Out of Control
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Out of Control
Pallasuz, el paraíso de piezas metálicas y más. Ahí se podía encontrar de todo, siendo el objeto de desprecio por muchas personas que lo consideraban solo un basurero. ¡Ni que basurero ni que nada! Para Ataraxia era un lugar perfecto en donde encontrar piezas lo suficientemente necesarias y en buen estado, las cuales se prestan a la creación de pistolas y, por supuesto, para arreglar a su motocicleta voladora, Serendipity. Y, como es de esperarse, ahí se encontraba la gunner en la búsqueda al azar de lo que le pudiera otorgar Pallasuz.
En una de las salas con piezas mecánicas de Pallasuz, ella estaba de cabeza, apartando piezas tras piezas. Alguna de estas llamaban su atención y terminaba por depositarlas en la bolsa de lana sobre su motocicleta, la cual se encontraba cerca de sí. En otras, solo terminaba lanzando por encima de su hombro algún objeto obsoleto, sin más. Su selección era ardua y exigente, como lo hacía consigo misma en sus misiones y fuera de aeon. Y bien, aunque hiciera eso, parecía que hoy no era su día de suerte, ya que solo había recolectado 5 piezas utilizables y llamativas. «Hora de partir», suspiró en resignación, limpiándose el sudor de la frente.
Cuando estaba por marcharse, la alarma de Pallasuz sonó, anunciando un peligro. A 100 metros de distancia de ella, creando un círculo, 10 criaturas mecánicas con la apariencia de un golem se formaron rápidamente —¡¿Qué pasó?! —abrió de par en par sus ojos cielo. En Pallasuz no sucedían esa clase de cosas.
Esas criaturas comenzaron a acercarse peligrosamente, con paso lento, aunque seguro. Rápidamente Ataraxia extrajo su set de pistolas, Polaris y Cassiopeia, apuntando a las criaturas —Let’s play, then~ —sonrió de medio lado, ejecutando una ráfaga de balas contra ellos, mientras giraba en su propio eje. Por desgracia, nada de eso sirvió para detenerles, solo los ralentizó un poco más. De repente, uno de los golem al cual le daba la espalda se adelantó, tomando la motocicleta. Un grito mecánico surgió de sus entrañas, provocando que la gunner volteara impresionada. Y...
En una de las salas con piezas mecánicas de Pallasuz, ella estaba de cabeza, apartando piezas tras piezas. Alguna de estas llamaban su atención y terminaba por depositarlas en la bolsa de lana sobre su motocicleta, la cual se encontraba cerca de sí. En otras, solo terminaba lanzando por encima de su hombro algún objeto obsoleto, sin más. Su selección era ardua y exigente, como lo hacía consigo misma en sus misiones y fuera de aeon. Y bien, aunque hiciera eso, parecía que hoy no era su día de suerte, ya que solo había recolectado 5 piezas utilizables y llamativas. «Hora de partir», suspiró en resignación, limpiándose el sudor de la frente.
Cuando estaba por marcharse, la alarma de Pallasuz sonó, anunciando un peligro. A 100 metros de distancia de ella, creando un círculo, 10 criaturas mecánicas con la apariencia de un golem se formaron rápidamente —¡¿Qué pasó?! —abrió de par en par sus ojos cielo. En Pallasuz no sucedían esa clase de cosas.
Esas criaturas comenzaron a acercarse peligrosamente, con paso lento, aunque seguro. Rápidamente Ataraxia extrajo su set de pistolas, Polaris y Cassiopeia, apuntando a las criaturas —Let’s play, then~ —sonrió de medio lado, ejecutando una ráfaga de balas contra ellos, mientras giraba en su propio eje. Por desgracia, nada de eso sirvió para detenerles, solo los ralentizó un poco más. De repente, uno de los golem al cual le daba la espalda se adelantó, tomando la motocicleta. Un grito mecánico surgió de sus entrañas, provocando que la gunner volteara impresionada. Y...
Ataraxia- Player
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Re: Out of Control
Una de mis funciones como parte del sistema de protección de Aeon es patrullar las zonas donde se manifiestan irregularidades en su codificación habitual y asistir a los jugadores cuando estos se encuentren en peligro.
¿Habrá sido "casualidad" o parte del orden de este mundo el que haya viajado hasta este basurero metálico y encontrado a una jugadora ante un peligro inminente? Antes de que la pregunta comenzara a tomar sentido en mis redes neuronales la moral me transportó hasta la sede de dicho evento: una chica, de facciones bien proporcionadas y flexible corporalmente hablando, se encontraba rodeada de unos aparentes Golems, solo que su codificación parecía estar teniendo conflictos, algo inusual y desconocido pues este nivel de dificultad es aún muy grande tanto para players y programs de bajo nivel.
De repente, una de las criaturas se acerca a un vehículo personalizado, con la clara intención de devorarlo o de fusionarse con él; cualquiera que fuese el caso, la situación provocó que el rostro de la muchacha se exaltara. Empatía sentí, y decidí actuar al instante. Un grito mecánico surgió de sus entrañas, listo para lanzarse contra la nave...
—¡No te lo llevarás!
Grité, desde el fondo de mi garganta, con una ira impropia. ¿De dónde surgió dicho brote de emociones? tampoco importaba esta nueva pregunta, pues el enemigo es más poderoso que de costumbre. Un enorme puñetazo propinado por la criatura fue dirigido ante el frente de mi figura, sin tener alguna oportunidad de evadirlo...
—¡Nada de oportunidades! ¡Solo una opción!
Tomé a mi fuel espada con ambas manos y la coloqué como si solo estuviera retando al enemigo. El reto ya estaba. Ahora, con calma y mi fiel observación, puedo superar este temor que me invade. Un muro de piedra se me estampará, pero no importa, pues no significa que el tren de acero no se disuelva ante el acariciar de una pluma. Una pluma, por cierto, letal.
—... ¡Zanshin!
La defensa suprema, no porque pudiera soportar el azote de mil balas ni la implosión de una estrella —hechos ante los cuales es imposible defenderse en su totalidad— sino porque depende más de la observación que de la fuerza bruta. El muro ya había rozado la punta de mi espada, y sin embargo aún no caía al suelo. Es ahí cuando me doy cuenta de su vulnerabilidad. Todo gran peso tiene un punto de soporte, un círculo donde hace presión para moverse... ¡Y el de esta criatura se exponía cuando atacaba!
—¡Ahora, atácalo!
No hizo falta realizar un corte: con la mera punta del filo apoyé dicho puñetazo de acero y lo pude desviar en mi dirección este. La criatura, tambaleándose, no le queda de otra que esperar a que su puño finalice para recobrar la compostura. Este es el momento de la ventaja, y es por eso que le grito con todo mi ser a la hermosa muchacha que aproveche el foco de oportunidad.
¿Habrá sido "casualidad" o parte del orden de este mundo el que haya viajado hasta este basurero metálico y encontrado a una jugadora ante un peligro inminente? Antes de que la pregunta comenzara a tomar sentido en mis redes neuronales la moral me transportó hasta la sede de dicho evento: una chica, de facciones bien proporcionadas y flexible corporalmente hablando, se encontraba rodeada de unos aparentes Golems, solo que su codificación parecía estar teniendo conflictos, algo inusual y desconocido pues este nivel de dificultad es aún muy grande tanto para players y programs de bajo nivel.
De repente, una de las criaturas se acerca a un vehículo personalizado, con la clara intención de devorarlo o de fusionarse con él; cualquiera que fuese el caso, la situación provocó que el rostro de la muchacha se exaltara. Empatía sentí, y decidí actuar al instante. Un grito mecánico surgió de sus entrañas, listo para lanzarse contra la nave...
—¡No te lo llevarás!
Grité, desde el fondo de mi garganta, con una ira impropia. ¿De dónde surgió dicho brote de emociones? tampoco importaba esta nueva pregunta, pues el enemigo es más poderoso que de costumbre. Un enorme puñetazo propinado por la criatura fue dirigido ante el frente de mi figura, sin tener alguna oportunidad de evadirlo...
—¡Nada de oportunidades! ¡Solo una opción!
Tomé a mi fuel espada con ambas manos y la coloqué como si solo estuviera retando al enemigo. El reto ya estaba. Ahora, con calma y mi fiel observación, puedo superar este temor que me invade. Un muro de piedra se me estampará, pero no importa, pues no significa que el tren de acero no se disuelva ante el acariciar de una pluma. Una pluma, por cierto, letal.
—... ¡Zanshin!
La defensa suprema, no porque pudiera soportar el azote de mil balas ni la implosión de una estrella —hechos ante los cuales es imposible defenderse en su totalidad— sino porque depende más de la observación que de la fuerza bruta. El muro ya había rozado la punta de mi espada, y sin embargo aún no caía al suelo. Es ahí cuando me doy cuenta de su vulnerabilidad. Todo gran peso tiene un punto de soporte, un círculo donde hace presión para moverse... ¡Y el de esta criatura se exponía cuando atacaba!
—¡Ahora, atácalo!
No hizo falta realizar un corte: con la mera punta del filo apoyé dicho puñetazo de acero y lo pude desviar en mi dirección este. La criatura, tambaleándose, no le queda de otra que esperar a que su puño finalice para recobrar la compostura. Este es el momento de la ventaja, y es por eso que le grito con todo mi ser a la hermosa muchacha que aproveche el foco de oportunidad.
Judge Arbiter Saganiel- Program
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Re: Out of Control
Seguro que podría arreglárselas solas, por supuesto, aunque le costaría caro librarse. Pensando eso, tal vez ya tenía todo arreglado con su propio valor, pero realmente estaba siendo algo terca. Entonces, como azares del destino, apareció una persona que poseía ropajes semejantes a los de un Templar o quizás a un Knight. Era como el héroe de mangas de género shoujo que rescataba a la princesa o a la damisela en peligro.
Así como un haz de luz, todo ocurría con suma rapidez. Los ojos de Ataraxia, vivaces y azulinos, seguían la emocionante batalla que le produjo un arranque de adrenalina en su cuerpo. A medida que aquel hombre se movía, su atención se enfocó en él y el Golem —mientras los otros permanecían expectantes, como si presenciara la pelea de su líder y un enemigo— que no prestó atención al sonido de su motocicleta voladora quebrándose.
Apreció que, aunque el hombre se veía seguro de sus habilidades, era una batalla apretada. Tenía que hacer algo para ayudarle. Lo cierto, es que sus buenos deseos iban a ser escuchados; o, mejor dicho, podría tender su mano para combatir a su lado. Cuando él grito que era momento de atacarlo, se trataba de una situación de «ahora o nunca». En un instante, las pistolas que sostenía desaparecieron. Con un chasquido de los dedos diestros, apareció una bazooka oscura al lado de Ataraxia; esta arma media la mitad de estatura de su portadora, algo fácilmente de apreciar ante la posición vertical que mantenía.
La gunner tomó firmemente el arma desde el asa, la dispuso sobre su propio hombro derecho con una increíble velocidad y destreza, realmente acostumbrada a manejarla y disparar en ella en momentos de emergencia. Apuntando con el cañón al Golem tambaleante, se escuchó un suave click desde la bazooka. Y... bang. Un misil había impactado a la criatura mecánica con la cual peleaba el hombro, destruyendo al ente en un instante. Solo quedaron restos incinerados de eso —Ya que sabes su debilidad, podremos acabar rápidamente con los que quedan utilizando a Spica y tu destreza con la espada —esbozó una amplia sonrisa, moviendo el rostro de medio lado para observarle, a la par que se refería a su bazooka —la cual aún estaba sobre su hombro izquierdo—.
En ese instante, los otros Golem comenzaron a moverse, como si sus engranajes hubiesen despertado nuevamente en busca de venganza. Solo quedaban nueve.
Así como un haz de luz, todo ocurría con suma rapidez. Los ojos de Ataraxia, vivaces y azulinos, seguían la emocionante batalla que le produjo un arranque de adrenalina en su cuerpo. A medida que aquel hombre se movía, su atención se enfocó en él y el Golem —mientras los otros permanecían expectantes, como si presenciara la pelea de su líder y un enemigo— que no prestó atención al sonido de su motocicleta voladora quebrándose.
Apreció que, aunque el hombre se veía seguro de sus habilidades, era una batalla apretada. Tenía que hacer algo para ayudarle. Lo cierto, es que sus buenos deseos iban a ser escuchados; o, mejor dicho, podría tender su mano para combatir a su lado. Cuando él grito que era momento de atacarlo, se trataba de una situación de «ahora o nunca». En un instante, las pistolas que sostenía desaparecieron. Con un chasquido de los dedos diestros, apareció una bazooka oscura al lado de Ataraxia; esta arma media la mitad de estatura de su portadora, algo fácilmente de apreciar ante la posición vertical que mantenía.
La gunner tomó firmemente el arma desde el asa, la dispuso sobre su propio hombro derecho con una increíble velocidad y destreza, realmente acostumbrada a manejarla y disparar en ella en momentos de emergencia. Apuntando con el cañón al Golem tambaleante, se escuchó un suave click desde la bazooka. Y... bang. Un misil había impactado a la criatura mecánica con la cual peleaba el hombro, destruyendo al ente en un instante. Solo quedaron restos incinerados de eso —Ya que sabes su debilidad, podremos acabar rápidamente con los que quedan utilizando a Spica y tu destreza con la espada —esbozó una amplia sonrisa, moviendo el rostro de medio lado para observarle, a la par que se refería a su bazooka —la cual aún estaba sobre su hombro izquierdo—.
En ese instante, los otros Golem comenzaron a moverse, como si sus engranajes hubiesen despertado nuevamente en busca de venganza. Solo quedaban nueve.
