The realm of Elysion [Élite]
The realm of Elysion [Élite]
por K.B. Sáb Oct 05, 2013 12:08 pm
The Realm of Elysion
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Historia
Elysion Antes de La guerra
Son muchas las historias que cuentan sobre los orígenes de Elysion. Algunos solo afirman que esta es una dimensión más y que otras razas y seres racionales habitan en esas otras dimensiones. Yo por lo menos me he limitado siempre a creer lo que he tenido delante, no tengo nada para demostrarlo, pero os puedo asegurar que esta historia es real, pues yo mismo la viví.
Elysion fue el nombre que recibió mi mundo, los antiguos elfos y dragones dieron este nombre a estos lugares. Quizás por eso se les considere las razas más antiguas, aunque estoy seguro que no estaban solos. Antaño en la región central, Elure, la ciudad de Sylore, crecía próspera en tierra firme. La humanidad y las razas respiraban tiempos de paz, sin contar pequeños conflictos que sucedían en lugares determinados y que terminaban rápido.
Sylore era gobernado por el reina ángel Bedola Pulchra (Significa cristal y su apellido hermoso en latín) y el rey demonio Nergal Tenebris (Nergal es el demonio jefe de la policía secreta del infierno y su apellido es tenebroso en latín). La unión entre un ángel y un demonio hizo que el bien y el mal se equilibrasen en toda Elysion. Aunque los demás territorios eran reinados por sus respectivos reyes, Elure mostraba una superioridad en todos los aspectos ante las demás regiones y esto hacía que fuera respetada en todo Elysion.
Fue un proceso muy duro que los habitantes de Elysion aceptasen el matrimonio de un ángel con un demonio. Como en todo sitio con libertad de expresión, grupos inconformistas salían en la calle a protestar, o realizar revueltas ante su descontento. Fueron muchas las veces que los reyes fueron asesinados debido a intrigas y golpes de estado. Pero, uno de estos intentos, en concreto el último fue el que marcó un antes y un después entre la Elysion actual y la pasada. Un hombre, de raza híbrida, pondría a todo Elysion patas arriba.
Os contaré cómo se formó la actual Elysion tal y como se la conoce, con sus regiones tan diversas entre sí, como se nombro a Sylore la capital, y como esta acabo flotando en el cielo en el centro de Elysion, coronándola. Muchas de estas cosas, fueron efectos de la Guerra de los Cinco Elementos, más conocida como La Gran Guerra; pero para entender que fue la chispa que encendió la mecha de esta guerra nos tenemos que ir más atrás que el inicio de esta, más concretamente a la vida de Calvyn Gaia, posiblemente el primer Decoy que existió, aunque realmente se trataba de un Hybrid…
La infancia de Calvyn Gaia
Poco a poco, siguiendo el ejemplo del matrimonio de dos razas diferentes, las razas empezaron a mezclarse, de ahí que nació una nueva raza por sí misma, los Hybrid, que llevaban la sangre de otras razas por sus venas. Sin embargo, el temor al poder que podía tener los Hybrid hizo que estos fueran marginados, repudiados, y en ese contexto creció Calvyn Gaia.
Gaia era un semielfo, fruto de una relación entre un elfo y una humana, y como hemos mostrado anteriormente, su vida no fue nada fácil. La infancia de Calvyn estuvo plagada de vejaciones, palizas, peleas, pero seguramente lo que más marcó a Calvyn fue su primer asesinato, que ocurrió cuando este tenía 17 años.
Fue en defensa propia, cuando estaba siendo perseguido por un grupo de matones para darle una paliza por el simple hecho de ser un Hybrid. Esto de por si no sería nada nuevo en su vida, si no fuera porque quien los había provocado había sido el mismo, y ahora se encontraba huyendo de ellos torciendo esquinas y tomando cada callejón que veía sin saber muy bien a donde iba. La mala suerte quiso que acabara en un callejón sin salida, atrapado por una pared demasiado alta como para poder escalarla. En las caras de los matones se veía su furia, su gestos indicaban que iban a disfrutar, que le iban hacer pagar caro el haberse metido con ellos.
El primer puñetazo llegó con una velocidad que le sorprendió, directo a la boca del estomago dejándolo sin aire y haciendo que se inclinara del dolor. El siguiente le alcanzó la cara, rompiéndole la nariz y derribándolo al suelo. Calvyn se encogió sobre sí mismo, sangrando y llorando sin poder evitarlo mientras recibía patadas de los matones por todos lados. Comprendió que esta vez no se iban a conformar con una paliza, que lo iban a matar ahí mismo.
Poco a poco la furia se fue abriendo paso en sus pensamientos, quería hacerles daño, hacerles pagar por todo lo que habían hecho, que le temieran… Y la furia encendió algo más, hizo que su poder se manifestara por primera vez, haciendo que una estalagmita gigante surgiera del suelo a los pies de uno de los matones, atravesando la mandíbula matándolo en el acto. Los demás matones se quedaron congelados, sin saber que acababa de pasar exactamente, su amigo yacía muerto en el suelo sin un buen trozo de su cabeza. Calvyn se levantó lentamente, pronto comprendió que era él quien había hecho eso. Los matones tampoco tardaron demasiado en relacionar los hechos, pero su cara de furia había dado paso a una mezcla de incredulidad y miedo, sin saber muy bien si abalanzarse sobre él o salir huyendo en un intento de salvar sus vidas. Antes de que pudieran decidirse, Calvyn levantó la mano derecha con la palma apuntando a uno de ellos, y una estalagmita salida de la nada se dirigió con una precisión milimétrica al corazón del otro matón.
El matón restante, meandose encima por el miedo al ver caer a su amigo fulminado, determinó que lo mejor que podía hacer era correr por su vida. Calvyn no le persiguió, dejó que huyera mientras contemplaba lo que había hecho. Había matado a dos personas, y le había gustado, la cara de sorpresa de sus víctimas… su miedo… Calvyn empezó a reír, preso de su propia locura. Ese día nació el monstruo que llevaría a todo Elysion a cambiar para siempre.
