Who are you?

- Hey pretty boy ~ I'm frisky and I'm burning with passion ~ -movía la cabeza con ritmo, dando sus pisadas contra el asfalto de igual manera. Era un lindo día en Rinzen, la única ciudad que conocía. Era un día soleado, pero aún así el viento congelado que recorría la ciudad no paraba de recordarle a sus habitantes que el invierno se acercaba.- A lazy sunday I'm ready for a new kind of actiooooon ~ ~ -sus orejas aleteaban de vez en cuando, reaccionando al aire frío de la ciudad. Y es que con el clima que últimamente había, ni siquiera su suéter parecía poder protegerlo del frío. Pero con suerte su pequeño paseo lo mantendría calientito. O eso esperaba.

-See, I've got bells on, and I've got whiskers too -movió sus manos a su rostro, imitando con sus dedos los inexistentes bigotes, moviendose la par de la canción. Recordaba haberla oído en un arcade cercano y desde entonces no podía quitarsela de la cabeza. Bueno, tampoco era que quisiera hacerlo- I've got some ears on and I've got a set for you ~ -cerró los ojos y empezó a cantar más fuerte, sin molestarse en ver por donde caminaba y sin siquiera pensar en las personas que a su alrededor lo miraban como si estuviera loco- I've got four paws now, my nose is small and pink -empezó a dar vueltas sobre sí mismo mientras se movía, sintiendo cada vez más la ansiedad de volar mientras lo hacía y moviendo sus pies cada vez más rápido.

- I've got a tail now, so what's that make you thiiiiii- maaaawwwuuoch! -gritó mientras rebotaba hacía el suelo. Se hizo bolita mientras caía, rodando por el suelo. ¿Qué había chocado contra una pared o algo así? Lo único que alcanzó a vislumbrar fue una chaqueta roja mientras seguía rodando unos cuantos metros, sintiendose cada vez más mareado por las vueltas.

Le habían dado la misión de atrapar a un fugitivo, un tipo que se había metido con la gente equivocada, pues había robado e uno de los casinos mas importantes de Fortuna, para el, eso era tonto, pero si eres suficientemente tonto como para que un tarado te robe, entonces quien es el estúpido ahí es otro, pero, la paga era bastante buena, cifras que podía usar para sustentar sus gastos y algunas cuantas cosas mas, después de todo, le gustaba bastante el tener algunos cuantos lujos dentro de aeon.

Por algunos de sus informantes en Rinzer, había obtenido detalles sobre la localización del sujeto, era un tipo llamado Rodget, un Thief de nivel bajo que se encargaba solo de robar en casinos y robar a personas, en pocas palabras, era un inútil que iba por la vida haciendo cosas ilegales. Según lo que le informaron, el tipo estaba en el area de bares, pero, para llegar a ese lugar, tenía que ir al norte y cruzar casi toda la ciudad, pues el punto de llegadas de esta se encontraba en el punto sur, por eso sería una buena caminata, después de todo, el clima estaba bastante agradable como para eso.

Iba bien cargado de armas, pues ya tenía un plan para engañar al sujeto para que pensara que el pvp estaba activo en ese momento, un par de pistolas, escopetas en su espalda, lo suficiente para hacer su mentira, igual, no sabía que tan astuto era el tipo, pues quizá encuentra la forma de bajar a Alder, donde si tendría que pelear para atraparlo. Claro, la recompensa lo valía bastante y solo de pensar en aquello, se descuido por un momento y sintió entonces un golpe contra su espalda, por lo que detuvo su caminata y volteó hacía detrás de el, arqueando una ceja, notando la figura de un chico rubio.

— Hey, ¿ te encuentras bien ? — Se giro con un movimiento solo de tobillos y avanzó en su dirección, inclinando su cuerpo y extendiendo la mano diestra hacía el esperando que este aceptara su ayuda para levantarse, en todo caso, era su culpa por haber perdido la noción de su entorno.