Ataraxia- Player
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Re: Out of Control
Una enorme explosión en mis cercanías me indica que la consigna había sido alcanzada, y nada menos que por la joven del vehículo. Su enorme bazooka —Gunners, si que poseen un alto poder destructivo— logró hacer añicos a la seudo inmensa entidad de escombros. Ahí radica su debilidad: una fuerte ofensiva, pero aparentan una sólida defensa, además de limitada inteligencia.
La situación, sin embargo, se había tornado más complicada de lo que parecía. No solo porque la motocicleta de propulsión recibió un daño severo —y la que aseguraba la única vía de escape para ambos sin tener que seguir peleando— sino que ahora las demás maquinaciones se enfocaban en ambos mientras su paso lento, seguro y letal, prometía un posible reinicio del sistema... pero la esperanza es lo último que muere.
Esa amplia sonrisa y las palabras por parte de la joven gunner me indicaron que la batalla aún tenía opciones. Decisiones que tendrían que tomar juntos para acabazar con esta amenaza.
—De acuerdo... Yo los expongo y tu termínalos. Parece ser que mi espada es inservible contra sus armaduras pero aún funciona para algo.
Le devuelvo la sonrisa y corro de inmediato hacia uno de los golems más cercanos, con una adrenalina más elevada que de lo habitual. Este apenas levantó su puño —un margen de error óptimo— cuando me lanzo contra su pecho y trato de clavar mi espada, por la superficie claro, logro correr a lo largo de su cuello, rostro, nuca, espalda y cintura cortando solo el metal y piedras que conforman su capa exterior. ¿Sirve de algo hacer eso? A decir verdad: si. Ya no me enfoco en desviar su puño; la explosión de la que es capaz la joven me dió otra... opción. Si logramos resquebrajar sus corazas habrá espacio para que los explosivos o balas de... Spica puedan penetrar en su interior fácilmente. La estrategia tenía una nueva oportunidad de vialidad.
—¡Esto tardará! —prevé por los siguientes enemigos que se avecinaban.
Y de un impacto, dirigido hacia el suelo, salgo despedido de la coraza enemiga. El fuerte movimiento logra hacer que ligeras ranuras se muestren en su piel. Un solo tiro podría bastar.
La situación, sin embargo, se había tornado más complicada de lo que parecía. No solo porque la motocicleta de propulsión recibió un daño severo —y la que aseguraba la única vía de escape para ambos sin tener que seguir peleando— sino que ahora las demás maquinaciones se enfocaban en ambos mientras su paso lento, seguro y letal, prometía un posible reinicio del sistema... pero la esperanza es lo último que muere.
Esa amplia sonrisa y las palabras por parte de la joven gunner me indicaron que la batalla aún tenía opciones. Decisiones que tendrían que tomar juntos para acabazar con esta amenaza.
—De acuerdo... Yo los expongo y tu termínalos. Parece ser que mi espada es inservible contra sus armaduras pero aún funciona para algo.
Le devuelvo la sonrisa y corro de inmediato hacia uno de los golems más cercanos, con una adrenalina más elevada que de lo habitual. Este apenas levantó su puño —un margen de error óptimo— cuando me lanzo contra su pecho y trato de clavar mi espada, por la superficie claro, logro correr a lo largo de su cuello, rostro, nuca, espalda y cintura cortando solo el metal y piedras que conforman su capa exterior. ¿Sirve de algo hacer eso? A decir verdad: si. Ya no me enfoco en desviar su puño; la explosión de la que es capaz la joven me dió otra... opción. Si logramos resquebrajar sus corazas habrá espacio para que los explosivos o balas de... Spica puedan penetrar en su interior fácilmente. La estrategia tenía una nueva oportunidad de vialidad.
—¡Esto tardará! —prevé por los siguientes enemigos que se avecinaban.
Y de un impacto, dirigido hacia el suelo, salgo despedido de la coraza enemiga. El fuerte movimiento logra hacer que ligeras ranuras se muestren en su piel. Un solo tiro podría bastar.
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Re: Out of Control
Con uno menos, su confianza no aclamaba la situación. Entendía que, aunque hubiesen acabado con aquel Golem, los demás requerirían de tiempo y cuidado. Con blandir la espada, encontrar su punto débil y atacar este, no sería una tarea fácil. Había que esperar a que la criatura rompiera su defensa para poder desequilibrarlo. Por el momento, más que obvio, su atención estaba enfocada en acabar con las criaturas mecánicas y pendiente del chico; no en su motocicleta dañada.
Asintió con energía, aún sonriendo jovialmente —Para acabarlos, todo es bienvenido —una simple espada, como se refirió él, podía ser el arma más mortal o servible en cualquier situación, solo era cuestión de saber usarla y ella, de una manera inexplicable tras observar cómo el guerrero luchaba, confiaba en su habilidad.
Una vez que él se volvió a lanzar contra otro Golem, dispuso de nueva cuenta la bazooka sobre su propio hombro. Esperaba el momento indicado, cuando él le diera la señal o cuando ella misma viera que era el momento oportuno, por ello dejó descansar su índice de la mano zurda sobre el gatillo. Completamente alerta, sabiendo que los Golem creaban un círculo —estando ellos en el centro— no olvidó que detrás de sí se encontraba un par. Aquellas criaturas sólidas cercanas al Golem que el guerrero atacaba se detuvieron otra vez. Ese patrón era sumamente extraño, lo que trataba de descifrarlo. A veces desviando su mirada azul a lo que él hacía, le dedicaba unos segundos a estudiar a los otros Golem.
El resonar de la voz ajena le obligó a volver a mirar el combate, con expresión determinada. Él fue despedido, pero eso solo sirvió para que Ataraxia apretara dos veces seguida el gatillo de la bazooka, disparándose así dos misiles que dieron directo contra el Golem que él atacó. Ahora eran ocho criaturas esa —Cada que atacas un Golem... Los otros se detienen —la gunner bajó la bazooka de su hombro, apoyando el fin —con el cañón al aire— sobre el suelo de escombros. Entonces, otra vez los engranajes de las criaturas emitieron un sonido mecánico, como obligándolos a moverse. Y así fue. Nuevamente se acercaba a las víctimas—. Tengo una idea. No sé si funcione, ¡aunque es mejor intentarlo! ¡Ataca a otro!
Asintió con energía, aún sonriendo jovialmente —Para acabarlos, todo es bienvenido —una simple espada, como se refirió él, podía ser el arma más mortal o servible en cualquier situación, solo era cuestión de saber usarla y ella, de una manera inexplicable tras observar cómo el guerrero luchaba, confiaba en su habilidad.
Una vez que él se volvió a lanzar contra otro Golem, dispuso de nueva cuenta la bazooka sobre su propio hombro. Esperaba el momento indicado, cuando él le diera la señal o cuando ella misma viera que era el momento oportuno, por ello dejó descansar su índice de la mano zurda sobre el gatillo. Completamente alerta, sabiendo que los Golem creaban un círculo —estando ellos en el centro— no olvidó que detrás de sí se encontraba un par. Aquellas criaturas sólidas cercanas al Golem que el guerrero atacaba se detuvieron otra vez. Ese patrón era sumamente extraño, lo que trataba de descifrarlo. A veces desviando su mirada azul a lo que él hacía, le dedicaba unos segundos a estudiar a los otros Golem.
El resonar de la voz ajena le obligó a volver a mirar el combate, con expresión determinada. Él fue despedido, pero eso solo sirvió para que Ataraxia apretara dos veces seguida el gatillo de la bazooka, disparándose así dos misiles que dieron directo contra el Golem que él atacó. Ahora eran ocho criaturas esa —Cada que atacas un Golem... Los otros se detienen —la gunner bajó la bazooka de su hombro, apoyando el fin —con el cañón al aire— sobre el suelo de escombros. Entonces, otra vez los engranajes de las criaturas emitieron un sonido mecánico, como obligándolos a moverse. Y así fue. Nuevamente se acercaba a las víctimas—. Tengo una idea. No sé si funcione, ¡aunque es mejor intentarlo! ¡Ataca a otro!
Ataraxia- Player
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Re: Out of Control
La muchacha, una vez más, había logrado dar en el blanco. Esa enorme bazooka de verdad que es de las únicas defensas que tenemos contra dichos titanes de acero. Sus pedazos, esparcidos y llameantes por todo el suelo de 10 metros a la redonda, adornaban el círculo del coliseo; estas llamas de vida alentaban a continuar impactando contra las criaturas.
—Se... ¿detienen?
Lo dicho por la joven resonó a lo largo de mis pensamientos. Es cierto, pensé. La amenaza de los golems era de proporciones colosales debido a su inmenso número: múltiplos enemigos significan múltiples distractores y ataques. Pero algo no cuadraba bajo esta situación. Uno se movía, los demás no mientras este último se encontrara ejecutando alguna acción. Una resolución interesante de su compañera... ¿cómo lo podríamos aprovechar?
—Tengo una idea. No sé si funcione, ¡aunque es mejor intentarlo! ¡Ataca a otro! —escuché decir a la gunner. ¡Por sus dotes de observación será que sabrá encontrado el sistema que los rige!
—¡Es como si se encontraran conectados! —reiteré mis pensamientos nuevamente antes de dirigirme hacia el golem de la derecha del que había destruido y preparé un golpe directo contra su porte andante—. Seiken: Zantetsu...
El golpe de acero propinó de frente al "animal" y noté como los filos aéreos adyacentes impactaron contra su coraza uniformemente. Es el turno de la chica de cabello rosado para validar su teoría.
—Se... ¿detienen?
Lo dicho por la joven resonó a lo largo de mis pensamientos. Es cierto, pensé. La amenaza de los golems era de proporciones colosales debido a su inmenso número: múltiplos enemigos significan múltiples distractores y ataques. Pero algo no cuadraba bajo esta situación. Uno se movía, los demás no mientras este último se encontrara ejecutando alguna acción. Una resolución interesante de su compañera... ¿cómo lo podríamos aprovechar?
—Tengo una idea. No sé si funcione, ¡aunque es mejor intentarlo! ¡Ataca a otro! —escuché decir a la gunner. ¡Por sus dotes de observación será que sabrá encontrado el sistema que los rige!
—¡Es como si se encontraran conectados! —reiteré mis pensamientos nuevamente antes de dirigirme hacia el golem de la derecha del que había destruido y preparé un golpe directo contra su porte andante—. Seiken: Zantetsu...
El golpe de acero propinó de frente al "animal" y noté como los filos aéreos adyacentes impactaron contra su coraza uniformemente. Es el turno de la chica de cabello rosado para validar su teoría.
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Re: Out of Control
Como si fuese una costumbre, montó aquella bazooka entre el espacio de su cuello y el hombro, solo que estaba vez cambió de lugar, puesto que su hombro derecho estaba algo cansado. Antes de realizar múltiples ataques futuros, verificó cuántos misiles le quedaban: seis para ocho criaturas restantes. No estaba mal, pues aún poseía su set de pistolas; sin embargo, debía acertar en cada uno de los seis disparos con tanta perfección que no debería recurrir prontamente a Cassiopeia y Polaris.
Como gunner tenía que apreciar desde lejos lo que acontecía en el campo de batalla. No obstante, eso solo ocurría en la mayoría de los casos, porque en otras situaciones encabezaba la caza. Se había acostumbrado, o más bien obligado, a observar y sustraer hasta la más mínima información de sus enemigos a lo largo de su estancia en aeon. Esa y la destreza eran la clave de un gunner, o al menos eso consideraba ella.
Al escuchar la acotación del chico con respecto a que los golems estaban conectados entre sí, no pudo evitar sonreír con felicidad —Exactamente —afirmó. Él no estaba equivocado. Y se demostró cuando el ataque ajeno impactó en un golem cercano, logrando que sus suposiciones fuesen verdad. Las restantes criaturas mecánicas se inmovilizaron cuando aquel guerrero atacó a uno de ellos. No sabía si ellos estaban alerta o expectantes, pero ella sí que estaba dispuesta a acabarlos. Cargó la bazooka y disparó al golem cercano al que el chico atacó. Luego apretó el gatillo, otra vez, y destruyó al siguiente. Y como si fuese el efecto dominó, otros tres más cayeron. Había aniquilado a un total de cinco en ese instante. Aparentemente sus defensas se volvían cero cuando se centraba un ataque en otro golem, como si estuviesen conectados y tuviesen una sola consciencia repartida que se reunía en el ser afectado.
Ahora solo restaban tres golem. Por desgracia, solo poseía un misil, el cual —tras evaluar rápidamente la situación— quería guardar como extra para crear una estrategia con el chico. Cuando iba a informarle de esto, los engranajes de los golems inmóviles se pusieron en marcha a toda velocidad, lanzando vapor por sus entrañas mecánicas —lo mismo le sucedió al golem que el chico atacó—. Aparentemente, como habían descubierto su mecanismo, y con la destrucción consecutiva de otros golem, activó una función desesperada de ellos. Las piezas de los gigantes se desmantelaron y, flotando rápidamente en el aire, creando un círculo a 30 metros de las cabezas de ambos, se unieron nuevamente en un solo ser titán que amenazó con caer encima de ambas personas.
—¡Muévete! —le espetó preocupada, a medida que la bazooka desaparecía como si fuese una invocación. Ataraxia se lanzó a un extremo, alejándose del rango de caída del titán mecánico —esperando que el chico hiciera eso por igual—. Al mismo tiempo que cayó de bruces en el suelo, la criatura mecánica de tamaño que sobrepasaba el medio, impactó de pie y con postura curvada en el suelo, separando con su colosal figura a ambos combatientes. Sus ojos sangre, titilantes, observaron ansiosos a sus presas —Estupendo... —Puro sarcasmo. Resopló, y dejando caer sus labios y arrugando el entrecejo demostró una expresión de resignación. Ese tipo de cosas siempre le pasaban, y siempre eran las más difíciles.