Sin embargo el error de Calvyn fue dejar al último matón con vida. A la mañana siguiente, la guardia ajusticio a sus padres, y habrían hecho lo mismo con el si no hubiera huido, matando a varios guardias a su paso. Así el tiempo fue pasando, con Calvyn jurando que se vengaría, y que algún día le daría su merecido al resto del mundo, aunque para ello tuviera que vivir eternamente.
Así, Calvyn pasó gran parte de su vida dedicado a modificarse a sí mismo, a aumentar su poder, su longevidad, hasta el punto que uno no podía estar seguro que parte de él era mecánica y que parte biológica. El mundo se había olvidado de él, pero el mundo lamentaría haberlo hecho. Su influencia con el tiempo fue creciendo, llevándose a su bando a gente, Hybrids que habían pasado por lo mismo que el, convenciéndolos que ellos eran los puros, la evolución razonable frente al resto, y que era hora de reclamar su lugar, que él era el mesías que los guiaría para ocupar su lugar. Lo curioso que el grupo no solo lo formaron Hybrids, otras razas en menor medida lo siguieron, bien porque sentían que también eran despreciados, o algunos porque se olían que podrían beneficiarse de los planes de Calvyn. El propio Calvyn no se consideraba más un hybrid, sino algo mejor, un ser que transcendería en el tiempo y cuyo poder sería inimaginable, pero para ello aún le faltaban más cosas por hacer.
La abertura de la grieta
Ya entonces, Calvyn estaba siendo cuidadosamente vigilado. Las noticias volaban rápido, y que alguien pregonara algo así desde luego no pasaba desapercibido. Por supuesto, Calvyn ya sabía todo esto, pero aun así no puso ningún empeño en evitar que le espiaran, pues consideraba que por mucho que supieran de sus planes no serían capaces de detenerle. Al fin y al cabo, lo que más quería Calvyn era que le temieran, que se supieran de sus acciones solo hacía que estos solo tuvieran más fuerza de persuasión, que llegaran a más gente. Ya fuera porque no le consideraban un peligro inminente, o que realmente no podían intervenir, Calvyn tenía razón, y para cuando quisieron hacer algo para detener los planes de este, ya era demasiado tarde, y solo podían prepararse ante la guerra que se avecinaba, y que pintaba que sería la más cruda y cruel que hasta el momento habría dado lugar en Elysion.
Una vez tenía su séquito, que podría convertirse fácilmente en un ejército, lo siguiente que necesitaba Calvyn era más poder. Había llegado a sus oídos que había una misteriosa sustancia en la región de Syloxis que era prácticamente pura magia, pura energía, y por tanto, una fuente de poder que le haría tremendamente poderoso a él y a su ejército. Así que junto a su gente se dirigió a Syloxis, dispuesto a encontrarla, aunque tuviera que esperar otros 60 años para hallarla.
La abertura de la grieta no fue ningún accidente provocado por la guerra de los cinco elementos. Guiados por Calvyn Gaia (aun no se le conocía como el señor de los cinco elementos, aunque aquello tardaría poco en cambiar) como una especie de profeta que les llevaría a la tierra prometida, que según él se encontraba escondido en algún lugar enterrado sobre las tierras de Syloxis, que por aquel entonces no resultaba un lugar tan tenebroso ni peligroso, aunque sin duda se trataba de una región árida y apenas sin vida.
Con ayuda de alta tecnología, los seguidores de Calvyn Gaia, que resultaban ya bastante numerosos, empezaron a cavar túneles internándose cada vez más en las profundidades, buscando una sustancia que Calvyn Gaia ansiaba encontrar para poder llevar a cabo sus ambiciosos planes. Las excavaciones duraron meses, y cada día que pasaba más se mermaba la credibilidad de Calvyn con sus seguidores, pero un buen día mientras cavaban en dirección este, la pared y parte del suelo se derrumbaron dejando a la vista una gran gruta con una anchura de kilómetros entre sus paredes y que recorría prácticamente la gran mayoría de Syloxis internamente.
En su un interior se encontraba una sustancia liquida que emitía luces de diferentes colores que a algunos les recordaban a los tonos del arcoíris, pero que podía resultar letal, como habían comprobado los dos mineros que cayeron en él, dejando solo sus ropas, como si nunca hubieran existido. La mayoría de gente pensó que la gruta submarina era un sitio de mal augurio por lo que les ocurría a los que caían en sus extrañas aguas, mientras que Calvyn no cabía de gozo, pues había encontrado aquello que es lo que buscaba. Declaro a su gente que este era el lugar prometido, y que construirían una ciudad que se sostendría sobre aquel líquido, que fue bautizado como la sustancia de los cinco elementos.
Pese a las reticencias de algunos, las palabras de su líder les animaron a construir aquello que su líder prometía ser su particular paraíso y con el tiempo la concepción de la misteriosa sustancia cambio gracias en parte a los seguidores más radicales de Calvyn Gaia, que precisamente sostenían que aquellos que caían en esas aguas no morían, si no que se volvían uno con Gaia, la diosa que los había guiado hasta aquí para construir la ciudad.
Sin embargo los planes de Calvyn eran otros. Necesitaba esa ciudad, pero no para ofrecer su culto a Gaia, si no para un motivo que para él era de mucha más importancia. Con la ayuda de Kalis, un ingenioso ingeniero que pertenecía al grupo de los más radicales, construyeron la ciudad sobre una base de engranajes y carriles, permitiendo cambiar la forma de la ciudad como de un puzle se tratara. Esto permitía a la ciudad trasladarse a lo largo de toda la gruta, mientras que unida a la ciudad se extendían una serie de pistones mecánicos y engranajes gigantes apoyados en las paredes de la gruta, de los que la gente desconocía su utilidad.