- I'm OK, I'm OK! @w@ -respondió con sus ojos aún dando vueltas en espiral. Trató de tomar la mano que le ofrecían, pero por el mareo estaba viendo triple . Lo único que podía hacer era tantear en el aire, esperando tomar la mano que fuera real. Aún así, pudo ver esta vez mejor a la "pared" con la que había chocado. Era un viejito -debía serlo, ¡tenía el cabello blanco de la edad!- vestido de rojo, y que por alguna razón iba armado hasta los dientes. ¡Debía ser un jugador! ...pero no era peligroso serlo a tan avanzada edad?

-Yo tuve la culpa, señor -se disculpó apenado y con las orejas abajo, cuando por fin pudo tomar su mano y ponerse en pie. Uno siempre tiene que ser educado con la gente mayor.- Debí ver por donde iba, lo siento u^u -dijo con una ligera inclinación, esperando que no se hubiera enojado con él. Porque incluso un viejito puede ser peligroso con tantas armas, y siendo honesto, él mismo no era muy fuerte que digamos. Un disparo y a reunirse con su creador... quien quiera que ése fuese.

Mantuvo la posición por un momento, notando como el chico intentaba mover su mano buscando atrapar la suya, manteniendo la propia fija para que pudiera hacer aquello, hasta que por fin podía, esperando no llegar a asustar al pequeño chico rubio con la cantidad de armas que usaba, que igual, había montón de gente que estaba en una situación similar, cargando una buena cantidad de armamento, después de todo, Rinzer era un lugar conocido como un puerto para tomar el tren que llevaba a Fortuna.

— Calma, también fue mi culpa ¿ si ? — Daba un tiron con el brazo para ayudar que el chico se levantara, poniendo la palma sobre la cabeza del joven y frotando por un momento sus rubios cabellos, ladeando luego la cabeza y alejando la mano. — ¿ Que haces por aquí ? — Que igual le parecía extraño que alguien con esa apariencia estuviera perdido por ahí, ni tampoco se veía como si el estuviera acompañado por alguna persona.

Puso ambas manos sobre su propia nuca, la verdad, no tenía mucha prisa por hacer este trabajo, si le reclamaban por el tiempo que tardaba, solo diría que hubo algunos inconvenientes y que por ello cobrara una cuota extra. — Por cierto, mi nombre es K — Dijo con toda tranquilidad, esperando con ello por igual conocer el nombre del chico.

Cerro los ojos automáticamente cuando la mano del señor acarició su cabeza. Era la costumbre, suponía. No era como si toda persona que conociera en su corta vida hubieran sido malos con él, pero no sería la primera vez que un player quisiera hacerle algo.

Por eso notó con sorpresa que le agradaba la manera en que el mayor revolvía sus cabellos. ¡Se sentía tan bien! Era cálido y el movimiento -aunque corto- consiguió sacarle un ronroneo. ¿Eso había sido alguna habilidad especial del señor?

- Hehehe... estaba paseando y cantando =w= -contestó aún risueño por la caricia. Hubiera dado parte de sus bits solo porque volviera hacerlo. - Ah! Aunque también estaba bailando! Hehe... y luego choque contigo nwn! -contestó con energía alzando ambos brazos en el aire- ¿Eso también cuenta? -preguntó olvidando en bajarlos y en lugar de eso, empezó a moverlos de un lado a otro.

- ¡Yo soy AIOS! ¡Programa de Clase Healer! ...aunque sigo sin saber que significa eso o.õ -bajo sus brazos y entrelazando sus manos, pero sin dejar de balancearse de un lado a otro- Nee... ¿tu sabes o^o?-

Miro por un momento su entorno, por la hora parecía ser que el flujo de personas estaba bajando, por lo que en cosa de unos cuantos minutos, no había mucha gente transitando y por eso era que podía hablar con el chico rubio con tranquilidad sin tener que aguantar empujones o gente viendo lo que estaba haciendo, lo cual era un tanto molesto, o por lo menos para el lo era, después de todo, como buen warrior, había cosas que le dejaban cerca de explotar y el caso de las aglomeraciones de gente irrespetuosa, es una.