¿Ahora qué iba a suceder?
Como gunner tenía que apreciar desde lejos lo que acontecía en el campo de batalla. No obstante, eso solo ocurría en la mayoría de los casos, porque en otras situaciones encabezaba la caza. Se había acostumbrado, o más bien obligado, a observar y sustraer hasta la más mínima información de sus enemigos a lo largo de su estancia en aeon. Esa y la destreza eran la clave de un gunner, o al menos eso consideraba ella.
Al escuchar la acotación del chico con respecto a que los golems estaban conectados entre sí, no pudo evitar sonreír con felicidad —Exactamente —afirmó. Él no estaba equivocado. Y se demostró cuando el ataque ajeno impactó en un golem cercano, logrando que sus suposiciones fuesen verdad. Las restantes criaturas mecánicas se inmovilizaron cuando aquel guerrero atacó a uno de ellos. No sabía si ellos estaban alerta o expectantes, pero ella sí que estaba dispuesta a acabarlos. Cargó la bazooka y disparó al golem cercano al que el chico atacó. Luego apretó el gatillo, otra vez, y destruyó al siguiente. Y como si fuese el efecto dominó, otros tres más cayeron. Había aniquilado a un total de cinco en ese instante. Aparentemente sus defensas se volvían cero cuando se centraba un ataque en otro golem, como si estuviesen conectados y tuviesen una sola consciencia repartida que se reunía en el ser afectado.
Ahora solo restaban tres golem. Por desgracia, solo poseía un misil, el cual —tras evaluar rápidamente la situación— quería guardar como extra para crear una estrategia con el chico. Cuando iba a informarle de esto, los engranajes de los golems inmóviles se pusieron en marcha a toda velocidad, lanzando vapor por sus entrañas mecánicas —lo mismo le sucedió al golem que el chico atacó—. Aparentemente, como habían descubierto su mecanismo, y con la destrucción consecutiva de otros golem, activó una función desesperada de ellos. Las piezas de los gigantes se desmantelaron y, flotando rápidamente en el aire, creando un círculo a 30 metros de las cabezas de ambos, se unieron nuevamente en un solo ser titán que amenazó con caer encima de ambas personas.
—¡Muévete! —le espetó preocupada, a medida que la bazooka desaparecía como si fuese una invocación. Ataraxia se lanzó a un extremo, alejándose del rango de caída del titán mecánico —esperando que el chico hiciera eso por igual—. Al mismo tiempo que cayó de bruces en el suelo, la criatura mecánica de tamaño que sobrepasaba el medio, impactó de pie y con postura curvada en el suelo, separando con su colosal figura a ambos combatientes. Sus ojos sangre, titilantes, observaron ansiosos a sus presas —Estupendo... —Puro sarcasmo. Resopló, y dejando caer sus labios y arrugando el entrecejo demostró una expresión de resignación. Ese tipo de cosas siempre le pasaban, y siempre eran las más difíciles.
¿Ahora qué iba a suceder?
- Spoiler:
- - Disculpa por el post tan largo. Quería cambiar un poco la dinámica de estar atacando y luego utilizando la bazooka, creo que con esto habrá más acción y diversión. Si no, dime y lo cambio con gusto.
- Eres libre de controlar al titán mecánico.
Ataraxia- Player
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(5810/5812)
Re: Out of Control
—¡Muévete!—fue lo último que escuché cuando pasaron una serie de eventos impredecibles a múltiples niveles conscientes, e inclusive, inconscientes. Tres golems habían caído debido al gatillo mortal de la gunner. Sus restos yacían en el suelo, llameantes e inmóviles mientras mi espada se recuperaba del ataque anterior... pero fue ahí cuando la resurrección fue inminente, y los escombros retornaban a la movilidad hostil. Como si de un modelo de lego se tratase aquella situación cada pieza de los difuntos armonizan a la perfección, solo para demostrar que es posible crear un monstruo el triple de grande y cuatro veces más ancho de lo que se habían acostumbrado por el momento. Su elevación en las alturas solo le indicaba una cosa.
—¡Muévete!
Mi cuerpo reaccionó ante la consigna, justo en el instante en que el nuevo titan descendía de su cuna. Pude ver los trozos de acero hirviendo y los engranajes sombríos que constituían sus entrañas al pasar de frente a mi rostro cuando efectué una voltereta hacia mis espaldas. Apenas pude eludir su caída, por lo que la onda expansiva del viento que levantó alcanzó a tirarme no tan violentamente como esperaba, pero aún sirvió para denotar la nueva magnitud del nivel del reto. La agilidad de aquella chica me asombraba a cada instante que pasaba luchando a su lado y el siguiente resultado me demostraría más allá de su valía en el campo de guerra.
—¡Maldición! ¡Lo recorreré y veré si está expuesto!—
No pensé en los posibles incrementos en las habilidades de la criatura cuando me monté sobre su gigantezco pie y corrí hacia arriba, en dirección nuevamente —de como lo había hecho con las criaturas anteriores— de su rostro. Cuando me encontraba al nivel de su pecho, un acto veloz del monstruo con su brazo hace que ya no pueda sentir mi cuerpo moverse. Era como si... ¿Me había atrapado? Su mano era exactamente de mi tamaño, y con tremenda fuerza me sostiene en el aire unos segundos antes de aventarme —con mucha ira y venganza, asumí— contra un enorme bulto de metales no lejos del lado de la joven pistolera.
Permanecí un poco de tiempo en el suelo antes de retomar mi postura y posicionarme a la defensiva, mientras recapitulaba que podríamos hacer.
—Aprendieron rápido estas criaturas. Sabiendo que sus ranuras los dejaban expuestos han cubierto esa debilidad fusionándose. Debo admitir que los subestimé un instante. —dije mientras canalizaba cierto grado de magia a través de mi ser y tocaba el hombro de la chica—. Reikaishou. Este ligero hechizo incrementaría sus resistencias físicas y mágicas, pues como se trataba de una clase de ataque a distancia —convencionalmente— sus defensas no estarían preparadas del todo ante un impacto directo.
—Hmmm, ¿Acaso ves luces en la distancia?—
Mis sospechas sobre un artilugio cercano no pudieron ser confirmadas por ambas partes, pues de repente, la criatura emite un chirrido infernal desde su interior, lo que indicó hacia sí mismo que un aditamento no antes mostrado estaba listo para dañarnos. De su único lente de visión, el titan dispara contra nosotros un potente rayo de calor —o láser, más precisamente—. Y viendo el torrente infernal, actuamos.
—¡Muévete!
Mi cuerpo reaccionó ante la consigna, justo en el instante en que el nuevo titan descendía de su cuna. Pude ver los trozos de acero hirviendo y los engranajes sombríos que constituían sus entrañas al pasar de frente a mi rostro cuando efectué una voltereta hacia mis espaldas. Apenas pude eludir su caída, por lo que la onda expansiva del viento que levantó alcanzó a tirarme no tan violentamente como esperaba, pero aún sirvió para denotar la nueva magnitud del nivel del reto. La agilidad de aquella chica me asombraba a cada instante que pasaba luchando a su lado y el siguiente resultado me demostraría más allá de su valía en el campo de guerra.
—¡Maldición! ¡Lo recorreré y veré si está expuesto!—
No pensé en los posibles incrementos en las habilidades de la criatura cuando me monté sobre su gigantezco pie y corrí hacia arriba, en dirección nuevamente —de como lo había hecho con las criaturas anteriores— de su rostro. Cuando me encontraba al nivel de su pecho, un acto veloz del monstruo con su brazo hace que ya no pueda sentir mi cuerpo moverse. Era como si... ¿Me había atrapado? Su mano era exactamente de mi tamaño, y con tremenda fuerza me sostiene en el aire unos segundos antes de aventarme —con mucha ira y venganza, asumí— contra un enorme bulto de metales no lejos del lado de la joven pistolera.
Permanecí un poco de tiempo en el suelo antes de retomar mi postura y posicionarme a la defensiva, mientras recapitulaba que podríamos hacer.
—Aprendieron rápido estas criaturas. Sabiendo que sus ranuras los dejaban expuestos han cubierto esa debilidad fusionándose. Debo admitir que los subestimé un instante. —dije mientras canalizaba cierto grado de magia a través de mi ser y tocaba el hombro de la chica—. Reikaishou. Este ligero hechizo incrementaría sus resistencias físicas y mágicas, pues como se trataba de una clase de ataque a distancia —convencionalmente— sus defensas no estarían preparadas del todo ante un impacto directo.
—Hmmm, ¿Acaso ves luces en la distancia?—
Mis sospechas sobre un artilugio cercano no pudieron ser confirmadas por ambas partes, pues de repente, la criatura emite un chirrido infernal desde su interior, lo que indicó hacia sí mismo que un aditamento no antes mostrado estaba listo para dañarnos. De su único lente de visión, el titan dispara contra nosotros un potente rayo de calor —o láser, más precisamente—. Y viendo el torrente infernal, actuamos.
- OFF:
- *No te preocupes por el post, de hecho hacía falta cambiar la mecánica, y pensaba hacer algo similar jajaja
*De acuerdo, creo que lo hice letal jeje
*Lo de las luces, puedes emplearlo como gustes =)
Judge Arbiter Saganiel- Program
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Re: Out of Control
Bien. Era necesario ponerse seria. Si antes estaba disfrutando todo el asunto, estando alerta e impresionada, ahora todo sería diferente con ese colosal gigante de ojos terroríficos. Primero, ya no estaba para jugar. Segundo, no se iba a entretener. Y por último, debía ser cuidadosa para ayudar al hombre. Se levantó rápidamente, preguntándose qué había pasado con su acompañante. No estaría lejos de saber exactamente de qué iba esa interrogante. Cuando volvió su mirada afilada, se percató de las acciones del chico —algo muy osado de su parte, si le preguntaba. —Oh, no... —un deje de preocupación corrió por las directrices de su rostro caucásico al presenciar que el gigante atrapó al guerrero y lo lanzó cerca de ella misma.
Inmediatamente corrió hacia él —Eso fue muy osado —arrugó el entrecejo, observándole fijamente. Iba a preguntarle cómo se encontraba, pero al ver que se levantó y tomaba una posición defensiva, asumió que estaba completamente bien o realmente no deseaba mostrar dolor ante una gran amenaza. Si era eso, lo entendía perfectamente. En esa batalla la precisión, agilidad y el tiempo eran oro. En cuanto al desarrollo de las criaturas metálicas en uno, pues, él tenía toda la razón. Habían evolucionado de una manera envidiable, sospechando que no era una falla del sistema, sino un virus bastante fuerte —Y posee una fuerza devastadora, lo cual me preocupa. Aunque debe moverse lento —causándole curiosidad por la resistencia del guerrero después del ataque del coloso.
Siguió con la mirada la mano envuelta en magia del chico. Al sentir los dedos rozarle el hombro, un chispazo recorrió todo su cuerpo. Claramente sintió un aumento de su resistencia a los ataques y a la magia en sí —Gracias —sonrió ampliamente. Después, se puso pensativa. «Tal vez deberíamos volcar una o ambas piernas y utilizar a Spica. Pero para ello hay que descubrir su punto débil. Esto será un nuevo desafío debido al tamaño de ese gigante», miró unos segundos a la criatura, quien parecía moverse. Y efectivamente así era, aunque con una lentitud que espantaba.
—¿Luces? —ladeó el rostro, confusa. Cuando iba a averiguar de qué trataban esas famosas luces, lo peor llegó. La potencia de un laser proveniente del gigante se avecinaba a gran velocidad contra ellos. Esa cosa no estaba con rodeos. Ataraxia no pudo evitar lanzar una exclamación y actuar rápido —en realidad de manera improvisada— y mirando alrededor, notó una especie de escudo metálico de 4 metros de ancho, 1 metro y 30 centímetros de alto y de grosor —posiblemente— 10 centímetros cerca de ambos. Arrastró consigo al chico, salvando a ambos. Por desgracia, ese escudo no iba a resistir por mucho ante el ataque. La gunner viró el rostro a su izquierda, encontrando otro escudo—o algo por el estilo— con el cual resguardarse —¡Vamos para allá! —agarró del cuello de la túnica al joven, arrastrándolo —mientras corría— al otro punto de protección. No tenía tiempo para ver si él se le unía en la maratón, porque sentía la necesidad de protegerlo... Sobretodo por lo osado que él es y por la fuerza del gigante.
Como se distanciaron varios metros del campo visual y de ataque del gigante, este detuvo su expulsión del láser, a la par que se movía lentamente que hasta podrían irse de receso y cenar. Protegiéndose, alzó un poco la cabeza para poder observar el campo de batalla, evaluando cuál podría ser su punto débil. Entonces, ahí fue cuando notó ciertas luces a la distancia, por una especie de pasadizo con pinta de boca de lobo. «Acaso son...», no le dio tiempo de terminar la frase mental, cuando de los "tobillos" del gigante comenzaron a surgir serpientes mecánicas interconectadas con él, recorriendo todos esos escombros en búsqueda de sus enemigos humanoides. En ese momento, ella descendió la cabeza con suma lentitud, esperando que no la notaran, y le susurro —¿Algún plan? —por el momento, no se le ocurría ninguno... No hasta que pudiesen conseguir una apretura para debiltiarlo. Apenas la batalla comenzaba con este nuevo modelo de golem maximizado, por lo que no poseía información suficiente para actuar con la misma osadía anterior que él.