A su vez, a la sombra de sus seguidores, Calvyn realizaba terrible experimentos humanos con la sustancia de los cinco elementos, comprobando las reacciones que sufrían al tocar esta sustancia, o incluso ingerirla. Todo esto lo hacía con la mayor discreción posible, usando criminales o prisioneros que habían ido haciendo en su camino. Algunos también eran voluntarios, que se ofrecían por la causa de Calvyn. Lo que se descubrió, es que la sustancia de los cinco elementos reaccionaba violentamente ante cualquier materia viva, disolviéndola y ocasionando una ligera explosión, mientras que si era ingerida, la mayoría de las ocasiones esta producía la muerte por la disolución de los órganos internos, aunque también había gente que sobrevivía.
Una vez estudiados los efectos que podía tener sobre la gente y el medio ambiente, Calvyn encontró que como pensaba se podía usar como una poderosa arma contra el resto de Sylore, pues lo que ocasionaba estos efectos es que la sustancia contenía tal proporción de magia que todo aquel que no fuera lo suficientemente fuerte fuera absorbida por ella. El siguiente paso era sacar esa sustancia a la superficie abriendo la gruta, creando una grieta. Para ello, usarían los engranajes que se habían construido en la ciudad para ejercer presión en las paredes de la gruta, pero eso no bastaría. Necesitaban que la sustancia de los cinco elementos reaccionara violentamente y estallara hacia arriba como si de un volcán se tratara, pero para eso, se requería una gran cantidad de materia viva, en otras palabras, un enorme sacrificio.
Eso por supuesto no detuvo a Calvyn, que estaba dispuesto a sacrificar a aquellos que fueran necesarios. Sin embargo no era estúpido, y sabía que sacrificar a los suyos sin más les haría volverse en su contra, así que utilizo a los más radicales para ir deteniendo a la gente contraria a sus ideas, que cada vez resultaban ser cada vez más. El día que el número de personas requerido para el sacrificio se alcanzo, junto a todo el mundo incluido a los que formarían parte del sacrificio, estando estos aislados del resto por un perímetro de seguridad.
Empezó su discurso con un mensaje de misericordia, de que perdonaría a todos aquellos que estuvieran dispuestos a retractarse. El mundo les había repudiado, así que ellos repudiaban al mundo, pero que cuando estuvieran listos recobrarían lo que les pertenecía por ley, recobrarían Sylore. Esto entusiasmo a sus seguidores, mientras convencía a algunos de los que fueron detenidos, pero antes de que nadie pudiera reaccionar, el suelo debajo de los detenidos se abrió, cayendo todos los que se encontraban bajo ese suelo al lago de sustancia de los cinco elementos.
Tal cantidad de materia calentó el lago que empezó a burbujear según asimilaba tal cantidad de energía y la convertía en propia, mientras que Calvyn daba órdenes de separar las partes de la ciudad y llevarla a los bordes mediante los mecanismos de movimiento, a la vez que engranajes y pistones empezaban a hacer presión sobre las paredes de la gruta. Antes de que tuvieran tiempo de realizar toda la maniobra el torrente de sustancia estallo violentamente, elevando litros y litros hacia el techo de la gruta, que no fue lo suficientemente resistente y cedió ante tal torrencial fuerza. Por desgracia, la sustancia se dispersaba en todas direcciones, y a aquellos que les salpicaba se empezaban a transmutar en una especie de monstruos, un efecto que nunca habían visto en las pruebas, y quizás un destino mucho más horrible que la muerte misma. Uno de esos chorros baño de lleno a Calvyn, haciendo temer lo peor a los demás, pero sin embargo este sobrevivió, incluso más fuerte que antes. Este fue el día que se abrió la gran grieta en Syloxis, y en el que empezaron a llamar a Calvyn “El Señor de los Cinco Elementos”.
Se contabiliza que al menos un 20% de su población murieron entre los sacrificios y la gente afectada por la sustancia, aunque seguramente las cifras sean más altas. La culpa, por supuesto, se lo hecho Calvyn a un boicot de los partidarios de Sylore, y declaró ahí mismo la guerra al resto del mundo. Ser bañado el mismo por la sustancia de los cinco elementos no había sido planeado, pero todo había salido a pedir de boca, tenía un ejército y un pueblo sedientos de venganza, con un poder inimaginable gracias a la sustancia, que podía usar ahora en su beneficio para dar poder a su ejército. Los mecanismos de la ciudad quedaron destrozados, teniendo que reconstruirla con medios más rudimentarios y más cercanos a la superficie debido a que la sustancia se había vuelto virulenta y más peligrosa aún si cabe. Se reconstruyó como una especie de fortaleza, sostenida por las paredes de la grieta, y se convertiría en la base de operaciones del señor de los cinco elementos durante la guerra.
La Guerra de Los Cinco Elementos estalla
Pese a que en ese momento comenzó oficialmente la guerra, aún se tardaría unos meses en que la primera batalla diera lugar. Los espías informaron de los planes de Calvyn y lo ocurrido, pero eso no les dio tiempo suficiente para prepararse. La mayoría de las razas se negaron a actuar en un principio, creyendo que Calvyn no suponía una amenaza tan grande, así que para cuando se produjo el primer ataque la única que había reaccionado se trataba de Sylore, por lo tanto, el primer envite del señor de los cinco elementos pilló desprevenidos a las demás regiones, y sólo reaccionaron cuando Tesalia prácticamente estaba perdida, y la cantidad de magia usada en batalla había afectado a su ecosistema, creando una nevada perpetua que hacía que reconquistar Tesalia fuera harto difícil.
En todo el tiempo que pasó Calvyn llevando a cabo sus planes, Sylore había estudiado como insertar distintos implantes (así es como Calvyn pudo modificarse a sí mismo) a su vez que investigaban las propiedades que había caído en el bosque de coníferas, cristalizando su centro, incluyendo a las criaturas. Al saber de la declaración de guerra de Calvyn, decidieron adelantar sus planes, y todo el ejército de Sylore y gran parte de su población les implantaron mejoras de todo tipo para aumentar sus habilidades, a su vez que se instalaba un mecanismo debajo de la isla del lago en la que se ubicaba el centro de Sylore. Ese mecanismo no era otro que el mecanismo de levitación que hoy en día mantiene la Alta Sylore flotando en el aire. El día que esta se elevó en el aire, prácticamente a la mitad de la guerra, se cuenta que la actividad en los diversos frentes en los que se estaba batallando paro inmediatamente, dándose una pequeña tregua para ver como tal maravilla de la ciencia y la magia elevaban Sylore a los cielos de Elysion.