El como hablaba sobre eso hizo que quedara algo confundido al comienzo ¿era un programa pero no tenía idea de que era lo que pasaba ? Bueno, entendía que había virus, que había programas corrompidos, pero un programa que no conocía sus labores, era algo nuevo para el, por eso sentía que tenía que hablar un tanto mejor con el chico, por lo que le indicó con la mano diestra que le siguiera. — Vamos, mejor hablar en un mejor lugar.

Esperando que el programa con apariencia de joven le siguiera, comenzó a andar por las calles de esa ciudad hasta que con la cabeza le indicaba que diera vuelta, entrando a un callejón bastante tranquilo, aunque eso no era el destino, no, en ese callejón había una entrada bajando unas escaleras, las cuales daban a una puerta que decía "Zaford's Lucky Pride". Abrió la puerta para que el joven entrara, se trataba de un bar de estilo irlandes, con unas cuantas mesas de madera, un espacio para jugar dardos y otros juegos y al fondo la barra con montón de botellas al fondo.

— Creo que aquí es mejor que hablar en la calle — Ese era un lugar que conocía bastante bien, por lo que el podía tomar cualquier lugar y lo hacía, sentándose en uno de los muebles para comer, tomando su lugar en un largo asiento forrado de terciopelo verde, girándose entonces para montar las piernas sobre el borde de la mesa, esperando que el chico comenzara a hablar.

De pronto el señor empezó a mirarlo con extrañeza. ¿Acaso había dicho algo malo o raro? estaba a punto de preguntar, cuando fue interrumpido por la petición del viejito, a la cual accedió con un movimiento de cabeza.

Empezó a seguirlo entre calles hasta llegar a un callejón algo tenebroso. Temblando del miedo, aunque tratando muy torpemente de ocultarlo, siguió caminado al lado del jugador hasta llegar a unas escaleras que no había visto. Solo esperaba no estarse metiendo en más líos. Pero para su sorpresa, el lugar resulto un bar que, aunque algo intimidante, parecía alegre y divertido.

Sin parar de girar la mirada de un lado a otro y una sonrisa cada vez más grande, observando a la clientela jugar y beber a gusto, se sentó junto al extraño señor de las pistolas y lo miró con curiosidad.- ¿Hablar sobre qué, jii-chan o.o? -preguntó ladeando la cabeza. Aún no entendía porque el viejito quería hablar a solas con él. Tampoco era como si tuviera de que hablar.

Después de todo, acababa de "despertar" hace apenas dos semanas y media.

Un bufido emergió de sus labios nada mas ante las palabras de el, igual no entendía a que se refería con eso de jii-chan, pues no era alguien muy adepto a los lenguajes orientales, incluso, muchas veces le terminaba desesperando bastante que la gente los usara. Solo levanto entonces los hombros un poco y de un movimiento bajo las piernas de la mesa, volteando y fijando los ojos en el cuerpo del chico rubio y luego en su rostro.

— Veras niño, todos los programas que hay en Aeon deben tener un fin, una razón por la cual se encuentran en este lugar — Dijo aquello con una voz sería pero sin llegar a ser duro con lo que estaba expresando, poniendo las manos sobre la mesa, con cuidado levantandose de su asiento para ir hacía la barra, regresando en cuestión de minutos con un vaso con whisky para el y para el chico, un vaso de leche con chocolate. — No quisiera pensar que te tratas de esos programas corrompidos, hay gente que paga por erradicarlos, incluso hay jugadores que se encargan de cazarlos — Encogió entonces los hombros y volvió a su asiento, dando un corto trago a su bebida, dejando esta sobre la mesa.

Si, de cierto modo estaba buscando proteger al chico y por ello es que quería saber que historia tenía detrás, aunque claro, quizá el hecho de que dijera que no sabía que significaba su información, haría mas dificil las cosas.

Siguió con mirada curiosa al player, escuchando atentamente mientras jugaba con manos y sus pies, y aceptó con una sonrisa la leche que le ofrecían, fascinado por el color del líquido, en el cual sumergió uno de sus dedos y luego sacó para llevarselo a la boca.