Inmediatamente corrió hacia él —Eso fue muy osado —arrugó el entrecejo, observándole fijamente. Iba a preguntarle cómo se encontraba, pero al ver que se levantó y tomaba una posición defensiva, asumió que estaba completamente bien o realmente no deseaba mostrar dolor ante una gran amenaza. Si era eso, lo entendía perfectamente. En esa batalla la precisión, agilidad y el tiempo eran oro. En cuanto al desarrollo de las criaturas metálicas en uno, pues, él tenía toda la razón. Habían evolucionado de una manera envidiable, sospechando que no era una falla del sistema, sino un virus bastante fuerte —Y posee una fuerza devastadora, lo cual me preocupa. Aunque debe moverse lento —causándole curiosidad por la resistencia del guerrero después del ataque del coloso.
Siguió con la mirada la mano envuelta en magia del chico. Al sentir los dedos rozarle el hombro, un chispazo recorrió todo su cuerpo. Claramente sintió un aumento de su resistencia a los ataques y a la magia en sí —Gracias —sonrió ampliamente. Después, se puso pensativa. «Tal vez deberíamos volcar una o ambas piernas y utilizar a Spica. Pero para ello hay que descubrir su punto débil. Esto será un nuevo desafío debido al tamaño de ese gigante», miró unos segundos a la criatura, quien parecía moverse. Y efectivamente así era, aunque con una lentitud que espantaba.
—¿Luces? —ladeó el rostro, confusa. Cuando iba a averiguar de qué trataban esas famosas luces, lo peor llegó. La potencia de un laser proveniente del gigante se avecinaba a gran velocidad contra ellos. Esa cosa no estaba con rodeos. Ataraxia no pudo evitar lanzar una exclamación y actuar rápido —en realidad de manera improvisada— y mirando alrededor, notó una especie de escudo metálico de 4 metros de ancho, 1 metro y 30 centímetros de alto y de grosor —posiblemente— 10 centímetros cerca de ambos. Arrastró consigo al chico, salvando a ambos. Por desgracia, ese escudo no iba a resistir por mucho ante el ataque. La gunner viró el rostro a su izquierda, encontrando otro escudo—o algo por el estilo— con el cual resguardarse —¡Vamos para allá! —agarró del cuello de la túnica al joven, arrastrándolo —mientras corría— al otro punto de protección. No tenía tiempo para ver si él se le unía en la maratón, porque sentía la necesidad de protegerlo... Sobretodo por lo osado que él es y por la fuerza del gigante.
Como se distanciaron varios metros del campo visual y de ataque del gigante, este detuvo su expulsión del láser, a la par que se movía lentamente que hasta podrían irse de receso y cenar. Protegiéndose, alzó un poco la cabeza para poder observar el campo de batalla, evaluando cuál podría ser su punto débil. Entonces, ahí fue cuando notó ciertas luces a la distancia, por una especie de pasadizo con pinta de boca de lobo. «Acaso son...», no le dio tiempo de terminar la frase mental, cuando de los "tobillos" del gigante comenzaron a surgir serpientes mecánicas interconectadas con él, recorriendo todos esos escombros en búsqueda de sus enemigos humanoides. En ese momento, ella descendió la cabeza con suma lentitud, esperando que no la notaran, y le susurro —¿Algún plan? —por el momento, no se le ocurría ninguno... No hasta que pudiesen conseguir una apretura para debiltiarlo. Apenas la batalla comenzaba con este nuevo modelo de golem maximizado, por lo que no poseía información suficiente para actuar con la misma osadía anterior que él.
- Spoiler:
- - Disculpa la tardanza.
- Gracias por ello. Ya tengo una idea de cómo usarlas contra el gigante :3
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Re: Out of Control
La suerte actúa de formas diversas y pocas veces monótonas, y el que la joven me hubiese sostenido fuerte de mis ropajes para posteriormente haberme salvado la vida no era un caso ajeno al término. El azote anterior de la criatura, además del severo puñetazo que alcanzó a propinarme en todo mi ser había causado cierta debilidad en lo que consiste la parte del torso. Mis reflejos estaban un poco inciertos, y si no hubiese sido por la agilidad de la gunner seguramente mis datos tendrían que volver a ser descargados en el servidor principal. Un proceso muy tedioso, si me lo preguntan. Ahora le debo mi vida a la chica... comienzo a tomarle cierto afecto, pero como programa desconozco del todo que significa ello; por ende opto a concentrarme ante la nueva situación manifiesta.
—Extremidades de carbono con capacidad de lectura táctil —respondí, en un comienzo ante la pregunta de la joven de cabellos rosados —. Estas criaturas quizás no conformen su punto débil pero si las debilitamos podríamos distraerlo el tiempo necesario para contratacar...
La situación ameritaba una planeación cuidadosa, pues si los descubrían al instante podría ser el fin de este breve periodo de paz. Opté por meditar unos pocos segundos y cuando un serpenteo mecánico se escuchó en la cercanía, entendí que era el momento.
—Yo me escabulliré y trataré de distraer sus nuevas extremidades, y mientras tanto alcanza esas luces para ver si nos sirven de algo... por cierto, ehem, suerte. Hemos llegado lejos juntos. Estaré interesado después de este encuentro en conocer más sobre usted —mencioné no como si fuese un testamento ni declaración, solo una propuesta de interacción social que va más allá de los límites impuestos por Aeon en mi programación. Esta es la libertad de actuar.
—¡Vamos!
Empujé suavemente el hombro de la joven en dirección opuesta a la mía, que eran el titán de acero. Por el lado derecho del escudo de metal, los circuitos del animal no se mostraban atentos a su zona, por ello decidí dar un gran salto desde el borde de la zanja improvisada para alcanzar el medio cóncavo donde parecían congregarse las serpientes. Estando allí, no tuve tiempo de titubear, y salté una vez más antes de que estas maquinaciones se dieran cuenta de que alguna vez estuve allí. El titán me descubriría en cualquier momento, así que haría que valiese la pena el modo sigiloso. El segundo salto me llevó ante otro escudo y los siguientes seis funcionaron igual... hasta que un láser me roza el hombro derecho. Ya había entrado nuevamente en su campo visual, tan rápido que no me percaté de que su sistema de orientación seguía intacto. Tres proyectiles más me hieren por lo superficial cuando me dirijo de frente al enemigo, una vez más a como lo hice con sus vástagos, a diferencia de que ahora busco otro punto de flexión. Sus piernas.
—Seiken... —desenfundé a Claimh Solais en un último atento de acabar con este perpetuo ciclo de reciclaje enemigo—. Kishingari.
El corte tardó un poco en ser emitido, pero cuando giré sobre mi propio eje pude ver la destellante franja de energía que libera esta técnica en particular, y como dicho reflejo permanecía cortando ambas piernas de la criatura consecuentemente. A los 2 segundos la bestia reaccionó y trató de mover los pies. A los 4 segundos vió que solo sirvió para caer atrapado nuevamente en el corte. A los 8 segundos emite un rugido de enojo. Y a los 10 cae postrado únicamente sobre sus rodillas y con medio cuerpo orientado hacia sus espaldas. Todo su frente parecía expuesto, pero no vulnerable. Habría que exponerlo entonces.
—Extremidades de carbono con capacidad de lectura táctil —respondí, en un comienzo ante la pregunta de la joven de cabellos rosados —. Estas criaturas quizás no conformen su punto débil pero si las debilitamos podríamos distraerlo el tiempo necesario para contratacar...
La situación ameritaba una planeación cuidadosa, pues si los descubrían al instante podría ser el fin de este breve periodo de paz. Opté por meditar unos pocos segundos y cuando un serpenteo mecánico se escuchó en la cercanía, entendí que era el momento.
—Yo me escabulliré y trataré de distraer sus nuevas extremidades, y mientras tanto alcanza esas luces para ver si nos sirven de algo... por cierto, ehem, suerte. Hemos llegado lejos juntos. Estaré interesado después de este encuentro en conocer más sobre usted —mencioné no como si fuese un testamento ni declaración, solo una propuesta de interacción social que va más allá de los límites impuestos por Aeon en mi programación. Esta es la libertad de actuar.
—¡Vamos!
Empujé suavemente el hombro de la joven en dirección opuesta a la mía, que eran el titán de acero. Por el lado derecho del escudo de metal, los circuitos del animal no se mostraban atentos a su zona, por ello decidí dar un gran salto desde el borde de la zanja improvisada para alcanzar el medio cóncavo donde parecían congregarse las serpientes. Estando allí, no tuve tiempo de titubear, y salté una vez más antes de que estas maquinaciones se dieran cuenta de que alguna vez estuve allí. El titán me descubriría en cualquier momento, así que haría que valiese la pena el modo sigiloso. El segundo salto me llevó ante otro escudo y los siguientes seis funcionaron igual... hasta que un láser me roza el hombro derecho. Ya había entrado nuevamente en su campo visual, tan rápido que no me percaté de que su sistema de orientación seguía intacto. Tres proyectiles más me hieren por lo superficial cuando me dirijo de frente al enemigo, una vez más a como lo hice con sus vástagos, a diferencia de que ahora busco otro punto de flexión. Sus piernas.
—Seiken... —desenfundé a Claimh Solais en un último atento de acabar con este perpetuo ciclo de reciclaje enemigo—. Kishingari.
El corte tardó un poco en ser emitido, pero cuando giré sobre mi propio eje pude ver la destellante franja de energía que libera esta técnica en particular, y como dicho reflejo permanecía cortando ambas piernas de la criatura consecuentemente. A los 2 segundos la bestia reaccionó y trató de mover los pies. A los 4 segundos vió que solo sirvió para caer atrapado nuevamente en el corte. A los 8 segundos emite un rugido de enojo. Y a los 10 cae postrado únicamente sobre sus rodillas y con medio cuerpo orientado hacia sus espaldas. Todo su frente parecía expuesto, pero no vulnerable. Habría que exponerlo entonces.
- OFF:
- * No te preocupes, no soy alguien que presione para el rol, me alegra que te interese el tema ^^
* Te dejo los toques finales... ¡Que muera! XD
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Re: Out of Control
Sí, sonaba y se veía como lo más lógico. «Debilitarlas... Creo que Spica está fuera de lugar. Solo sirve como golpe de gracia», arrugó el entrecejo. Nada estaba prescrito, por lo que existía la posibilidad de que esas extensiones serpentinas fuesen un punto débil como no. Siempre estaba el «quizás» en situaciones como la presente. Pero, el asunto radicaba en que no iban a correr con impulsos debido a la desesperación. En otras palabras: mejor precavidos que un simple movimiento en falso les cobre caro.
No podía cuestionar el plan del hombre, ya que, en ese preciso instante, era el único que les podría salir de aprietos. Era eso o nada. Si bien quería decirle que algo así era muy arriesgado, fue incapaz de soltarlo porque sabía que él lo haría de todos modos. Por su propia parte, nada parecido a una obligación, le ayudaría —No te preocupes, pronto todo será un simple asunto con el cual reírnos —alzó el pulgar izquierdo, a la altura de su propio torso, mientras le dedicada una amplia sonrisa cargada de confianza. Sin más, asintió enérgicamente, poniéndose manos a la obra. No es que no quisiera saber sobre él o seguir hablando, sino que debían seguir adelante. Más tarde tendrían tiempo para conversar de cualquier estupidez.
La palmada sobre su hombro le brindó fuerzas para llevar a cabo el arriesgado procedimiento que él tenía en mente. Ataraxia salió disparada en dirección contraria a la de su aliado, corriendo a gran velocidad para impedir ser una carga y, por sobretodo, acudir lo más pronto posible en línea recta hacia dichas luces misteriosas. Una vez más el guerrero había capturado la atención del gigante mecánico, por completo; a la par que ella misma solo era una hormiga invisible en aquel gran pajar de piezas derruidas, desgastadas y abandonadas.
El tiempo era oro.
Corrió y corrió con gran velocidad, hasta el punto de respirar pesado. Parecía que ese gran campo no tenía final y que la cueva boca de lobo estaba cada vez más lejos de lo que creía, como si tuviese pies propios y se alejara de la insistente acción de la gunner. Mas, no iba a rendirse tan fácil. A medida que alcanzaba el pasadizo, el guerrero atacaba al coloso, prácticamente subyugándolo.
Por un momento creyó que no iba a lograrlo, aún así, seguía corriendo con espíritu sobreviviente hacia las luces. Se acercaban, estas, más y más. Cuando finalmente llegó al punto destino, sus ojos azulinos se iluminaron inmensamente. ¡Claro! Aquellas luces eran nada más y nada menos que los pequeños faros encima de las cabezas de los bots de seguridad de Pallasuz. Había un montón ahí inspeccionando la zona. En ese momento surgió la duda de porqué no se mudaban a la otra sala, donde yacía el coloso, en vez de explorar meticulosamente ese espacio. Entonces, otra suposición le azotó, pudiendo ser que el virus bloqueó el avance de los bots de seguridad, abnegándolos a permanecer ahí. Daba igual lo que fuera, ellos eran el as debajo de la manga. Para captar su atención, pues parecían estar en una especie de ensueño, al mismo tiempo que investigaban piezas oxidadas y el perímetro en esa sala; Ataraxia extrajo su set de pistolas y disparó varias balas al techo del lugar. Esa acción accionó la alarma de todos los bots, despertándolos de esa especie de ensueño. Era cierto que ellos no interferían con players que investigaran el lugar o lucharan entre, pero esa situación se presentó diferente. Fue como si lo que estuvieron a punto de hacer, volviera a pasearse por las mentes cibernéticas de ellos. Por desgracia, pensaron que el virus era la gunner.
