Polvora Redfox

Es un huracán de pensamientos caóticos y poco relevantes.

Ante todo, su personalidad se basa en la cantidad de comida que ingrese a su estómago. Si su pancita no está contenta, ella tampoco. Lejos de eso, es muy quisquillosa con las cosas que roba y luego guarda o colecciona. No crean que el roba a todo ser humano que le cruce por el frente. No, no. Tiene más dignidad que los ladrones normales. Al menos un poco. Solo roba cuando lo cree necesario, puesto que su status económico no es tan malo.Roba por el simple placer de meter algo más en su caja de caoba con objetos robados. No los cambia por cosas, no los vende. Se quedan allí, llenos de polvo y buscando a su dueño.

Entre otras cosas que no tienen nada que ver con la plataforma de juego, detesta que la llamen Polvora. No sabe si culpar a su madre por ponerle un nombre tan raro o a ella misma por seleccionarlo para su username. De cualquier forma, la mayoría la llama "Polly", o directamente por su apellido. Los que quedan, le dicen nombres patéticos a su parecer, como "ojos enormes", o "la loca de las monedas", éste útlimo, refiriéndose a su manía por coleccionar monedas y llevarlas en el bolsillo, haciendo «tlac, tlac, tlac».

En cuanto a su sentido de moral y ética, cree que el juego es eso: un juego. Por eso no se preocupa si la molestan o si tiene que morir. No cree en las alianzas, por lo que mayormente se encuentra sola. No le molesta: la soledad fue su mejor amiga durante muchos años y... además no puede estar cerca de alguien sin intentar robarle algo.

Aún así, es una niña bastante normal. Es bondadosa y puedes confiarle cualquier secreto sin temor a que medio Aeon lo sepa. No tiene muchos amigos, lo cuál ha motivado su hobby por hacer animales de peluche y llevarlos encima. Tiene confianza en sí misma y no dudaría en arrancarle el cabello a alguien si comienza a ser muy molesto. Puede ser orgullosa y un poco demandante, pero solo cuando la atrapan en sus robos.

La música, la lluvia, el color rojo, los pasteles, leer, robar, quejarse sobre la sal del agua, quejarse las batallas, programadores y en general, quejarse sobre todo lo demás. Tambén le gusta el té, los gatos, y cualquier cosa que sea adorable.

Las guerras, los bolsos vacíos, las personas feas, que le digan qué hacer, no tener nada que hacer, saltarse su hora del té, que la desconecten de Aeon.

Digamos que a los ojos de cualquiera, Polvora no es tan invisible.

Alcanza el uno setenta sin sus zapatos con plataforma, y pesa casi cincuenta kilogramos. No pueden negar que es bonita en general. Curvas que pueden verse a distancia, piernas largas cubiertas en medias chistosas, cintura de avispa y ojos increíblemente grandes. Éstos, tienen una tonalidad muy oscura, casi llegando al negro. Contrastando esto, su piel es pálida y sin ninguna marca. Su rostro en forma de 'v' tiene facciones delicadas, en porciones pequeñas y muy sutiles. Tiene la nariz respingada, y su barbilla es igual. Enmarcando su rostro están sus pómulos, ligeramente marcados, que hacen su estructura ósea parezca más joven de lo que realmente es. Su cabello es de una tonalidad rosácea y lo lleva a la altura de su cintura, molestándose en acomodarlo en dos coletas altas, dándole un aspecto más juvenil.

Así, no es alguien que pasa por desapercibida.

Eso, y toda la vestimenta que lleva encima. Su estilo es más gótico pastel que nada: faldas cortas en colores cálidos, como rosa o lila, medias con diversos patrones, zapatos con plataformas y maquillaje que la hace parecer una muñeca. Aún así, cuando va al terreno de trabajo (otra manera de decirle trabajo a sus robos) utiliza un par de botas antiderrapantes, medias hasta la altura de medio muslo, hombreras, y una corona roja con una cruz.

Polvora es considerada una chica atlética. Aunque la mayor parte de sus habilidades hacen el trabajo, no puede dejar de lado la idea de ejercitarse sanamente. Es ágil y rápida, lo que le permite zafarse de algunas situaciones muy fácilmente. Aunque su condición física no es la mejor de todas, no puede quejarse.