- Idh dhnow o.o! -respondió sin sacarse el dedo de la boca. Siguió saboreandolo unos segundos y después lo sacó para continuar- I know n^n! ¡Ya me han perseguido antes por eso! -se llevó el vaso a a boca y sin pensarselo, lo vació de un solo trago- ¡Son divertidos de perder n.n! Pero sigo sin entender porque lo hacen o.ó -hizo un puchero- Yo soy un programa, ¡no tengo cosas feas en mí! O eso creo... - contestó con preocupación.

Era difícil saber si lo que decía el viejito significaba que él era uno de esos programas malos. Ya se había topado con un par de players que al igual que el señor con el que estaba, fueron amables con él hasta que descubrieron que no tenía memoria. Después de eso, empezaban a perseguirlo, llamandolo "un error del sistema". ¡Él no era un error! ¡Él era AIOS! ¡Solo porque no tenía memoria significaba que era malo! ...¿no?- ¿...soy malo? -le preguntó al mayor al borde de las lágrimas.- ¿...soy malo porque no tengo recuerdos? ¿Y porque no se quien me diseño...?-

Había encontrado varios programas que habían sido corrompidos por los virus, lamentablemente también había sido testigo de como los habían tratado otros usuarios, era una practica común el que hubiera cazadores de virus, incluso algunas guilds se especializaban en ello, eran grupos sumamente radicales que la mayor parte del tiempo se encargaban de disparar y luego preguntar, esto hacía que de cierto modo se preocupara por el pequeño programa, a pesar de su actitud y forma de ser, no era alguien despiadado, ni mucho menos, frió a la hora de tratar con una persona que necesitaba ayuda

— No, no eres malo, pequeño — Llevó la mano diestra hacía la cabeza del chico y acariciaba esta con delicadeza, pasando por entre sus cabellos rubios los dedos, dejando reposar quieta la palma por un momento, mirando hacía los ojos del chico. — Pero hay gente que podría pensar eso, lamentablemente existen personas que no tienen un mismo pensamiento lógico que yo, se que esto no es tu culpa y de nadie, pero ellos seguro tendrán en mente que eres culpable de algo, cualquier cosa — Porque a pesar de los adelantos en el mundo real, la gente seguía teniendo ese tipo de defectos, algo que seguramente el no conocía al tratarse de un programa que solo ha tenido contacto con unos cuantos jugadores.

Después de esas palabras se levanto no sin antes tomar el vaso con el cual el chico había bebido la leche, caminando de vuelta a la barra, regresando un par de minutos después con otro vaso lleno de esta bebida, dejando este frente al rubio, para luego tomar asiento de nuevo en el lugar, subir sus pies a la mesa y tomar su vaso con whisky. — Bien, estaré contigo un tiempo, mas bien, tu estarás conmigo, así nadie te hará nada y podrás buscar un poco sobre tu origen ¿ ok ? — Que aquello mas que pedir aprobación, era dar aviso de lo que iba a ocurrir a continuación, si, no era alguien que fuera mucho de equipos o grupos, pero sentía que lo ameritaba, pues el chico podría tener muchos problemas con la gente de mente cuadrada que existía.

Sentía sus ojos al borde del llanto cuando sintió algo cálido sobre su cabeza. En su corta vida, AIOS jamás había recibido muestras físicas de afecto, nada fuera de un simple apretón de manos. Fue tal vez por eso que la mano que se sumergía en su cabello le hizo sentir el apoyo y comprensión que nadie le había dado hasta entonces, y que tanto había anhelado. Fue gracias a esto que pudo dibujar una sonrisa en su rostro, aún a pesar de las palabras del mayor.- Pero tu no eres uno de ellos! -respondió con seguridad al sentir como la caricia terminaba y su vaso era removido de sus manos para ser rellenado.