Se pusieron en marcha —Phew —ella guardó las pistolas, lanzando un suspiro de alivio. Pronto esos bots podrían debilitar al virus. O eso creyó ingenuamente. A medida que se acercaban, ella pudo notar algo diferente: no deseaban esquivarla para pasearse por el túnel en dirección al coloso, al contrario... Iban tras ella, con sus ojos fijos en la fémina—. No me... —con chispas en los pies, la pistolera se encaminó en una maratón de regreso al gigante y su aliado, con los bots pisándole los talones. Pensó que iban a devorarle, pero una vez que volvió a la sala anterior, los bots de seguridad cambiaron de parecer y se desplazaron directo al coloso.
Esas diminutas criaturas que erradicaban virus o limpiaban de vez en cuando dentro de Pallasuz, se encomendaron a la ardua tarea de someter aún más al enemigo al rodearlo por toda su coraza. Aunque no eran bastantes, fueron suficientes para debilitar a la criatura, exponiéndola. No obstante, no logró derrotarlo. Ataraxia notó que aún los bots luchaban contra la coraza de la criatura. No es que no hubiesen hecho su trabajo —porque, oh, bastante hicieron— sino que el gigante se acostumbró a ellos de una manera sorprendente, impidiendo que las funciones defensoras ajenas pudiesen debilitarle más. «Imposible. Aún así, esto no se quedará de tal manera», chasqueó los labios y arrugó el entrecejo con determinación. Nuevamente invocó a Spica, a la cual le daría su uso final por el día de hoy. Encaramó la bazooka en el hombro izquierdo y, con rapidez, apunto hacia el torso del gigante mecánico. Una vez que el arma que usa misiles le informó que el blanco estaba en la mira con un lock on!, Ataraxia apretó el gatillo de esta. Como estaba expuesta la criatura, el misil que viajó a gran velocidad hacia su torso, le destruyó por completo.
Piezas mecánicas de la entidad comenzaron a caer al suelo de Pallasuz, y los bots restantes —que sobrevivieron al ataque de la bazooka— comenzaron a comerse los remanentes del colosal ente con virus, erradicándolo por completo con increíble paso acelerado.
Ataraxia descendió la potente arma, dejando caer el cañón contra el suelo. Llevó el antebrazo derecho contra la frente, dejando que éste absorbiera su sudor, mientras sonreía ampliamente. Observaba esa danza de piezas encendidas caer, y la animada disposición de los bots por derrotar al enemigo —Qué divertido fue~ —mencionó con son juguetón.
No podía cuestionar el plan del hombre, ya que, en ese preciso instante, era el único que les podría salir de aprietos. Era eso o nada. Si bien quería decirle que algo así era muy arriesgado, fue incapaz de soltarlo porque sabía que él lo haría de todos modos. Por su propia parte, nada parecido a una obligación, le ayudaría —No te preocupes, pronto todo será un simple asunto con el cual reírnos —alzó el pulgar izquierdo, a la altura de su propio torso, mientras le dedicada una amplia sonrisa cargada de confianza. Sin más, asintió enérgicamente, poniéndose manos a la obra. No es que no quisiera saber sobre él o seguir hablando, sino que debían seguir adelante. Más tarde tendrían tiempo para conversar de cualquier estupidez.
La palmada sobre su hombro le brindó fuerzas para llevar a cabo el arriesgado procedimiento que él tenía en mente. Ataraxia salió disparada en dirección contraria a la de su aliado, corriendo a gran velocidad para impedir ser una carga y, por sobretodo, acudir lo más pronto posible en línea recta hacia dichas luces misteriosas. Una vez más el guerrero había capturado la atención del gigante mecánico, por completo; a la par que ella misma solo era una hormiga invisible en aquel gran pajar de piezas derruidas, desgastadas y abandonadas.
El tiempo era oro.
Corrió y corrió con gran velocidad, hasta el punto de respirar pesado. Parecía que ese gran campo no tenía final y que la cueva boca de lobo estaba cada vez más lejos de lo que creía, como si tuviese pies propios y se alejara de la insistente acción de la gunner. Mas, no iba a rendirse tan fácil. A medida que alcanzaba el pasadizo, el guerrero atacaba al coloso, prácticamente subyugándolo.
Por un momento creyó que no iba a lograrlo, aún así, seguía corriendo con espíritu sobreviviente hacia las luces. Se acercaban, estas, más y más. Cuando finalmente llegó al punto destino, sus ojos azulinos se iluminaron inmensamente. ¡Claro! Aquellas luces eran nada más y nada menos que los pequeños faros encima de las cabezas de los bots de seguridad de Pallasuz. Había un montón ahí inspeccionando la zona. En ese momento surgió la duda de porqué no se mudaban a la otra sala, donde yacía el coloso, en vez de explorar meticulosamente ese espacio. Entonces, otra suposición le azotó, pudiendo ser que el virus bloqueó el avance de los bots de seguridad, abnegándolos a permanecer ahí. Daba igual lo que fuera, ellos eran el as debajo de la manga. Para captar su atención, pues parecían estar en una especie de ensueño, al mismo tiempo que investigaban piezas oxidadas y el perímetro en esa sala; Ataraxia extrajo su set de pistolas y disparó varias balas al techo del lugar. Esa acción accionó la alarma de todos los bots, despertándolos de esa especie de ensueño. Era cierto que ellos no interferían con players que investigaran el lugar o lucharan entre, pero esa situación se presentó diferente. Fue como si lo que estuvieron a punto de hacer, volviera a pasearse por las mentes cibernéticas de ellos. Por desgracia, pensaron que el virus era la gunner.
Se pusieron en marcha —Phew —ella guardó las pistolas, lanzando un suspiro de alivio. Pronto esos bots podrían debilitar al virus. O eso creyó ingenuamente. A medida que se acercaban, ella pudo notar algo diferente: no deseaban esquivarla para pasearse por el túnel en dirección al coloso, al contrario... Iban tras ella, con sus ojos fijos en la fémina—. No me... —con chispas en los pies, la pistolera se encaminó en una maratón de regreso al gigante y su aliado, con los bots pisándole los talones. Pensó que iban a devorarle, pero una vez que volvió a la sala anterior, los bots de seguridad cambiaron de parecer y se desplazaron directo al coloso.
Esas diminutas criaturas que erradicaban virus o limpiaban de vez en cuando dentro de Pallasuz, se encomendaron a la ardua tarea de someter aún más al enemigo al rodearlo por toda su coraza. Aunque no eran bastantes, fueron suficientes para debilitar a la criatura, exponiéndola. No obstante, no logró derrotarlo. Ataraxia notó que aún los bots luchaban contra la coraza de la criatura. No es que no hubiesen hecho su trabajo —porque, oh, bastante hicieron— sino que el gigante se acostumbró a ellos de una manera sorprendente, impidiendo que las funciones defensoras ajenas pudiesen debilitarle más. «Imposible. Aún así, esto no se quedará de tal manera», chasqueó los labios y arrugó el entrecejo con determinación. Nuevamente invocó a Spica, a la cual le daría su uso final por el día de hoy. Encaramó la bazooka en el hombro izquierdo y, con rapidez, apunto hacia el torso del gigante mecánico. Una vez que el arma que usa misiles le informó que el blanco estaba en la mira con un lock on!, Ataraxia apretó el gatillo de esta. Como estaba expuesta la criatura, el misil que viajó a gran velocidad hacia su torso, le destruyó por completo.
Piezas mecánicas de la entidad comenzaron a caer al suelo de Pallasuz, y los bots restantes —que sobrevivieron al ataque de la bazooka— comenzaron a comerse los remanentes del colosal ente con virus, erradicándolo por completo con increíble paso acelerado.
Ataraxia descendió la potente arma, dejando caer el cañón contra el suelo. Llevó el antebrazo derecho contra la frente, dejando que éste absorbiera su sudor, mientras sonreía ampliamente. Observaba esa danza de piezas encendidas caer, y la animada disposición de los bots por derrotar al enemigo —Qué divertido fue~ —mencionó con son juguetón.
- Spoiler:
- - Me disculpo por lo larguísimo y si hay un error ortográfico que deje pasar.
- Cualquier cosa, puedo cambiar algún detalle con gusto.
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Re: Out of Control
Spica, una vez más, había sido la estrella del show. Pude ver claramente, rozándome mientras me alejaba del campo de explosión del coloso, su estela de humo y fulgor rojizo al impactar. Los añicos del gigante fueron erradicados del sistema casi al instante. Su codificación, una vez retirada del núcleo central del programa, aseguraba su borrado o "derrota" actual.
Mientras pensaba en la magnificiencia del combate, mis brazos me llevaron a sacudirme el polvo de las vestimentas. Entre tanta maniobra y golpes recibidos, ignoré que ciertas costuras del traje comenzaban a deshilarse y, en el peor de los casos, cortadas se asomaban por encima del blanquecino hombro de mi persona. La buena noticia: no eran heridas de gravedad, todo superficial. La mala noticia: tendría que andar un rato así, entre calles y NPC's, sin una decente muda de ropa.
Y cuando dejé de acomodarme la vestimenta, me dirigí de inmediato a mi compañera de guerra, la combatiente clave que había hecho posible nuestra victoria. Noté que sudaba un poco —y porqué no, con la intensidad del campo del campo de batalla todo es posible— así que opté por brindarle un trozo de mi ropaje ya dañado en sinónimo no solo de higiene, sino también de victoria y paz. Habíamos sobrevivido, y eso es lo único que importa aquí y ahora.
—Toma esto... mi programación restaurará más tarde mi ropa en alguno de los updates diarios, así que tengo de sobra —repliqué, no con sentido de broma, mientras le extendía la mano a la joven gunner... ¡Era cierto! Entre tanta peligro me había olvidado de preguntar por su nombre. No podemos tratarnos a cada instante de "chica de cabello rosado" o "joven gunner", como ya lo he mencionado.
—Disculpa, ¿cuál es tu nombre? entre tanta distracción no tuvimos la oportunidad de presentarnos —indagué un poco sobre su estatus actual mientras mantenía mi prenda a su alcance y revisaba con mi otra mano que mi espada estuviera bien guardada. Nunca se sabe cuando el peligro podría volver a manifestarse—. Yo soy el programa "Judge Arbiter Saganiel", pero para facilitar la interfaz del usuario puedes llamarme Saganiel o Saga, como gustes.
Antepuse mi identidad para darle a entender, en cualquier caso, que estaba de su parte y que no conformaba un intento de spam, malware o inclusive algún virus.
Mientras pensaba en la magnificiencia del combate, mis brazos me llevaron a sacudirme el polvo de las vestimentas. Entre tanta maniobra y golpes recibidos, ignoré que ciertas costuras del traje comenzaban a deshilarse y, en el peor de los casos, cortadas se asomaban por encima del blanquecino hombro de mi persona. La buena noticia: no eran heridas de gravedad, todo superficial. La mala noticia: tendría que andar un rato así, entre calles y NPC's, sin una decente muda de ropa.
Y cuando dejé de acomodarme la vestimenta, me dirigí de inmediato a mi compañera de guerra, la combatiente clave que había hecho posible nuestra victoria. Noté que sudaba un poco —y porqué no, con la intensidad del campo del campo de batalla todo es posible— así que opté por brindarle un trozo de mi ropaje ya dañado en sinónimo no solo de higiene, sino también de victoria y paz. Habíamos sobrevivido, y eso es lo único que importa aquí y ahora.
—Toma esto... mi programación restaurará más tarde mi ropa en alguno de los updates diarios, así que tengo de sobra —repliqué, no con sentido de broma, mientras le extendía la mano a la joven gunner... ¡Era cierto! Entre tanta peligro me había olvidado de preguntar por su nombre. No podemos tratarnos a cada instante de "chica de cabello rosado" o "joven gunner", como ya lo he mencionado.
—Disculpa, ¿cuál es tu nombre? entre tanta distracción no tuvimos la oportunidad de presentarnos —indagué un poco sobre su estatus actual mientras mantenía mi prenda a su alcance y revisaba con mi otra mano que mi espada estuviera bien guardada. Nunca se sabe cuando el peligro podría volver a manifestarse—. Yo soy el programa "Judge Arbiter Saganiel", pero para facilitar la interfaz del usuario puedes llamarme Saganiel o Saga, como gustes.
Antepuse mi identidad para darle a entender, en cualquier caso, que estaba de su parte y que no conformaba un intento de spam, malware o inclusive algún virus.
- OFF:
- Me parece un post excelente ^^; no hay problema alguno.
Judge Arbiter Saganiel- Program
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Re: Out of Control
Bajó el brazo, creyendo que había limpiado todo su rostro del molesto sudor. Inmediatamente, hizo desaparecer a Spica, como si hubiese enviado una orden mental a la bazooka; como el arma estaba, por así decirlo, unida a su código dentro de aeon, esta podía aparecer y desaparecer a su disposición. Toda esa batalla fue un despliegue de intensidad, y, aunque fue algo difícil y arduo de obtener la victoria, no eran de las batallas más difíciles que había tenido. Sin lugar a dudas experimentó diversión, mas, no tanto como para poner esa batalla en un pedestal o top ranking de las mejores que le han sucedido.
Paseó las manos por su propia nuca, moviendo así la abundante cabellera larga como si se quitara una molestia remanente en sí misma. Cuando él se acercó, parpadeó un par de veces, observando esa prenda que le ofrecieron. Qué amable —Muy amable y bromista —era su forma de agradecerle, esbozando una sonrisa. Tomó la pequeña prenda con ambas manos, para luego utilizarla sobre su rostro y así deshacerse del sudor. Sabía que él bromeaba con eso de programación. Tal vez era un player que jugaba así, porque, hasta donde sabía, los programas en aeon no poseían tal consciencia.