Este sería el primer paso para unificar las fuerzas de los demás reinos contra Calvyn, que hasta entonces habían estado luchando por su propia cuenta, o como Arzias, ignorando lo que ocurría más al norte premeditadamente. Sin embargo este hecho ponía en evidencia una vez más la superioridad de Elure, que en este último movimiento había hecho de la mayor parte de su ciudad principal en una fortaleza flotante prácticamente inexpugnable y un centro de observación excelente.
Sin embargo, aún unidos, las fuerzas de Calvyn resultaban apabullantes. Nimoria aguantaba bien gracias a la selva que dificultaba los movimientos de las tropas de Calvyn y daban la ventaja de conocer el terreno a la alianza, y Elure resistía gracias a su capacidad de prever los ataques que se aproximaban y reducirlos antes de que supusieran una auténtica amenaza. Sin embargo, Arzias es quien peor lo pasaba, aguantando a duras penas los embates de cada vez unas guarniciones enemigas más numerosas. Pese a los refuerzos provenientes de Elure, Arzias acabaría cayendo, primordialmente gracias a los rasgados, las tropas de elite de Calvyn. Estas estaban formadas por hombres que habían sido bañados en la sustancia de los cinco elementos y habrían sobrevivido para contarlo. A cambio de un gran poder, su piel se rasgaba mostrando luces cambiantes, y su propia sangre se volvía sustancia.
Pese a que la mayoría del territorio estaba conquistado por Calvyn, la guerra se estancó en un punto muerto en el que ni la alianza ni el ejército del señor de los cinco elementos eran capaces de avanzar terreno. Durante algunos años, el ritmo de la guerra amainó, aunque sin llegar a desaparecer del todo. Aun así, la cosa no pintaba nada bien para la alianza, que no podía hacer mucho salvo resistir. La clave de la derrota del ejército de Calvyn Gaia fue precisamente lo que les había impulsado frente a la alianza: La sustancia de los cinco elementos.
El declive de Calvyn
Con el tiempo, la sustancia se volvió inestable, y esto empezó a afectar a los rasgados de diferentes maneras. Algunos perdieron todo su poder, envejeciendo de golpe, como si usar aquel poder hubiera estado consumiendo su juventud. Otros, murieron súbitamente, si se que se llegara a saber la causa de la muerte, mientras que el peor de los efectos fue que algunos rasgados enloquecía mientras se encontraba en batalla, y empezaba a matar indiscriminadamente a enemigos y aliados.
A su vez, en Syloxis la sustancia pasaba a tener un color negro, mientras toda la región se transformaba una especie de infierno que se expandía a través de la grieta como si la propia fuente fuera la sustancia. Todos los que permanecían en ese momento en Syloxis murieron o se convirtieron en bestias ávidas de sangre, ocasionando numerosas bajas en el ejército de Calvyn al tener gran parte de sus tropas ubicadas en Syloxis. Solo la suerte quiso que Calvyn se encontrara al frente de sus tropas en Arzias, comandando el principal frente de combate que existía en esos momentos. La noticia no tardó en viajar a través de las regiones, incluidas Nimoria y Elure, y la alianza aprovechó el duro golpe que había supuesto ese revés a sus enemigos, recuperando parcialmente Tesalia e impidiendo cualquier movimiento entre Tesalia y Arzias a través de Syloxis, dejando así divididas las fuerzas restantes del ejército de Calvyn.
Con el tiempo, Tesalia fue totalmente reconquistada, y sin posibilidad de ganar la guerra Calvyn se lanzó en un último ataque suicida con los pocos hombres que aun les eran leales. Aun sin la posibilidad de ganar, Calvyn ocasionó grandes pérdidas al ejército de la alianza, llegando a un punto de seguir peleando el solo cuando el resto se habían rendido o bien habían sido masacrados por la superioridad numérica. Se cuenta que hizo falta que trece veteranos héroes de guerra, cada uno de una raza, hicieran frente a Calvyn después de que este matara a más de cinco decenas de soldados para que este finalmente cayera. Sin embargo, también se dice que Calvyn murió sonriendo, pronosticando que algún día volvería, y que cuando eso ocurriera, sería el fin de Elysion.
Los efectos de la guerra
Al fin, la guerra de los cinco elementos había dado a su fin, habían hecho falta 15 años para poner fin a una locura así, y el precio a pagar desde luego fue demasiado alto. Tesalia y Syloxis nunca se recuperaron de las secuelas y la población de Elysion se redujo prácticamente a poco más de la mitad. Los seguidores restantes del difunto señor de los colores fueron desterrados, asentándose la mayoría en poblados en Arzias, renegando del resto de regiones y otros pocos se aventuraron a entrar en una cada vez más peligrosa Syloxis, dispuestos a continuar las doctrinas de su señor como una secta.
En esos quince años las relaciones entre las razas también habían cambiado bastante, creando nuevas enemistades y alianzas, pero quizás, el cambio más importante fue que se empezó reconocer a los hybrid y dejaron de ser perseguidos, ya que los miembros de esta raza que pertenecieron a la alianza fueron los que hicieron más méritos por acabar con el reinado de terror de Calvyn. Paradójicamente, a pesar de haber perdido, Calvyn había conseguido el objetivo que buscaba originalmente antes de ser corrompido por el poder y su locura. A día de hoy, no se sabe si el aviso que dio al borde de la muerte era fundado o se debía a su propia locura, ya que ya transcurridos 98 años después de la Gran Guerra, no ha habido ningún atisbo de que algo así pueda suceder. En todo caso, si ese día llega estaremos preparados, la alianza nunca se llegó a disolver desde ese día, y aunque son un grupo menos mayoritario actualmente, se encuentran en activo defendiendo Elysion de que el mal de Syloxis nunca se extienda al resto de regiones.