El señor de cabello blanco había sido más que amable con él, pero si había algo que nunca se hubiera esperado, fueron sus siguientes palabras. ¡Apenas conocía al player, y sin embargo éste ya le había ofrecido un lugar al cual pertenecer! Si la sonrisa anterior había desaparecido con la súbita noticia, esta volvió a aparecer en ese instante, ahora muchísimo más grande. ¡Nunca se había sentido tan feliz en su vida! No era como sino le gustará la vida vagabunda que tenía en las calles de Renzin, el poder hacer lo que quisiera cuando quisiera. Pero tener a alguien a quien volver... eso era algo que había deseado profundamente desde su despertar.

Sin borrar la enorme sonrisa -y un ligero ronroneo en el aire- asintió con energía y tomó el vaso de leche chocolatada que le ofrecían de nuevo.- Sip, abuelito n^n!- aceptó con alegría para después pegarse lo más que pudo a su nuevo "dueño" y restregarse contra él lo más que era humanamente posible.- Oyeee... sólo tengo una duda n^n! -de alguna forma se coló sobre su regazo y se acomodó allí- ¿Qué significa ser un healer o.o?-

Verdaderamente a el no le costaba absolutamente nada llegar a ayudar al chico, después de todo el también contaba con una historia detrás en la que un hombre se encargo de ayudarle en uno de sus peores momentos, pero, mejor no pensar en ello, aunque solo tener la idea de eso, le trajo una sonrisa en los labios, una que obviamente se reflejo en el albino que usaba, quien escuchaba y veía las acciones del rubio felino, que claramente parecía contento con la noticia que le había dado.

— ¿Abuelo? — Le miro confuso por un momento y ese instante de confusión fue suficiente para que el chico se terminara colando sobre su regazo, por lo que emitió un profundo suspiro y llevó la mano diestra a la cabeza del joven para dar unas cuantas caricias e nuevo sobre esta parte de el a manera de cariño, solo llevando de nuevo el vaso de whisky hacía sus labios para dar un trago con el cual se terminaba por completo aquella bebida. — Veras, dentro de Aeon hay distintas clases que se enfocan a acciones distintas, los healer son los que estan enfocados en la curación y protección, son bastante importante para aquellos que quieren enfrentarse a los grandes monstruos que hay aquí, o también son importantes para los guilds, que son grupos que cada cierto tiempo se enfrentan para obtener mejores bases y beneficios — Bueno, eso era una explicación a grandes rasgos de lo que hacían los healers, igual sabía que había mucho mas alrededor de ellos, pero solo conocía a una persona que tenía esa clase y no era alguien que fuera como un tipico Healer.

- Curación y protección o.õ? -lo miró confundido el felino. Que él supiera, no podía hacer ninguna de esas cosas. ¿No esos se hacía con la magia reluciente de los players? Se llevó de nuevo el dedo índice a boca, mordisqueándolo mientras trataba de recordar haber echo algo parecido alguna vez, acomodándose mejor en el regazo del mayor y ronroneando por lo bajo. A pesar de ser musculoso, ¡debía de admitir que era muy cómodo ese lugar! ¡Y estaba bastante seguro que se podía llegar a acostumbrar a las caricias en su cabeza!

Sino fuera porque lo único de lo que tenía memoria fuera su nombre y su data básica como programa, no tendría idea de cual era su función dentro de ese mundo. ¡Eso si hubiera sido una jaqueca existencial bastante fea! Empezó a balancearse de un lado a otro mientras se encogía más para hacerse bolita. Fue cuando recordó el vaso de chocolate que aún tenía en su mano contraria y despego de sus labios su dedo para tomarlo.

- .... O ^ O -miró con curiosidad su dedo, el cual soltaba algo rojo. ¿Qué era eso? - ¡Abuelito! ¡Mira, mira! ¡Esta saliendo pintura roja de mi dedo! - alzó su dedo en el aire, poniéndolo a la altura del player, para mostrarle mejor. - ¿Estoy enfermo o.o? -preguntó antes de llevarse sus bebida a los labios.