—Oh. Es Ataraxia —él tenía razón. No habían tenido tiempo para poder presentarse, y no era de menos. Ahora que escuchó su nombre, nunca se esperaba uno así. Judge Arbiter Saganiel, un mote bastante curioso. Con obviedad solo le llamaría Saganiel o Saga cuando estuviera apurada —tampoco iba a pedirle permiso para ello, más aún porque él ya comentó que podía llamarle como le placiera—. No le gustaban los nombres tan largos o complicados, o inclusive, llamar a la gente por su nombre completo. Ella era práctica, aunque no sencilla.
Se suponía que iba a decir lo típico de siempre: Mucho gusto o Un placer. Pero se detuvo en seco, mirándole fijamente con leve impresión en su rostro. ¿Un programa? Entonces, atravesó la mano diestra entre ambos rostro, descendiendo un poco la cabeza y aplicando los dedos —aun con la prenda en esta mano— sobre su propia frente. Se trataba de una señal de tipo hold on —Espera... ¿Acaso dijiste fácilmente "programa"? ¿Cómo es eso? ¿Seguro no estás confundiendo todo este asunto de aeon? —¿qué diantre sucedía acá? Estaba algo confundida. ¿Cómo un programa podía saber qué era uno, la realidad y la ficción? Eso no había sucedido en aeon, al menos que el mismo Infinity lo ocultara o se les estuviera escapando de las manos por una falla del sistema. O... O tal vez, si se podía tener un casco de realidad virtual, ¿por qué no un programa que evolucionaba y adquiría consciencia? Eso le azotó la mente. Y claro, era bastante increíble, interesante y nuevo ¡Un descubrimiento total...! Mas, no dejaba de estar confundida. O quizás, simplemente se trataba de un player que se creía programa, muy adentrado en el juego, entonces.
Paseó las manos por su propia nuca, moviendo así la abundante cabellera larga como si se quitara una molestia remanente en sí misma. Cuando él se acercó, parpadeó un par de veces, observando esa prenda que le ofrecieron. Qué amable —Muy amable y bromista —era su forma de agradecerle, esbozando una sonrisa. Tomó la pequeña prenda con ambas manos, para luego utilizarla sobre su rostro y así deshacerse del sudor. Sabía que él bromeaba con eso de programación. Tal vez era un player que jugaba así, porque, hasta donde sabía, los programas en aeon no poseían tal consciencia.
—Oh. Es Ataraxia —él tenía razón. No habían tenido tiempo para poder presentarse, y no era de menos. Ahora que escuchó su nombre, nunca se esperaba uno así. Judge Arbiter Saganiel, un mote bastante curioso. Con obviedad solo le llamaría Saganiel o Saga cuando estuviera apurada —tampoco iba a pedirle permiso para ello, más aún porque él ya comentó que podía llamarle como le placiera—. No le gustaban los nombres tan largos o complicados, o inclusive, llamar a la gente por su nombre completo. Ella era práctica, aunque no sencilla.
Se suponía que iba a decir lo típico de siempre: Mucho gusto o Un placer. Pero se detuvo en seco, mirándole fijamente con leve impresión en su rostro. ¿Un programa? Entonces, atravesó la mano diestra entre ambos rostro, descendiendo un poco la cabeza y aplicando los dedos —aun con la prenda en esta mano— sobre su propia frente. Se trataba de una señal de tipo hold on —Espera... ¿Acaso dijiste fácilmente "programa"? ¿Cómo es eso? ¿Seguro no estás confundiendo todo este asunto de aeon? —¿qué diantre sucedía acá? Estaba algo confundida. ¿Cómo un programa podía saber qué era uno, la realidad y la ficción? Eso no había sucedido en aeon, al menos que el mismo Infinity lo ocultara o se les estuviera escapando de las manos por una falla del sistema. O... O tal vez, si se podía tener un casco de realidad virtual, ¿por qué no un programa que evolucionaba y adquiría consciencia? Eso le azotó la mente. Y claro, era bastante increíble, interesante y nuevo ¡Un descubrimiento total...! Mas, no dejaba de estar confundida. O quizás, simplemente se trataba de un player que se creía programa, muy adentrado en el juego, entonces.
Ataraxia- Player
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Re: Out of Control
Bromista... había escuchado dicha reacción antes debido a su forma de actuar dentro del mundo virtual de Aeon. Un NPC solía meterse de lleno en el trasfondo psíquico y bagaje cultural que se le fuese programado anteriormente, así pasaría a fomrar parte del ambiente natural de este universo. En mi caso, no había sido así: solo actuaba de acuerdo a mis instintos de orden, el cual, dictaba que protegiera al sistema y sus habitantes. Mi "personalidad" solía moldearse acorde a la ocasión.
—Mucho gusto Ataraxia —respondí al instante cuando obtuve su identificación personal—. "Ausencia de turbación", es decir, tranquilidad o paz. Un curioso nombre, señorita gunner.
Otra vez accedí a mi repertorio de conocimientos básicos, para entender que ATARAXIA tenía un significado genuino en la realidad. La mujer ciertamente goza del campo de batalla, y también de la exploración. Entonces, asumo que su ATARAXIA es ella misma... o el mismo Aeon. Suficiente indagación y filosofía por unos minutos.
Atendí entonces a su gesto de exclamación. No solamente se dió cuenta de que establecí mi existencia como si fuese algo normal en la consciencia de un ente como yo, sino que también supuso teorías que jamás había considerado. ¿Qué tal si Aeon quiere que piense que soy un programa y en realidad mi papel es otro? Interesante punto de vista.
—Es común esta idea. Ningún principio o módulo de personalidad se me fue instaurado previamente, pero suelo adaptarme conforme conozco jugadores y otros programas, es por ello que suelo actuar sin pensar el grado de consciencia que pueden generar mis palabras en otros de mi especie —dije con cierta seriedad y curiosidad al respecto—. Ahora que lo mencionas, jamás había pensado al respecto sobre esto... podría no ser el único, y por eso busco a EVE.
Denoté al final de mi oración mi claro objetivo en mi transcurso de Aeon: Hallar a EVE, pues solo ella tendrá las respuestas a mi existencia.
Y al instante, mi ropa fue restaurada en un santiamén. Como si hubiese sido recién comprada, como ciertas armaduras de actualización de usuarios, esta lucía impecable.
—Mucho gusto Ataraxia —respondí al instante cuando obtuve su identificación personal—. "Ausencia de turbación", es decir, tranquilidad o paz. Un curioso nombre, señorita gunner.
Otra vez accedí a mi repertorio de conocimientos básicos, para entender que ATARAXIA tenía un significado genuino en la realidad. La mujer ciertamente goza del campo de batalla, y también de la exploración. Entonces, asumo que su ATARAXIA es ella misma... o el mismo Aeon. Suficiente indagación y filosofía por unos minutos.
Atendí entonces a su gesto de exclamación. No solamente se dió cuenta de que establecí mi existencia como si fuese algo normal en la consciencia de un ente como yo, sino que también supuso teorías que jamás había considerado. ¿Qué tal si Aeon quiere que piense que soy un programa y en realidad mi papel es otro? Interesante punto de vista.
—Es común esta idea. Ningún principio o módulo de personalidad se me fue instaurado previamente, pero suelo adaptarme conforme conozco jugadores y otros programas, es por ello que suelo actuar sin pensar el grado de consciencia que pueden generar mis palabras en otros de mi especie —dije con cierta seriedad y curiosidad al respecto—. Ahora que lo mencionas, jamás había pensado al respecto sobre esto... podría no ser el único, y por eso busco a EVE.
Denoté al final de mi oración mi claro objetivo en mi transcurso de Aeon: Hallar a EVE, pues solo ella tendrá las respuestas a mi existencia.
Y al instante, mi ropa fue restaurada en un santiamén. Como si hubiese sido recién comprada, como ciertas armaduras de actualización de usuarios, esta lucía impecable.
Judge Arbiter Saganiel- Program
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Re: Out of Control
Sí, su propio nombre podría ser el epítome del despertar de la curiosidad, como él ajeno también llegaba a eso. Pero, más allá de nombres y parecer una situación placentera, en donde podría siempre decir el típico mucho gusto, Ataraxia aún esta abrumada con la extraña respuesta de Saganiel. ¿Qué tan lejos podía llegar la tecnología? En el mundo real que, estaba más que decir, las cosas no eran idénticas que en aeon; aún así, existía un gran avance, como también un descenso de la economía y el incremento de la contaminación a paso agigantados.
¿Sería tan posible llegar al punto que muchos científicos temían, aquel que relata: Las máquinas podrán dominar a los hombres o La tecnología adquirirá su propia consciencia? No dudaba que pasara, mas, no estaba preparada.
—Comienzo a asimilar tu punto... Pero, Saganiel... —descendió la mano y le observó fijamente, con entrecejo arrugado y mirada penetrante—. No sé hasta qué punto entenderte. Sin embargo, no puedes vociferar a la vuelta de la esquina qué eres, especialmente a programas. Ellos no saben que son parte del sistema. Eso afectaría el equilibrio de aeon, ¿no lo crees? —no sabía si estaba siendo objetiva, o incluso sonaba racional, solo quería probar qué tan cierto era lo que su acompañante decía... O quizás pararle el trote. Quién sabe—. Dime, ¿realmente no eres un player que se cree programa? Aunque... —hizo una pequeña pausa, suspirando resignada luego—. Creo que diga lo que diga no hará nada que cambies de parecer. Tal vez es como dices. Solo EVE te pueda ayudar, realmente.
Pensó que Saganiel solo estaba sufriendo de desvaríos, por ello decidió zanjar el asunto de aquella manera, pero... Algo impresionante ocurrió. Escuchó un extraño sonido de restauración proveniente del hombre, por lo que le miró. Inmediatamente una faceta de impresión abordó el rostro de Ataraxia —... Es verdad —estaba verdaderamente sorprendida. Sabía que los player no podía restaurar sus ropajes de tal manera tan rápida, con un log out era posible; pero Saganiel debía desconectarse primero y eso no había sucedido todo ese tiempo, o, en el peor de los casos, un Whitesmith podían restaurar la apariencia de los ropajes, y dudaba que él fuese uno. Él no mentía —¿Cómo adquiriste consciencia propia? —se acercó un poco al hombre, tocándole una y otra vez con el índice diestro el hombro más cercano. Le estaba considerando un bicho raro, y ¿por qué no? ¡Él era algo sumamente inusual e interesante! Y como programadora en el mundo real, eso se trataba de un encuentro único... Un cambio a todas las leyes.
¿Sería tan posible llegar al punto que muchos científicos temían, aquel que relata: Las máquinas podrán dominar a los hombres o La tecnología adquirirá su propia consciencia? No dudaba que pasara, mas, no estaba preparada.
—Comienzo a asimilar tu punto... Pero, Saganiel... —descendió la mano y le observó fijamente, con entrecejo arrugado y mirada penetrante—. No sé hasta qué punto entenderte. Sin embargo, no puedes vociferar a la vuelta de la esquina qué eres, especialmente a programas. Ellos no saben que son parte del sistema. Eso afectaría el equilibrio de aeon, ¿no lo crees? —no sabía si estaba siendo objetiva, o incluso sonaba racional, solo quería probar qué tan cierto era lo que su acompañante decía... O quizás pararle el trote. Quién sabe—. Dime, ¿realmente no eres un player que se cree programa? Aunque... —hizo una pequeña pausa, suspirando resignada luego—. Creo que diga lo que diga no hará nada que cambies de parecer. Tal vez es como dices. Solo EVE te pueda ayudar, realmente.
Pensó que Saganiel solo estaba sufriendo de desvaríos, por ello decidió zanjar el asunto de aquella manera, pero... Algo impresionante ocurrió. Escuchó un extraño sonido de restauración proveniente del hombre, por lo que le miró. Inmediatamente una faceta de impresión abordó el rostro de Ataraxia —... Es verdad —estaba verdaderamente sorprendida. Sabía que los player no podía restaurar sus ropajes de tal manera tan rápida, con un log out era posible; pero Saganiel debía desconectarse primero y eso no había sucedido todo ese tiempo, o, en el peor de los casos, un Whitesmith podían restaurar la apariencia de los ropajes, y dudaba que él fuese uno. Él no mentía —¿Cómo adquiriste consciencia propia? —se acercó un poco al hombre, tocándole una y otra vez con el índice diestro el hombro más cercano. Le estaba considerando un bicho raro, y ¿por qué no? ¡Él era algo sumamente inusual e interesante! Y como programadora en el mundo real, eso se trataba de un encuentro único... Un cambio a todas las leyes.
Ataraxia- Player
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Re: Out of Control
Dime, ¿realmente no eres un player que se cree programa?
Esta frase vastó para orientar nuevamente mis actos y búsqueda personal dentro del mundo de Aeon: ¿Cómo estaba seguro de que no era esta mi función primordial? Claro, puedo ver la codificación dentro de algunas funciones primordiales de Aeon, inclusive entender como es que funcionan los NPC o ciertos aspectos generales, pero la cuestión indescifrable ha sido... ¿qué hago aquí realmente? ¿Y si en el mundo humano no soy más que alguien en constante juego y que ha olvidado siquiera su nexo con lo real? ... tenía mucho que pensar de vuelta en The Stream, pero por ahora conocí a alguien capaz de entender a un programa fuera de su hábitat natural.
—Entiendo tu razón Ataraxia, es por ello que me limitó a actuar de cierta forma frente a los de mi especie. Con ustedes, los jugadores, es más fácil retomar mis pensamientos. De eso no hay que preocuparse, solo que se me dificulta a veces —reiteré a la chica mis intenciones durante mis transiciones con otros usuarios; las palabras tales como codificación, programa o virtual son conceptos aún muy abstractos para los de mi especie, es por ello que focalizo la prioridad de la misión antes de todas las cosas—. El equilibrio de Aeon perdurará por años más todavía; pese que a nosotros los programas nos eliminen o el mismo servidor cambie, lo que importa es que no los cambien a ustedes, los jugadores. Mientras la gente entienda que es parte de un proceso, creo que el equilibrio fundamental se mantendrá. EVE, en cambio, puede acceder a la verdad absoluta de este mundo, y aunque la respuesta que llegue a obtener de ella no sea la que mi subconsciente busque, creo que al final habré dado sentido a mi existencia.
