las instalaciones, el problema eran los individuos que ese día parecían haberse reunido en una de las zonas más, aparentemente, tranquilas para armar un jaleo.
El tono elevado y las risas, entre otras cosas, no molestaban realmente. Sin embargo, cuando al pasar en frente del grupo, algún tipo de gremio para imbéciles, escuchó un grito que le hizo volverse para observar por encima de su hombro. Uno de los tantos reunidos había gritado, citándolo, “¡Mira esa cosa! ¡Seguro es uno de esos programas inútiles!” No, no era extraño que le confundiesen con un program; después de todo con su apariencia no aparenta ser ningún tipo de amenaza. Pero, ¡joder!, que no era la única con apariencia de conejito; aunque ella se veía especialmente mona e inofensiva con su cabello ordenado en dos enormes trenzas que estaban cerca de rozar el suelo.
Cosas como PvP no estaban permitidas dentro de la ciudad, pero un poco de violencia nunca sobraba. Hakuai parecía agradarle la idea pues comenzó a erizarse mientras le clavaba todo el odio que podía inspirar en su adorable forma, Shirokoi por su parte se limitó a saltar a los brazos de Bea.
- Tch… qué fastidio. – Mientras sostenía a Shirokoi con una mano, buscó entre las cosas que cargaba en los bolsillos. La sonora risa del mono que había osado insultarla le resonaba en los oídos. Pero ella no peleaba; no personalmente. Eso era para bárbaros.
Encontró lo que buscaba. Una pequeña piedra de color verde brillante, sonriendo le dio un beso casi como un saludo y una despedida. Era un espíritu condensado; cosas que se obtienen al ayudar a las criaturas de aeon.
Se volteó y comenzó a caminar nuevamente, dejando atrás al grupo. No muchos pasos adelante lanzó la piedra hacia atrás, la cual cayó cerca de los monos. – Kah-bohm. – Y la roca explotó en una nube de tinta color verde. Les tocaría lucir un peinado extravagante los siguientes días. Como era de obviar; cuando la nube se disipó, no había rastro de Beautje. Más le valía a ella no cruzarse con esos tipos de nuevo si quería evitar acabar en un PvP.
En el entretiempo que le había dado la explosión de tinta, la peli-azul había tomado una de las callejuelas secundarias entre dos edificios para alejarse con total tranquilidad bajo las miradas desconcertadas de los demás jugadores que probablemente ni siquiera notaron quién había sido el autor de la explosión.
No había pasado un minuto y medio del altercado, y Bea ya se había olvidado completamente del asunto, estando más preocupada por encontrar algún sitio para sentarse a comer. Porque otra de las razones, una de las principales además de la cantidad de jugadores rondando la ciudad, por las que estaba fastidiada era porque para llegar a la ciudad (con intenciones de renovar su inventario) había tenido que hacer un recorrido olímpico; montando algo similar a una perra gigante a la que apodó cariñosamente “Dèlic”. Si bien no se había agotado físicamente, fueron más de 4 horas de viaje gracias a que no quiso utilizar ninguna clase de transporte instantáneo y una tortuga caminaba más rápido que Dèlic.
- Genial, no tengo idea de donde estoy… - Murmuró, caminando de un lado al otro. - ¿Acaso cambian todo de lugar cada semana en esta maldita ciudad? - No, nada cambiaba de lugar. Sencillamente ella no era la mujer con mejor sentido de la orientación del mundo, pero eso no era algo que vaya a aceptar fácilmente.
Iba a salir por uno de los extremos de la calle, para doblar una esquina, cuando vio a la distancia el grupo de monos, ahora transformados en aliens. Y sí que no se veían felices. Resopló mientras se daba vuelta y se echaba a correr; ¡Nada de duelos, demonios!
Corrió una distancia considerable, unas 10 tiendas diferentes se pasearon frente a sus ojos, hasta sentirse más o menos segura. Entonces tuvo la maravillosa idea de mirar por encima de su hombro, tardando demasiado en poder ver algo gracias al desastre que era su cabello. Y, como era de esperarse, se llevó por delante “algo”. Aunque la acción fue, exactamente, chocar contra algo y acabar en el piso un par de metros más adelante. Era el problema de ser tan menuda; probablemente el ‘objeto’ contra el que se había chocado ni siquiera se había inmutado de su tropiezo. – Uuurgh – Se sentó sobre sus rodillas, y las gatitas rápidamente corrieron a maullar a su alrededor. Volvió la vista para encontrarse con que se había chocado con una persona, efectivamente, un tipo que no podría ganarse la etiqueta de ‘normal’. Sin contar la cosa que parecía acompañarlo.