Bueno, era lo mejor que podía explicar ese asunto, no era muy bueno para ese tipo de cosas, pero igual tampoco iba a tener que dejar esta pregunta al aire. — Si, es una forma de ayudar a los demás, quizá no recuerdes estas habilidades o no sepas bien como usarlas, pero seguro que tu tienes alguna forma de hacer alguna de estas cosas — Ladeo el rostro por un momento y separo la mano con la cual acariciaba la cabeza del joven llevándola a recargar esta sobre el respaldo del asiento donde estaba sentado.

Una vez que el menor mostró entonces la herida que tenía en el dedo se sorprendió por un momento, la verdad nunca había visto a un programa mostrando una herida, por lo que aquello era algo nuevo para el. — Tranquilo, solo es una pequeña herida — Claro que lo sabía, el había hecho heridas peores y las había recibido por igual. Tomo una servilleta de la mesa y con esta rodeo el dedo del chico para ejercer presión por un momento, notandose como la tela blanca empezaba a mancharse del liquido rojizo.

— Debiste cortarte con algo, así que ten cuidado — Luego hizo una pausa, pensó que tendría que explicar el resto. — Bueno, una herida es cuanto te lastiman físicamente — Que la explicación no había sido requerida, pero lo mejor era decir aquello, en todo caso, era la primera vez que estaba en una situación como esa y por ello le costaba aún un poco saber como llevar esta.

Miró con curiosidad el vendaje improvisado. En su vida -osea esas dos últimas semanas- le había pasado algo así. No era como si no se hubiera mordido antes el dedo, pero ¡nunca le había salido esa cosa roja! De echo, tenía una extraña costumbre por siempre morder su dedo cuando probaba sabores nuevos, siempre haciendo como en ése momento, introduciendo su dedo en la comida y después probándolo, lamiéndolo y casi siempre mordiéndose a sí mismo. No sabía porque, simplemente era un mal hábito suyo.

- Herida... - repitió con lentitud. Con su otra mano, apretó el dedo herido, sintiendo una ligera punzada familiar y observando con cuidado como se extendía un poco más la mancha de sangre. - ¡Me he lastimado oras veces, pero ahora me puse rojo el dedo! ¿Por qué no me había salido antes? -preguntó más para sí mismo que para el player. ¡Era tan extraño todo eso! Y sin pensarlo, como acto reflejo, se volvió a meter el dedo a la boca.

¡Ése día estaba siendo sin duda el día más extraño en toda su vida!

En verdad que el chico era bastante extraño y la situación que le estaba explicando hacía que las cosas le parecieran mas extrañas aún, ya sabía que era un healer ¿acaso eso tenía que ver con todo ello? Quizá, si el rubio no conocía sus propias habilidades, el menos las iba a conocer, esto de cierto modo dificultaría lo que pudiera hacer junto a el mas adelante, pues si tenía habilidades curativas, quizá podría llevarlo con el a algunos lugares, estaba la oportunidad de que quizá al subir de nivel podría recordar mas de su pasado, bueno, era una teoría un poco tonta, pero era algo después de todo.

— Tal vez la herida no fue tan profunda como ahora — Dijo sin mas, sin pensar tanto en aquello, aunque al momento reaccionó y se dio cuenta que quizá este no era el caso, por lo que mejor se quedo meditando por un poco mas, sin poder llegar a una conclusión, así que meditó un tanto más recordando lo que le había dicho hasta ahora . — Bah, no se, me rindo — Por ahora no llegaba a tener ninguna idea de como era que le había pasado eso, quizá el hecho de que estaba compartiendo con otro player hacía que tuviera "debilidades" como ellos, si, era otra teoría rara y sin sentido, pero en un mundo como en el que estaban ahora, nunca se podía saber que tipo de cosas se podían y cuales no.

No pudo evitar seguir mordiendo su dedo mientras escuchaba al mayor hablar, acurrucándose más contra el player y riendo por lo bajo con genuina diversión. ¡Era divertido verlo confundido por alguna razón! - ¡Don't worry jii-chan! ¡No es como si importara mucho :3! Solo es un poco rar... -un pedazo de la servilleta se desprendió del resto en su boca, y sin querer, se deslizó por su garganta- o.o ...delicious... - susurró.