FDO: Narrador 98 d.GW
Son muchas las historias que cuentan sobre los orígenes de Elysion. Algunos solo afirman que esta es una dimensión más y que otras razas y seres racionales habitan en esas otras dimensiones. Yo por lo menos me he limitado siempre a creer lo que he tenido delante, no tengo nada para demostrarlo, pero os puedo asegurar que esta historia es real, pues yo mismo la viví.
Elysion fue el nombre que recibió mi mundo, los antiguos elfos y dragones dieron este nombre a estos lugares. Quizás por eso se les considere las razas más antiguas, aunque estoy seguro que no estaban solos. Antaño en la región central, Elure, la ciudad de Sylore, crecía próspera en tierra firme. La humanidad y las razas respiraban tiempos de paz, sin contar pequeños conflictos que sucedían en lugares determinados y que terminaban rápido.
Sylore era gobernado por el reina ángel Bedola Pulchra (Significa cristal y su apellido hermoso en latín) y el rey demonio Nergal Tenebris (Nergal es el demonio jefe de la policía secreta del infierno y su apellido es tenebroso en latín). La unión entre un ángel y un demonio hizo que el bien y el mal se equilibrasen en toda Elysion. Aunque los demás territorios eran reinados por sus respectivos reyes, Elure mostraba una superioridad en todos los aspectos ante las demás regiones y esto hacía que fuera respetada en todo Elysion.
Fue un proceso muy duro que los habitantes de Elysion aceptasen el matrimonio de un ángel con un demonio. Como en todo sitio con libertad de expresión, grupos inconformistas salían en la calle a protestar, o realizar revueltas ante su descontento. Fueron muchas las veces que los reyes fueron asesinados debido a intrigas y golpes de estado. Pero, uno de estos intentos, en concreto el último fue el que marcó un antes y un después entre la Elysion actual y la pasada. Un hombre, de raza híbrida, pondría a todo Elysion patas arriba.
Os contaré cómo se formó la actual Elysion tal y como se la conoce, con sus regiones tan diversas entre sí, como se nombro a Sylore la capital, y como esta acabo flotando en el cielo en el centro de Elysion, coronándola. Muchas de estas cosas, fueron efectos de la Guerra de los Cinco Elementos, más conocida como La Gran Guerra; pero para entender que fue la chispa que encendió la mecha de esta guerra nos tenemos que ir más atrás que el inicio de esta, más concretamente a la vida de Calvyn Gaia, posiblemente el primer Decoy que existió, aunque realmente se trataba de un Hybrid…
La infancia de Calvyn Gaia
Poco a poco, siguiendo el ejemplo del matrimonio de dos razas diferentes, las razas empezaron a mezclarse, de ahí que nació una nueva raza por sí misma, los Hybrid, que llevaban la sangre de otras razas por sus venas. Sin embargo, el temor al poder que podía tener los Hybrid hizo que estos fueran marginados, repudiados, y en ese contexto creció Calvyn Gaia.
Gaia era un semielfo, fruto de una relación entre un elfo y una humana, y como hemos mostrado anteriormente, su vida no fue nada fácil. La infancia de Calvyn estuvo plagada de vejaciones, palizas, peleas, pero seguramente lo que más marcó a Calvyn fue su primer asesinato, que ocurrió cuando este tenía 17 años.
Fue en defensa propia, cuando estaba siendo perseguido por un grupo de matones para darle una paliza por el simple hecho de ser un Hybrid. Esto de por si no sería nada nuevo en su vida, si no fuera porque quien los había provocado había sido el mismo, y ahora se encontraba huyendo de ellos torciendo esquinas y tomando cada callejón que veía sin saber muy bien a donde iba. La mala suerte quiso que acabara en un callejón sin salida, atrapado por una pared demasiado alta como para poder escalarla. En las caras de los matones se veía su furia, su gestos indicaban que iban a disfrutar, que le iban hacer pagar caro el haberse metido con ellos.
El primer puñetazo llegó con una velocidad que le sorprendió, directo a la boca del estomago dejándolo sin aire y haciendo que se inclinara del dolor. El siguiente le alcanzó la cara, rompiéndole la nariz y derribándolo al suelo. Calvyn se encogió sobre sí mismo, sangrando y llorando sin poder evitarlo mientras recibía patadas de los matones por todos lados. Comprendió que esta vez no se iban a conformar con una paliza, que lo iban a matar ahí mismo.
Poco a poco la furia se fue abriendo paso en sus pensamientos, quería hacerles daño, hacerles pagar por todo lo que habían hecho, que le temieran… Y la furia encendió algo más, hizo que su poder se manifestara por primera vez, haciendo que una estalagmita gigante surgiera del suelo a los pies de uno de los matones, atravesando la mandíbula matándolo en el acto. Los demás matones se quedaron congelados, sin saber que acababa de pasar exactamente, su amigo yacía muerto en el suelo sin un buen trozo de su cabeza. Calvyn se levantó lentamente, pronto comprendió que era él quien había hecho eso. Los matones tampoco tardaron demasiado en relacionar los hechos, pero su cara de furia había dado paso a una mezcla de incredulidad y miedo, sin saber muy bien si abalanzarse sobre él o salir huyendo en un intento de salvar sus vidas. Antes de que pudieran decidirse, Calvyn levantó la mano derecha con la palma apuntando a uno de ellos, y una estalagmita salida de la nada se dirigió con una precisión milimétrica al corazón del otro matón.
El matón restante, meandose encima por el miedo al ver caer a su amigo fulminado, determinó que lo mejor que podía hacer era correr por su vida. Calvyn no le persiguió, dejó que huyera mientras contemplaba lo que había hecho. Había matado a dos personas, y le había gustado, la cara de sorpresa de sus víctimas… su miedo… Calvyn empezó a reír, preso de su propia locura. Ese día nació el monstruo que llevaría a todo Elysion a cambiar para siempre.