Terminé de decir esto cuando noté la curiosidad inminente por parte de Ataraxia por la consciencia virtual, o AI, como algunos suelen llamar. Sus toques solo reafirmaban su especial interés en esto suceso... ¿Por qué será? Era el momento de saberlo.
—Realmente no puedo concretarlo. Si sea parte de mi programación o de una toma de consciencia como tal, estas ideas han estado en mi cabeza desde siempre. Entiendo que soy parte de un sistema virtual, y que los jugadores son personas de otro mundo accediendo a esta realidad ficticia, los virus o corrupted conforman un reto más ante la jugabilidad y los programs adornamos la ambientación. Así veo las cosas... pero de vez en cuando, tengo algo similar a los sueños —mencioné una de mis incógnitas más grandes ante la naturaleza de Ataraxia; me inspiró la suficiente confianza—. Estos "sueños" me muestran imágenes de mi mismo, pero no las percibo como parte de Aeon... es un fenómeno que no puedo explicar todavía, y sigo buscando respuestas ante ello.
Miré fijamente a la joven gunner. ¿Qué será este lazo que llaman los humanos cuando conocen a alguien diferente del resto de jugadores? Es extraño, sus preguntas me ponen a pensar más de lo que suelo divagar entre misión y misión. Interesante, corrijo, no extraño.
—¿Cuál es tu interés en mí, Ataraxia? —musité ante su curiosidad impecable. ahora yo quiero saber más de ella que de mi personae, actualmente—. ¿A qué te dedicas en el mundo real?
Judge Arbiter Saganiel- Program
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Re: Out of Control
Adoptó una pose pensativa, donde su propio rostro no dictaminaba muy lejos de aquello. Estaba observando fijamente a Saganiel, catalogándole sin cesar—y en mutismo— como una evolución —¿Acaso no te preocupa que, tras contar tu secreto de aquí para allá, algún player denuncie que eres un simple error del sistema? Podrían eliminarte definitivamente si no consiguen "cura" para ti —apoyó ambas manos sobre las caderas. No le amenazaba, solo quería hacerle ver que contar algo sumamente importante como que es un programa, a la ligera, puede traer consecuencias... En especial cuando no se le confiesa tal a un player que no estaba abierto a posibilidades—. Hmn... —parecía secundar las palabras del programa, porque, a fin de cuentas, era así. No tenía nada en la punta de la lengua para poder objetar o discutirle a Saganiel.
Cruzando de brazos, escuchó atentamente la explicación amplia del guerrero. ¿Hasta ese punto había evolucionado? Impresionante. Más que causarle un desconcierto o provocar que le denunciara al sistema, para su pronta limpieza o eliminación, Ataraxia conseguía fascinante a la entidad llamada Saganiel —Eres extraordinario —sonrió un poco, emanando cierta calidez en las directrices de su rostro caucásico, como si fuese una madre observando los logros de su retoño. Y bueno, como era amante de la tecnología, y una programadora, algo así le inundaba el corazón de alegría. El mundo cambia a pasos agigantados y, magníficamente, ¡dentro de aeon! Quién iba a decir que un simple juego virtual albergaba a una inteligencia artificial. La consciencia de máquinas o la inteligencia humana siendo imitada a la perfección por entidades mecánicas o virtuales, se apreciaba en libros... Libros que ella había leído toda su vida—. Tal vez puedas adquirir un cuerpo mecánico, si se pueden descargar tus datos en éste. ¡O podrías ser energía pura en el mundo real! —alzó el dedo índice, apuntando al techo, como si hubiese hecho un descubrimiento... Cuando solo estaba pensando en las infinitas posibilidades de tal hallazgo. Parecía que iba a dedicarse a buscar una manera en cómo traerle al mundo real, sin embargo, también entendía que él quería encontrar a EVE. Quizá con aquella entidad conseguiría las respuestas.
Estaba en otro mundo, hablando sola por un momento, hasta que la voz ajena capturó de nueva cuenta su atención. Pestañeó varias veces, mirándole como si no hubiese sabido que estaba ahí —Saganiel... Aún eres muy ingenuo. ¿No lo entiendes? —inquirió jovialmente, con una sonrisa de por medio y un agarre firme de sus manos masculinas—. Tú puedes causar revuelo por todo el planeta. En nuestro mundo, nosotros tememos y, a la vez, esperamos ansiosamente a que las máquinas o programas virtuales desarrollen inteligencia propia. Y mira, aquí estás tú. Así como deseas conseguir respuestas sobre ti mismo, yo deseo saber cómo lograste tener humanidad —le brillaban los ojos, fascinada. La verdad, ignoró la pregunta ajena acerca de su oficio en el mundo real. Para ella era más interesante la naturaleza del guerrero.
Cruzando de brazos, escuchó atentamente la explicación amplia del guerrero. ¿Hasta ese punto había evolucionado? Impresionante. Más que causarle un desconcierto o provocar que le denunciara al sistema, para su pronta limpieza o eliminación, Ataraxia conseguía fascinante a la entidad llamada Saganiel —Eres extraordinario —sonrió un poco, emanando cierta calidez en las directrices de su rostro caucásico, como si fuese una madre observando los logros de su retoño. Y bueno, como era amante de la tecnología, y una programadora, algo así le inundaba el corazón de alegría. El mundo cambia a pasos agigantados y, magníficamente, ¡dentro de aeon! Quién iba a decir que un simple juego virtual albergaba a una inteligencia artificial. La consciencia de máquinas o la inteligencia humana siendo imitada a la perfección por entidades mecánicas o virtuales, se apreciaba en libros... Libros que ella había leído toda su vida—. Tal vez puedas adquirir un cuerpo mecánico, si se pueden descargar tus datos en éste. ¡O podrías ser energía pura en el mundo real! —alzó el dedo índice, apuntando al techo, como si hubiese hecho un descubrimiento... Cuando solo estaba pensando en las infinitas posibilidades de tal hallazgo. Parecía que iba a dedicarse a buscar una manera en cómo traerle al mundo real, sin embargo, también entendía que él quería encontrar a EVE. Quizá con aquella entidad conseguiría las respuestas.
Estaba en otro mundo, hablando sola por un momento, hasta que la voz ajena capturó de nueva cuenta su atención. Pestañeó varias veces, mirándole como si no hubiese sabido que estaba ahí —Saganiel... Aún eres muy ingenuo. ¿No lo entiendes? —inquirió jovialmente, con una sonrisa de por medio y un agarre firme de sus manos masculinas—. Tú puedes causar revuelo por todo el planeta. En nuestro mundo, nosotros tememos y, a la vez, esperamos ansiosamente a que las máquinas o programas virtuales desarrollen inteligencia propia. Y mira, aquí estás tú. Así como deseas conseguir respuestas sobre ti mismo, yo deseo saber cómo lograste tener humanidad —le brillaban los ojos, fascinada. La verdad, ignoró la pregunta ajena acerca de su oficio en el mundo real. Para ella era más interesante la naturaleza del guerrero.
Ataraxia- Player
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Re: Out of Control
Saganiel se quedó unos segundos pensando sobre la actitud de Ataraxia. Estos segundos se prolongaron en minutos... ¿de verdad era algo tan inusual que un programa anunciara ser programa? es cierto, no dudo que el estar consciente sobre la propia naturaleza virtual es, en cierto grado, desconcertante, pero también ya lo había asimilado como un hecho tan común ya que, bueno, es mi programación y esto es lo que me hace ser. Pero a través del transcurso del tiempo he aprendido de los usuarios que me rodean y suelo introyectar ciertas pautas de comportamiento en mi persona; por ejemplo, la irracionalidad de ciertos actos tras atacar a los contrincantes es una de ellas, también como lo es el entablar conversaciones con los demás, detalles comunes en las demás entidades, inusuales en los de mi especie. Al final de cuentas, el raciocinio de Ataraxia me convence sobre la propia volición que he optado, y ahora estoy dispuesto a seguir otra misión personal, la cual podría involucrarla.
—Han intentado denunciarme, en diversas ocasiones, pero el sistema sabe que soy un programa del mismo, lo protejo, al igual que a sus habitantes. Esa es mi misión primordial —respondí jovial y decidido, retomando las manos de Ataraxia con mayor fuerza, pues la voluntad se había afirmado—. La ingenuidad es parte fundamental de mi programación pues me permite seguir aprendiendo... y ahora he aprendido algo nuevo de ti.
La miré fieramente a los ojos y sonreí un poco, pues es costumbre de los jugadores aseverar ciertas declaraciones con un gesto de confianza e instinto. Puedo trabajar sobre ello con el tiempo, pero por ahora depositaré mis esperanzas —aquellas evolucionadas a lo largo de los tiempos conscientes— en Ataraxia.
—Ayúdame... —decía con duda y un poco de temor, pues nunca se me ocurrió experimentar dicha propuesta—... a conseguir un cuerpo y una vía de contactar a EVE. Cualquiera que fuese el caso de mi existencia, la respuesta yace en ella y en ti.
Al final declaré mi intenciones de poder experimentar la naturaleza humana, la mayor de todas las incógnitas hasta ahora pensadas. ¿Y qué pasaría si solo soy un programa dentro de Aeon? Pues mi búsqueda no se detendrá allí en todo caso, pues ahora existe la posibilidad de liberarme de esta codificación primordial y asumir una verdadera consciencia propia. La consciencia que anhelo y también la "codificadora".
—Yo veré como respondo a tu pregunta inicial, el como adquirí consciencia, buscando a la entidad suprema de Aeon, y te revelaré toda la información obtenida —por un breve momento recordé que sigo siendo programa y estas clases de declaraciones no vienen acompañadas de ganancias de EXP o Dinero—. Di-disculpa si sueno algo presuntuoso, pero me has hecho pensar más en muchas cosas.
Terminé de acentuar la relevancia de Ataraxia en esta nueva misión personal. ¿Podré ayudarle también de otra forma a cambio de su viaje en Aeon? El tiempo y la fuerza de voluntad lo dirá.
—Han intentado denunciarme, en diversas ocasiones, pero el sistema sabe que soy un programa del mismo, lo protejo, al igual que a sus habitantes. Esa es mi misión primordial —respondí jovial y decidido, retomando las manos de Ataraxia con mayor fuerza, pues la voluntad se había afirmado—. La ingenuidad es parte fundamental de mi programación pues me permite seguir aprendiendo... y ahora he aprendido algo nuevo de ti.
La miré fieramente a los ojos y sonreí un poco, pues es costumbre de los jugadores aseverar ciertas declaraciones con un gesto de confianza e instinto. Puedo trabajar sobre ello con el tiempo, pero por ahora depositaré mis esperanzas —aquellas evolucionadas a lo largo de los tiempos conscientes— en Ataraxia.
—Ayúdame... —decía con duda y un poco de temor, pues nunca se me ocurrió experimentar dicha propuesta—... a conseguir un cuerpo y una vía de contactar a EVE. Cualquiera que fuese el caso de mi existencia, la respuesta yace en ella y en ti.
Al final declaré mi intenciones de poder experimentar la naturaleza humana, la mayor de todas las incógnitas hasta ahora pensadas. ¿Y qué pasaría si solo soy un programa dentro de Aeon? Pues mi búsqueda no se detendrá allí en todo caso, pues ahora existe la posibilidad de liberarme de esta codificación primordial y asumir una verdadera consciencia propia. La consciencia que anhelo y también la "codificadora".
—Yo veré como respondo a tu pregunta inicial, el como adquirí consciencia, buscando a la entidad suprema de Aeon, y te revelaré toda la información obtenida —por un breve momento recordé que sigo siendo programa y estas clases de declaraciones no vienen acompañadas de ganancias de EXP o Dinero—. Di-disculpa si sueno algo presuntuoso, pero me has hecho pensar más en muchas cosas.
Terminé de acentuar la relevancia de Ataraxia en esta nueva misión personal. ¿Podré ayudarle también de otra forma a cambio de su viaje en Aeon? El tiempo y la fuerza de voluntad lo dirá.
Judge Arbiter Saganiel- Program
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Re: Out of Control
«Entonces, el mismo sistema aprueba este extraño comportamiento. O tal vez simplemente, en aeon, haya sido programado para que sepa que es un programa... Tomando en cuenta que para todas las entidades virtuales de acá, éste es el mundo real... Y uno bastante avanzado.», arrugó el entrecejo. «También está la posibilidad de que Infinity ya esté al tanto de Saganiel...», realmente, muchos hablaban de los misterios que escondían aeon, desde el momento de su concepción hasta cuando abrió sus puertas —Has corrido con suerte, entonces —ladeó el rostro, algo confusa porque haya tenido demasiada facilidad para salir de aprietos. Por supuesto, no iba a contarle sus sospechas sobre la compañía que creó aeon, por el simple hecho de que no podía comprobarlo. Si llegaba a hacer un anuncio así, vendría una demanda y consigo, su propia vida fuera de aeon se derrumbaría... Y así no podría ayudarle. Mantuvo los orbes azulinos, reflejantes de una leve impresión, sobre el rostro ajeno. Había notado algo en el comportamiento de Saganiel que provocó que confiara más en el hecho de que a cada momento podía crecer. «No es que me imite, sino, absorbe lo mejor de cualquier que se tope en su camino».