Sin detenerse a pensar, en un segundo ya se encontraba mordiendo su vendaje de papel, comiéndoselo de pedazito en pedazito, suavizando los cachitos en su boca con saliva antes de pasarlos. - Ñummmnnh! This is so yummy x3! -exclamo, teniendo para ese punto ya todo el dedo totalmente babeado.- Wanth somemh :3 ? -preguntó sacando con su lengua algunos pedazitos sobrantes y acercándose al rostro del jugador. No notó en ningún momento como en su mano algo babeada todavía ya no había ni rastro de la herida.

No entendía aún que era lo que estaba pasando con el chico, por ello mejor decidió concentrarse en su bebida, moviendo un poco el vaso y observando hacía el contenido en completo silencio, solo escuchando de fondo lo que el rubio estaba haciendo y todo lo que hablaba, volteando entonces en su dirección y negando ante la pregunta que el le hacía. Al poner su atención en el chico pudo ver su dedo por un momento, además de apreciar que se había retirado la servilleta y ahora la estaba engulliendo de lo mas tranquilo, notó como la herida que tenía sobre el dedo ya se había curado, por lo que con cuidado tomo la mano de este y la acercó hacía su rostro para poder revisar bien, claro, no sin antes pasar lentamente una servilleta por el dedo para limpiar la saliva que este había vertido sobre el dedo por tanto estar jugando con el en su boca.

Se detuvo por un momento a pensar bien lo que había pasado hasta poder llegar a una conclusión coherente, aunque después de analizar esto mas, se dio cuenta que nada relacionado al chico iba a ser algo coherente, por la forma en que era, su desarrollo y como se encontraba ahora, por lo que soltó con cuidado la mano de este. — No soy un experto, pero creo que tu saliva es curativa... y no me hagas repetir eso, porque ya de por si fue muy extraño llegar a decirlo — Encogió un poco de hombros y llevo la mano hacia el vaso que tenía cerca de el, tomando este y dando un buen trago, suficiente para beber todo lo que contenía, porque después de haber llegado a tal conclusión, cualquiera de verdad necesitaría olvidar esta con un poco de alcohol.

-Mi saliva... es curativa O^O?!- repitió en voz alta el felino. ¡Eso era extraño incluso para él! ...bueno, tal vez no tanto. Sacó su lengua, la cual empezó a tocar como si de pronto se fuera a despegar y salir volando por la ventana. - Fhueno, al menod ahoda de aldgo madh de mi :3 -dijo sin soltarla. No era mucho, pero cualquier información sobre sí mismo, por mínima que fuera, era algo genial. Ahora al menos ya tenía una ligera idea de cual era su rol como programa y que podía hacer para ayudar si se le necesitaba. ¡Ahora ya no era un debilucho inútil! ¡Ahora era AIOS, el poderoso healer ensalivador!

-Gradcias pod la ayuda abuelito x3! -agradeció acurrucándose más contra el player. Soltó su lengua por fin y sonrió mientras estiraba su mano para tomar otra servilleta y empezarla a comer- Ahora si te hieres, yo me encargaré de curarte para agradecerte u^ú -dijo con firmeza antes de darle una mordida a su pedazo de papel.

Verdaderamente esta situación era un tanto...extraña por decirlo a menos, pero al menos había llegado a una solución sobre esta, quizá el chico podría ayudarle en algunas cosas, pero el primordialmente quería llegar a serle de ayuda, pues sabía por las experiencias en el mundo real lo difícil que puede ser para un joven estar en un lugar que no conoce y menos recordar sobre su pasado, incluso por un momento se dejo llevar por tales pensamientos, pero las palabras del rubio le hicieron reaccionar al instante. — No me llames abuelo ¿si? No soy viejo, además, que me digas de ese modo podría traerme mala fama con las mujeres — Claro que cualquier mujer que pudiera ver a un hombre como el, paseando con un chico de la edad que aparentaba el programa, se vería sorprendida, mas aun, cuando este le llama abuelo al otro.