Sin embargo el error de Calvyn fue dejar al último matón con vida. A la mañana siguiente, la guardia ajusticio a sus padres, y habrían hecho lo mismo con el si no hubiera huido, matando a varios guardias a su paso. Así el tiempo fue pasando, con Calvyn jurando que se vengaría, y que algún día le daría su merecido al resto del mundo, aunque para ello tuviera que vivir eternamente.
Así, Calvyn pasó gran parte de su vida dedicado a modificarse a sí mismo, a aumentar su poder, su longevidad, hasta el punto que uno no podía estar seguro que parte de él era mecánica y que parte biológica. El mundo se había olvidado de él, pero el mundo lamentaría haberlo hecho. Su influencia con el tiempo fue creciendo, llevándose a su bando a gente, Hybrids que habían pasado por lo mismo que el, convenciéndolos que ellos eran los puros, la evolución razonable frente al resto, y que era hora de reclamar su lugar, que él era el mesías que los guiaría para ocupar su lugar. Lo curioso que el grupo no solo lo formaron Hybrids, otras razas en menor medida lo siguieron, bien porque sentían que también eran despreciados, o algunos porque se olían que podrían beneficiarse de los planes de Calvyn. El propio Calvyn no se consideraba más un hybrid, sino algo mejor, un ser que transcendería en el tiempo y cuyo poder sería inimaginable, pero para ello aún le faltaban más cosas por hacer.
La abertura de la grieta
Ya entonces, Calvyn estaba siendo cuidadosamente vigilado. Las noticias volaban rápido, y que alguien pregonara algo así desde luego no pasaba desapercibido. Por supuesto, Calvyn ya sabía todo esto, pero aun así no puso ningún empeño en evitar que le espiaran, pues consideraba que por mucho que supieran de sus planes no serían capaces de detenerle. Al fin y al cabo, lo que más quería Calvyn era que le temieran, que se supieran de sus acciones solo hacía que estos solo tuvieran más fuerza de persuasión, que llegaran a más gente. Ya fuera porque no le consideraban un peligro inminente, o que realmente no podían intervenir, Calvyn tenía razón, y para cuando quisieron hacer algo para detener los planes de este, ya era demasiado tarde, y solo podían prepararse ante la guerra que se avecinaba, y que pintaba que sería la más cruda y cruel que hasta el momento habría dado lugar en Elysion.
Una vez tenía su séquito, que podría convertirse fácilmente en un ejército, lo siguiente que necesitaba Calvyn era más poder. Había llegado a sus oídos que había una misteriosa sustancia en la región de Syloxis que era prácticamente pura magia, pura energía, y por tanto, una fuente de poder que le haría tremendamente poderoso a él y a su ejército. Así que junto a su gente se dirigió a Syloxis, dispuesto a encontrarla, aunque tuviera que esperar otros 60 años para hallarla.
La abertura de la grieta no fue ningún accidente provocado por la guerra de los cinco elementos. Guiados por Calvyn Gaia (aun no se le conocía como el señor de los cinco elementos, aunque aquello tardaría poco en cambiar) como una especie de profeta que les llevaría a la tierra prometida, que según él se encontraba escondido en algún lugar enterrado sobre las tierras de Syloxis, que por aquel entonces no resultaba un lugar tan tenebroso ni peligroso, aunque sin duda se trataba de una región árida y apenas sin vida.
Con ayuda de alta tecnología, los seguidores de Calvyn Gaia, que resultaban ya bastante numerosos, empezaron a cavar túneles internándose cada vez más en las profundidades, buscando una sustancia que Calvyn Gaia ansiaba encontrar para poder llevar a cabo sus ambiciosos planes. Las excavaciones duraron meses, y cada día que pasaba más se mermaba la credibilidad de Calvyn con sus seguidores, pero un buen día mientras cavaban en dirección este, la pared y parte del suelo se derrumbaron dejando a la vista una gran gruta con una anchura de kilómetros entre sus paredes y que recorría prácticamente la gran mayoría de Syloxis internamente.
En su un interior se encontraba una sustancia liquida que emitía luces de diferentes colores que a algunos les recordaban a los tonos del arcoíris, pero que podía resultar letal, como habían comprobado los dos mineros que cayeron en él, dejando solo sus ropas, como si nunca hubieran existido. La mayoría de gente pensó que la gruta submarina era un sitio de mal augurio por lo que les ocurría a los que caían en sus extrañas aguas, mientras que Calvyn no cabía de gozo, pues había encontrado aquello que es lo que buscaba. Declaro a su gente que este era el lugar prometido, y que construirían una ciudad que se sostendría sobre aquel líquido, que fue bautizado como la sustancia de los cinco elementos.
Pese a las reticencias de algunos, las palabras de su líder les animaron a construir aquello que su líder prometía ser su particular paraíso y con el tiempo la concepción de la misteriosa sustancia cambio gracias en parte a los seguidores más radicales de Calvyn Gaia, que precisamente sostenían que aquellos que caían en esas aguas no morían, si no que se volvían uno con Gaia, la diosa que los había guiado hasta aquí para construir la ciudad.
Sin embargo los planes de Calvyn eran otros. Necesitaba esa ciudad, pero no para ofrecer su culto a Gaia, si no para un motivo que para él era de mucha más importancia. Con la ayuda de Kalis, un ingenioso ingeniero que pertenecía al grupo de los más radicales, construyeron la ciudad sobre una base de engranajes y carriles, permitiendo cambiar la forma de la ciudad como de un puzle se tratara. Esto permitía a la ciudad trasladarse a lo largo de toda la gruta, mientras que unida a la ciudad se extendían una serie de pistones mecánicos y engranajes gigantes apoyados en las paredes de la gruta, de los que la gente desconocía su utilidad.
A su vez, a la sombra de sus seguidores, Calvyn realizaba terrible experimentos humanos con la sustancia de los cinco elementos, comprobando las reacciones que sufrían al tocar esta sustancia, o incluso ingerirla. Todo esto lo hacía con la mayor discreción posible, usando criminales o prisioneros que habían ido haciendo en su camino. Algunos también eran voluntarios, que se ofrecían por la causa de Calvyn. Lo que se descubrió, es que la sustancia de los cinco elementos reaccionaba violentamente ante cualquier materia viva, disolviéndola y ocasionando una ligera explosión, mientras que si era ingerida, la mayoría de las ocasiones esta producía la muerte por la disolución de los órganos internos, aunque también había gente que sobrevivía.