No iba a disculparse; no antes de que él reaccione de alguna manera.
El tono elevado y las risas, entre otras cosas, no molestaban realmente. Sin embargo, cuando al pasar en frente del grupo, algún tipo de gremio para imbéciles, escuchó un grito que le hizo volverse para observar por encima de su hombro. Uno de los tantos reunidos había gritado, citándolo, “¡Mira esa cosa! ¡Seguro es uno de esos programas inútiles!” No, no era extraño que le confundiesen con un program; después de todo con su apariencia no aparenta ser ningún tipo de amenaza. Pero, ¡joder!, que no era la única con apariencia de conejito; aunque ella se veía especialmente mona e inofensiva con su cabello ordenado en dos enormes trenzas que estaban cerca de rozar el suelo.
Cosas como PvP no estaban permitidas dentro de la ciudad, pero un poco de violencia nunca sobraba. Hakuai parecía agradarle la idea pues comenzó a erizarse mientras le clavaba todo el odio que podía inspirar en su adorable forma, Shirokoi por su parte se limitó a saltar a los brazos de Bea.
- Tch… qué fastidio. – Mientras sostenía a Shirokoi con una mano, buscó entre las cosas que cargaba en los bolsillos. La sonora risa del mono que había osado insultarla le resonaba en los oídos. Pero ella no peleaba; no personalmente. Eso era para bárbaros.
Encontró lo que buscaba. Una pequeña piedra de color verde brillante, sonriendo le dio un beso casi como un saludo y una despedida. Era un espíritu condensado; cosas que se obtienen al ayudar a las criaturas de aeon.
Se volteó y comenzó a caminar nuevamente, dejando atrás al grupo. No muchos pasos adelante lanzó la piedra hacia atrás, la cual cayó cerca de los monos. – Kah-bohm. – Y la roca explotó en una nube de tinta color verde. Les tocaría lucir un peinado extravagante los siguientes días. Como era de obviar; cuando la nube se disipó, no había rastro de Beautje. Más le valía a ella no cruzarse con esos tipos de nuevo si quería evitar acabar en un PvP.
En el entretiempo que le había dado la explosión de tinta, la peli-azul había tomado una de las callejuelas secundarias entre dos edificios para alejarse con total tranquilidad bajo las miradas desconcertadas de los demás jugadores que probablemente ni siquiera notaron quién había sido el autor de la explosión.
No había pasado un minuto y medio del altercado, y Bea ya se había olvidado completamente del asunto, estando más preocupada por encontrar algún sitio para sentarse a comer. Porque otra de las razones, una de las principales además de la cantidad de jugadores rondando la ciudad, por las que estaba fastidiada era porque para llegar a la ciudad (con intenciones de renovar su inventario) había tenido que hacer un recorrido olímpico; montando algo similar a una perra gigante a la que apodó cariñosamente “Dèlic”. Si bien no se había agotado físicamente, fueron más de 4 horas de viaje gracias a que no quiso utilizar ninguna clase de transporte instantáneo y una tortuga caminaba más rápido que Dèlic.
- Genial, no tengo idea de donde estoy… - Murmuró, caminando de un lado al otro. - ¿Acaso cambian todo de lugar cada semana en esta maldita ciudad? - No, nada cambiaba de lugar. Sencillamente ella no era la mujer con mejor sentido de la orientación del mundo, pero eso no era algo que vaya a aceptar fácilmente.
Iba a salir por uno de los extremos de la calle, para doblar una esquina, cuando vio a la distancia el grupo de monos, ahora transformados en aliens. Y sí que no se veían felices. Resopló mientras se daba vuelta y se echaba a correr; ¡Nada de duelos, demonios!
Corrió una distancia considerable, unas 10 tiendas diferentes se pasearon frente a sus ojos, hasta sentirse más o menos segura. Entonces tuvo la maravillosa idea de mirar por encima de su hombro, tardando demasiado en poder ver algo gracias al desastre que era su cabello. Y, como era de esperarse, se llevó por delante “algo”. Aunque la acción fue, exactamente, chocar contra algo y acabar en el piso un par de metros más adelante. Era el problema de ser tan menuda; probablemente el ‘objeto’ contra el que se había chocado ni siquiera se había inmutado de su tropiezo. – Uuurgh – Se sentó sobre sus rodillas, y las gatitas rápidamente corrieron a maullar a su alrededor. Volvió la vista para encontrarse con que se había chocado con una persona, efectivamente, un tipo que no podría ganarse la etiqueta de ‘normal’. Sin contar la cosa que parecía acompañarlo.
No iba a disculparse; no antes de que él reaccione de alguna manera.
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