— Incluso preferiría que me dijeras hermano mayor o algo así, tengo una reputación que cuidar — Justo al decir palabras, una chica iba pasando a un costado de la mesa, piel clara, cabello negro corto, un ojo rojo y otro azul, además de una vestimenta corta de color blanco, pero elegante pues asemejaba un traje sastre, obvio que la chica noto la mirada del albino y respondió a esta con un guiño, antes de retirarse. — Ves, podría evitar ese tipo de situaciones si me llamaras de ese modo — Giro entonces la mirada hacia el rubio, mostrando una sonrisa de satisfacción, pues en cuestión de nada ya había recibido un mensaje privado por parte de la chica que había visto antes.

-Pero... tu cabello... o.o -comenzó a hablar el pequeño rubio, pero se interrumpió a sí mismo al observar el curioso comportamiento del player. ¿Por qué le sonreía a la chica de ojos chistosos? La observó con curiosidad mientras ella seguía su camino y decidió que ella no le caía bien. No le agradaba la manera en que le había guiñado el ojo a su nuevo protector. ¡Era una completa extraña! Quizas era mala y quería hacerle daño a su player. Si, definitivamente debía ser mala. ¿Sino porque otra razón seguía mandándole esas extrañas miradas al mayor? No era normal aquello.

Con una extraña sensación en el estómago, desvió la mirada de la señora -si, señora- de regreso al peliblanco, solo para darse cuenta que él también parecía bastante feliz con el hecho de que ella lo hubiera saludado.

Hizo un puchero.

Una débil luz azul rodeo por un momento al chico y en un segundo su forma volvió a cambiar, algo que no había echo desde el día en que "despertó".

-Nee onii-chan ~ -empezó a subir sus manos por el cuello del mayor lentamente- ¿Qué pasaría si evito que otras chicas te saluden? -pregunto en voz baja, casi ronroneando, la chica rubia de cabello largo y liso, de hermosos ojos azules y vestida con un sueter azul que apenas y tapaba sus atributos femeninos, que ahora ocupaba el lugar del minino en el regazo del jugador.

Aprovechando que muchas cosas en Aeon se podían hacer desde la "vista" sin enseñar a los otros lo que hacías, ni tampoco cambiar de posición, respondió sin tardar a la joven, un saludo y dando información de un lugar donde podrían encontrarse si ella así lo decía, era su "guarida" un espacio donde gustaba de pasar el rato, claro, además de invitar a personas especiales a este, en muchos casos, siendo mujeres la mayor parte del tiempo, pero ¿quien lo iba a regañar por esa vida que tenía? nadie. Aunque el hecho de que se enfocara en otra cosa hacía que perdiera la vista de lo que hacía su acompañante, quien en cosa de nada había cambiado por completo su cuerpo.

Claro, de momento esto era algo que le confundía de sobremanera, tanto que un suspiro emanaba de sus labios y se notaba en los ojos como estos se abrieron por sorpresa, sin saber mucho como reaccionar ante eso ¿acaso era un truco o algo así? ¿acaso esta era la verdadera apariencia del "chico" que le había acompañado. — ¿ Que rayos ? — Porque si algo odiaba de Aeon es que a veces se encargaba de reflejar por completo cada acción que tenia el cuerpo de la persona, obviamente ahora mismo con esa sorpresa, pero aquello emulaba tanto a la realidad, que incluso ahora que la chica rubia estaba sobre el de ese modo, era fácil que pudiera escuchar un constante latir, una manera de representar los latidos del corazón de cada persona, intentando con ello mantener un mayor realismo.

Y ese maldito realismo hacía que ahora el/la/ya no tenía ni idea, programa pudiera apreciar que aquel cambio le habia gustado, mas de lo que verdaderamente quería aceptar, porque si una expresión no era muy conocida en el rostro de tan confiado warrior, era la de la confusión.