Una vez estudiados los efectos que podía tener sobre la gente y el medio ambiente, Calvyn encontró que como pensaba se podía usar como una poderosa arma contra el resto de Sylore, pues lo que ocasionaba estos efectos es que la sustancia contenía tal proporción de magia que todo aquel que no fuera lo suficientemente fuerte fuera absorbida por ella. El siguiente paso era sacar esa sustancia a la superficie abriendo la gruta, creando una grieta. Para ello, usarían los engranajes que se habían construido en la ciudad para ejercer presión en las paredes de la gruta, pero eso no bastaría. Necesitaban que la sustancia de los cinco elementos reaccionara violentamente y estallara hacia arriba como si de un volcán se tratara, pero para eso, se requería una gran cantidad de materia viva, en otras palabras, un enorme sacrificio.
Eso por supuesto no detuvo a Calvyn, que estaba dispuesto a sacrificar a aquellos que fueran necesarios. Sin embargo no era estúpido, y sabía que sacrificar a los suyos sin más les haría volverse en su contra, así que utilizo a los más radicales para ir deteniendo a la gente contraria a sus ideas, que cada vez resultaban ser cada vez más. El día que el número de personas requerido para el sacrificio se alcanzo, junto a todo el mundo incluido a los que formarían parte del sacrificio, estando estos aislados del resto por un perímetro de seguridad.
Empezó su discurso con un mensaje de misericordia, de que perdonaría a todos aquellos que estuvieran dispuestos a retractarse. El mundo les había repudiado, así que ellos repudiaban al mundo, pero que cuando estuvieran listos recobrarían lo que les pertenecía por ley, recobrarían Sylore. Esto entusiasmo a sus seguidores, mientras convencía a algunos de los que fueron detenidos, pero antes de que nadie pudiera reaccionar, el suelo debajo de los detenidos se abrió, cayendo todos los que se encontraban bajo ese suelo al lago de sustancia de los cinco elementos.
Tal cantidad de materia calentó el lago que empezó a burbujear según asimilaba tal cantidad de energía y la convertía en propia, mientras que Calvyn daba órdenes de separar las partes de la ciudad y llevarla a los bordes mediante los mecanismos de movimiento, a la vez que engranajes y pistones empezaban a hacer presión sobre las paredes de la gruta. Antes de que tuvieran tiempo de realizar toda la maniobra el torrente de sustancia estallo violentamente, elevando litros y litros hacia el techo de la gruta, que no fue lo suficientemente resistente y cedió ante tal torrencial fuerza. Por desgracia, la sustancia se dispersaba en todas direcciones, y a aquellos que les salpicaba se empezaban a transmutar en una especie de monstruos, un efecto que nunca habían visto en las pruebas, y quizás un destino mucho más horrible que la muerte misma. Uno de esos chorros baño de lleno a Calvyn, haciendo temer lo peor a los demás, pero sin embargo este sobrevivió, incluso más fuerte que antes. Este fue el día que se abrió la gran grieta en Syloxis, y en el que empezaron a llamar a Calvyn “El Señor de los Cinco Elementos”.
Se contabiliza que al menos un 20% de su población murieron entre los sacrificios y la gente afectada por la sustancia, aunque seguramente las cifras sean más altas. La culpa, por supuesto, se lo hecho Calvyn a un boicot de los partidarios de Sylore, y declaró ahí mismo la guerra al resto del mundo. Ser bañado el mismo por la sustancia de los cinco elementos no había sido planeado, pero todo había salido a pedir de boca, tenía un ejército y un pueblo sedientos de venganza, con un poder inimaginable gracias a la sustancia, que podía usar ahora en su beneficio para dar poder a su ejército. Los mecanismos de la ciudad quedaron destrozados, teniendo que reconstruirla con medios más rudimentarios y más cercanos a la superficie debido a que la sustancia se había vuelto virulenta y más peligrosa aún si cabe. Se reconstruyó como una especie de fortaleza, sostenida por las paredes de la grieta, y se convertiría en la base de operaciones del señor de los cinco elementos durante la guerra.
La Guerra de Los Cinco Elementos estalla
Pese a que en ese momento comenzó oficialmente la guerra, aún se tardaría unos meses en que la primera batalla diera lugar. Los espías informaron de los planes de Calvyn y lo ocurrido, pero eso no les dio tiempo suficiente para prepararse. La mayoría de las razas se negaron a actuar en un principio, creyendo que Calvyn no suponía una amenaza tan grande, así que para cuando se produjo el primer ataque la única que había reaccionado se trataba de Sylore, por lo tanto, el primer envite del señor de los cinco elementos pilló desprevenidos a las demás regiones, y sólo reaccionaron cuando Tesalia prácticamente estaba perdida, y la cantidad de magia usada en batalla había afectado a su ecosistema, creando una nevada perpetua que hacía que reconquistar Tesalia fuera harto difícil.
En todo el tiempo que pasó Calvyn llevando a cabo sus planes, Sylore había estudiado como insertar distintos implantes (así es como Calvyn pudo modificarse a sí mismo) a su vez que investigaban las propiedades que había caído en el bosque de coníferas, cristalizando su centro, incluyendo a las criaturas. Al saber de la declaración de guerra de Calvyn, decidieron adelantar sus planes, y todo el ejército de Sylore y gran parte de su población les implantaron mejoras de todo tipo para aumentar sus habilidades, a su vez que se instalaba un mecanismo debajo de la isla del lago en la que se ubicaba el centro de Sylore. Ese mecanismo no era otro que el mecanismo de levitación que hoy en día mantiene la Alta Sylore flotando en el aire. El día que esta se elevó en el aire, prácticamente a la mitad de la guerra, se cuenta que la actividad en los diversos frentes en los que se estaba batallando paro inmediatamente, dándose una pequeña tregua para ver como tal maravilla de la ciencia y la magia elevaban Sylore a los cielos de Elysion.
Este sería el primer paso para unificar las fuerzas de los demás reinos contra Calvyn, que hasta entonces habían estado luchando por su propia cuenta, o como Arzias, ignorando lo que ocurría más al norte premeditadamente. Sin embargo este hecho ponía en evidencia una vez más la superioridad de Elure, que en este último movimiento había hecho de la mayor parte de su ciudad principal en una fortaleza flotante prácticamente inexpugnable y un centro de observación excelente.
Sin embargo, aún unidos, las fuerzas de Calvyn resultaban apabullantes. Nimoria aguantaba bien gracias a la selva que dificultaba los movimientos de las tropas de Calvyn y daban la ventaja de conocer el terreno a la alianza, y Elure resistía gracias a su capacidad de prever los ataques que se aproximaban y reducirlos antes de que supusieran una auténtica amenaza. Sin embargo, Arzias es quien peor lo pasaba, aguantando a duras penas los embates de cada vez unas guarniciones enemigas más numerosas. Pese a los refuerzos provenientes de Elure, Arzias acabaría cayendo, primordialmente gracias a los rasgados, las tropas de elite de Calvyn. Estas estaban formadas por hombres que habían sido bañados en la sustancia de los cinco elementos y habrían sobrevivido para contarlo. A cambio de un gran poder, su piel se rasgaba mostrando luces cambiantes, y su propia sangre se volvía sustancia.
Pese a que la mayoría del territorio estaba conquistado por Calvyn, la guerra se estancó en un punto muerto en el que ni la alianza ni el ejército del señor de los cinco elementos eran capaces de avanzar terreno. Durante algunos años, el ritmo de la guerra amainó, aunque sin llegar a desaparecer del todo. Aun así, la cosa no pintaba nada bien para la alianza, que no podía hacer mucho salvo resistir. La clave de la derrota del ejército de Calvyn Gaia fue precisamente lo que les había impulsado frente a la alianza: La sustancia de los cinco elementos.
El declive de Calvyn
Con el tiempo, la sustancia se volvió inestable, y esto empezó a afectar a los rasgados de diferentes maneras. Algunos perdieron todo su poder, envejeciendo de golpe, como si usar aquel poder hubiera estado consumiendo su juventud. Otros, murieron súbitamente, si se que se llegara a saber la causa de la muerte, mientras que el peor de los efectos fue que algunos rasgados enloquecía mientras se encontraba en batalla, y empezaba a matar indiscriminadamente a enemigos y aliados.
A su vez, en Syloxis la sustancia pasaba a tener un color negro, mientras toda la región se transformaba una especie de infierno que se expandía a través de la grieta como si la propia fuente fuera la sustancia. Todos los que permanecían en ese momento en Syloxis murieron o se convirtieron en bestias ávidas de sangre, ocasionando numerosas bajas en el ejército de Calvyn al tener gran parte de sus tropas ubicadas en Syloxis. Solo la suerte quiso que Calvyn se encontrara al frente de sus tropas en Arzias, comandando el principal frente de combate que existía en esos momentos. La noticia no tardó en viajar a través de las regiones, incluidas Nimoria y Elure, y la alianza aprovechó el duro golpe que había supuesto ese revés a sus enemigos, recuperando parcialmente Tesalia e impidiendo cualquier movimiento entre Tesalia y Arzias a través de Syloxis, dejando así divididas las fuerzas restantes del ejército de Calvyn.
Con el tiempo, Tesalia fue totalmente reconquistada, y sin posibilidad de ganar la guerra Calvyn se lanzó en un último ataque suicida con los pocos hombres que aun les eran leales. Aun sin la posibilidad de ganar, Calvyn ocasionó grandes pérdidas al ejército de la alianza, llegando a un punto de seguir peleando el solo cuando el resto se habían rendido o bien habían sido masacrados por la superioridad numérica. Se cuenta que hizo falta que trece veteranos héroes de guerra, cada uno de una raza, hicieran frente a Calvyn después de que este matara a más de cinco decenas de soldados para que este finalmente cayera. Sin embargo, también se dice que Calvyn murió sonriendo, pronosticando que algún día volvería, y que cuando eso ocurriera, sería el fin de Elysion.
Los efectos de la guerra
Al fin, la guerra de los cinco elementos había dado a su fin, habían hecho falta 15 años para poner fin a una locura así, y el precio a pagar desde luego fue demasiado alto. Tesalia y Syloxis nunca se recuperaron de las secuelas y la población de Elysion se redujo prácticamente a poco más de la mitad. Los seguidores restantes del difunto señor de los colores fueron desterrados, asentándose la mayoría en poblados en Arzias, renegando del resto de regiones y otros pocos se aventuraron a entrar en una cada vez más peligrosa Syloxis, dispuestos a continuar las doctrinas de su señor como una secta.
En esos quince años las relaciones entre las razas también habían cambiado bastante, creando nuevas enemistades y alianzas, pero quizás, el cambio más importante fue que se empezó reconocer a los hybrid y dejaron de ser perseguidos, ya que los miembros de esta raza que pertenecieron a la alianza fueron los que hicieron más méritos por acabar con el reinado de terror de Calvyn. Paradójicamente, a pesar de haber perdido, Calvyn había conseguido el objetivo que buscaba originalmente antes de ser corrompido por el poder y su locura. A día de hoy, no se sabe si el aviso que dio al borde de la muerte era fundado o se debía a su propia locura, ya que ya transcurridos 98 años después de la Gran Guerra, no ha habido ningún atisbo de que algo así pueda suceder. En todo caso, si ese día llega estaremos preparados, la alianza nunca se llegó a disolver desde ese día, y aunque son un grupo menos mayoritario actualmente, se encuentran en activo defendiendo Elysion de que el mal de Syloxis nunca se extienda al resto de regiones.
FDO: Narrador 98 d.GW
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Re: The realm of Elysion [Élite]
por KOSMOS Sáb Oct 05, 2013 5:35 pm
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