Ante la petición de Saganiel, meditó cómo ayudarle. No tenía poder en aeon, tampoco lo poseía a gran escala —y mucho menos comparable que en el mundo virtual— en la vida real. Pensó cuidadosamente, tratando de sosegar esa ansiedad y ese temor homólogos —Podría comprar un robot rudimentario, aunque me tomará tiempo. El detalle es verificar si tus datos pueden ser compatibles con este —no se estaba negando a ayudarle, solo le indicaba que no sería una tarea fácil. Y esperaba que él lo comprendiera. Fuera de aeon nada era fácil, aunque tampoco imposible—. ¿No has intentando enviarle un mensaje privado o una invitación a EVE? He escuchado que suele aparecerse de repente y hasta participar en las misiones de otros usuarios. No sabría cómo encontrarle exactamente, porque siempre está brincando de aquí por allá —hizo una corta pausa—. No obstante, te ayudaré a encontrarle.
Soltó una suave risilla, liberando las manos de su compañero, para tomarse el estómago con éstas —Está bien. Es un trato~ —guiñó el ojo derecho. De todas maneras le iba a ayudar, no importaba qué. Además, él le había rescatado y ayudado—. ¿Para qué te disculpas por eso? Creo que he sido yo quién te ha preocupado aunque sea un poco. Hay muchas cosas nuevas para ti —arrugó el entrecejo, esbozando una sonrisa.
Ante la petición de Saganiel, meditó cómo ayudarle. No tenía poder en aeon, tampoco lo poseía a gran escala —y mucho menos comparable que en el mundo virtual— en la vida real. Pensó cuidadosamente, tratando de sosegar esa ansiedad y ese temor homólogos —Podría comprar un robot rudimentario, aunque me tomará tiempo. El detalle es verificar si tus datos pueden ser compatibles con este —no se estaba negando a ayudarle, solo le indicaba que no sería una tarea fácil. Y esperaba que él lo comprendiera. Fuera de aeon nada era fácil, aunque tampoco imposible—. ¿No has intentando enviarle un mensaje privado o una invitación a EVE? He escuchado que suele aparecerse de repente y hasta participar en las misiones de otros usuarios. No sabría cómo encontrarle exactamente, porque siempre está brincando de aquí por allá —hizo una corta pausa—. No obstante, te ayudaré a encontrarle.
Soltó una suave risilla, liberando las manos de su compañero, para tomarse el estómago con éstas —Está bien. Es un trato~ —guiñó el ojo derecho. De todas maneras le iba a ayudar, no importaba qué. Además, él le había rescatado y ayudado—. ¿Para qué te disculpas por eso? Creo que he sido yo quién te ha preocupado aunque sea un poco. Hay muchas cosas nuevas para ti —arrugó el entrecejo, esbozando una sonrisa.
Ataraxia- Player
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(5810/5812)
Re: Out of Control
La suerte ciertamente funge en contra de todos mis parámetros, pero tenía razón, pues nada fuera de lo común —dentro del estándar de los programas— me había ocurrido desde la concepción de Aeon...Suerte, que curioso concepto, así como también el concepto de robot rudimentario. Asumía que costaría mucho trabajo adaptar una mentalidad a una cadena de circuitos externos y ajenos a Aeon. Imposible desde mi perspectiva, pero posible desde la voluntad humana.
También era cierto lo que planteaba la joven gunner, que por mi parte nunca había tratado lo más obvio, que era contactar a EVE en persona como lo hacen el resto de los jugadores de Aeon. Pero, ¿será acaso posible que una entidad tan desconcertante y atareada como ella pueda dedicarse un tiempo a atender las demandas de una de sus posibles creaciones del universo Aeon? después de todo, ambos somos entes de este universo, y esa verdad es inviolable.
Ataraxia ciertamente había fungido no solo hoy como una espléndida compañera en el campo de batalla, sino también como una... ¿"revelación" se llama, según los humanos? tal vez las palabras no deban ser definidas en su plenitud, sino entender el porque estas influyen tanto en uno mismo. Así mismo, las personas tienen impacto... y hoy fue uno de esos momentos.
—Te agradezco Ataraxia, me has puesto a pensar en muchas cosas el día de hoy y trataré de buscar a EVE a como de lugar —le dije con cierto grado de empatía mientras retomaba mi postura de siempre: firme y recto, y trataba de entender el concepto de "trato" y "guiño"—. Me gusta pensar, se podría decir que es un pasatiempo mío. Cualquier cosa es posible de ser pensada o comprendida, y espero poder conocer su mundo.
Aseveré una de mis misiones fuera del protocolo usual de Aeon: visitar el mundo de los humanos... Ciertamente pienso en muchas cosas.
—Y cualquiera que sea el caso o la situación... estaremos en contacto. Espero volver a vernos nuevamente, bajo otras circunstancias menos peligrosas. —pronuncié con regocijo—. Quizás para ese entonces, puedas decirme más sobre ti Ataraxia Hehehe.
Imité el guiño que ella me había propinado, y curiosamente, sonreí y reí un poco. ¿Esta es acaso la curiosidad que buscábamos ahora los dos sobre la naturaleza de un AI, como ahora me autodenominaré, más que un simple programa? nuevamente, solo el tiempo lo dirá.
—Por ahora, debo retirarme a continuar con mi búsqueda y cumplir mis obligaciones como parte del sistema de Aeon. ¿Tienes como regresar a la ciudad más cercana, sin la necesida de tu motocicleta? —mostré mi preocupación por la primera razón por la cual me encontré con la joven, que era el asedio a su vehículo motorizado—.
También era cierto lo que planteaba la joven gunner, que por mi parte nunca había tratado lo más obvio, que era contactar a EVE en persona como lo hacen el resto de los jugadores de Aeon. Pero, ¿será acaso posible que una entidad tan desconcertante y atareada como ella pueda dedicarse un tiempo a atender las demandas de una de sus posibles creaciones del universo Aeon? después de todo, ambos somos entes de este universo, y esa verdad es inviolable.
Ataraxia ciertamente había fungido no solo hoy como una espléndida compañera en el campo de batalla, sino también como una... ¿"revelación" se llama, según los humanos? tal vez las palabras no deban ser definidas en su plenitud, sino entender el porque estas influyen tanto en uno mismo. Así mismo, las personas tienen impacto... y hoy fue uno de esos momentos.
—Te agradezco Ataraxia, me has puesto a pensar en muchas cosas el día de hoy y trataré de buscar a EVE a como de lugar —le dije con cierto grado de empatía mientras retomaba mi postura de siempre: firme y recto, y trataba de entender el concepto de "trato" y "guiño"—. Me gusta pensar, se podría decir que es un pasatiempo mío. Cualquier cosa es posible de ser pensada o comprendida, y espero poder conocer su mundo.
Aseveré una de mis misiones fuera del protocolo usual de Aeon: visitar el mundo de los humanos... Ciertamente pienso en muchas cosas.
—Y cualquiera que sea el caso o la situación... estaremos en contacto. Espero volver a vernos nuevamente, bajo otras circunstancias menos peligrosas. —pronuncié con regocijo—. Quizás para ese entonces, puedas decirme más sobre ti Ataraxia Hehehe.
Imité el guiño que ella me había propinado, y curiosamente, sonreí y reí un poco. ¿Esta es acaso la curiosidad que buscábamos ahora los dos sobre la naturaleza de un AI, como ahora me autodenominaré, más que un simple programa? nuevamente, solo el tiempo lo dirá.
—Por ahora, debo retirarme a continuar con mi búsqueda y cumplir mis obligaciones como parte del sistema de Aeon. ¿Tienes como regresar a la ciudad más cercana, sin la necesida de tu motocicleta? —mostré mi preocupación por la primera razón por la cual me encontré con la joven, que era el asedio a su vehículo motorizado—.
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Re: Out of Control
No era una responsabilidad y mucho menos una obligación el ayudarle. Parecía más una promesa que un deber, también. Pero, genuinamente quería poder tenderle una mano y que, así, él pudiese resolver todo este asunto bastante interesante. Tomaría tiempo, sin lugar a dudas, mas, presentía que ninguno de los dos se iban a detener: Saganiel por un intento de descubrir todo acerca de él mismo y sobre el mundo real, y ella misma por querer hacer que el guerrero viese la realidad y revolucionar todo lo conocido —No es nada, Saganiel —sigue sonriendo—. Hey, hey... Recuerda que voy a ayudarte —alzó el dedo índice diestro, inclinándose un poco hacia él. Era una postura, incluso su rostro lo era, de regaño. Tampoco estaba haciéndolo apropósito, al contrario: quería hacerle entender que no estaba solo, y que comprendía perfectamente ese tipo de búsquedas muy semejantes en la realidad—. ¡Claro que podrás! Hay que ser optimista —su expresión facial cambió repentinamente, a una más jovial y pícara. Consigo alzó el brazo derecho y aplastó suavemente la mano zurda en donde estaba el músculo de su antebrazo derecho, parecía ser una heroína; una pose que evocaba el arduo trabajo.
Asintió firmemente tras escucharle, pero inmediatamente soltó una risilla ante el guiño fuera de lugar. No le sentaba a Saganiel con su apariencia tan regia y correcta. Tampoco lo podía culpar. Ante la mención de la palabra contacto, se le ocurrió darle algo. Entre sus ropajes extrajo un aparato tipo comunicador que almacenaba contactos o números de aparatos idénticos a éste, así que por obviedad solo existía la comunicación entre ellos, no con otros aparatos similares. Ataraxia poseía uno, pero ese era uno extra con todos los contactos que poseía. En este almacenó el número propio con el nombre que le representaba dentro de aeon —Toma. Esto nos servirá para mantenernos comunicados. Si consigo a EVE, podría decírtelo a través de este comunicador. Mi número ya está grabado —le extendió dicho aparato—. Luego podríamos cuadrar un encuentro y así hablar tranquilamente. Podría responderte no solo acerca de mí, sino de cualquier curiosidad sobre el mundo real —ladeó el rostro, lentamente las comisuras de sus propios labios rosáceos se alargaban, emulando una amplia sonrisa sin mostrar las perlas.
Apoyó ambas manos sobre la cadera, siempre sonriente —Dedicado, ¿no? Igual, sé que nos volveremos a encontrar —viró el rostro hacia los restos de su motocicleta. Era una lástima. Pero, no pasaba nada. Podría llevar los restos a un mechanic y listo—. Por supuesto, estoy más que preparada para cualquier situación —enredó los dedos diestros en su cabellera rubia con destellos rosáceos, desde la silueta de su cuello, para luego mover las hebras y hacer que la larga melena se sacudiera, acomodándose en la espalda femenina—. Anda, anda~ Ve tranquilo, Saganiel —movió la mano de un lado a otro en son de despedida.
Asintió firmemente tras escucharle, pero inmediatamente soltó una risilla ante el guiño fuera de lugar. No le sentaba a Saganiel con su apariencia tan regia y correcta. Tampoco lo podía culpar. Ante la mención de la palabra contacto, se le ocurrió darle algo. Entre sus ropajes extrajo un aparato tipo comunicador que almacenaba contactos o números de aparatos idénticos a éste, así que por obviedad solo existía la comunicación entre ellos, no con otros aparatos similares. Ataraxia poseía uno, pero ese era uno extra con todos los contactos que poseía. En este almacenó el número propio con el nombre que le representaba dentro de aeon —Toma. Esto nos servirá para mantenernos comunicados. Si consigo a EVE, podría decírtelo a través de este comunicador. Mi número ya está grabado —le extendió dicho aparato—. Luego podríamos cuadrar un encuentro y así hablar tranquilamente. Podría responderte no solo acerca de mí, sino de cualquier curiosidad sobre el mundo real —ladeó el rostro, lentamente las comisuras de sus propios labios rosáceos se alargaban, emulando una amplia sonrisa sin mostrar las perlas.
Apoyó ambas manos sobre la cadera, siempre sonriente —Dedicado, ¿no? Igual, sé que nos volveremos a encontrar —viró el rostro hacia los restos de su motocicleta. Era una lástima. Pero, no pasaba nada. Podría llevar los restos a un mechanic y listo—. Por supuesto, estoy más que preparada para cualquier situación —enredó los dedos diestros en su cabellera rubia con destellos rosáceos, desde la silueta de su cuello, para luego mover las hebras y hacer que la larga melena se sacudiera, acomodándose en la espalda femenina—. Anda, anda~ Ve tranquilo, Saganiel —movió la mano de un lado a otro en son de despedida.
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Re: Out of Control
—Gracias, cualquier cosa revisaré el comunicador —dije con tono esperanzador, pues las palabras de aliento de Ataraxia habían logrado continuar con mi viaje retórico y consciente—. Nos veremos más pronto de lo que crees, pues en Aeon el tiempo no es ... relevante. El mundo real y usted me han intrigado bastante, así que esperaré ansiosamente.
Terminé así de concretar mis ideas y proposiciones futuras ante la chica gunner. Su ondulamiento de postura y mano me dieron a entender que estaría segura en su camino a casa, por lo que los posibles golems que aún quedaran esparcidos no sería problema alguno para ella. Curioso nuevamente, pensé, pues mi programación normalmente me hubiera obligado a seguirle hasta su desconexión segura... ¿acaso mi sistema interno me propiciaba cada vez más a mi libre albedrío, capaz de aceptar o no las leyes primordiales de Aeon? claro, no podía crear un mundo de la nada —como posiblemente podría hacerlo EVE— pero aún tengo mis propios beneficios tales como transportarme a otras zonas en instantes o merodear donde pocos pueden; no es alterar el sistema, me es posible adquirir cierta autoridad como todo jugador: limitado, de carne propia.
Miré atrás nuevamente mientras la silueta de Ataraxia desaparecía de mi campo de visión y observé su diferencia de los cuerpos virtuales de los fallecidos titanes de acero: eso mismo, la silueta. Los entes virtuales emulan siluetas, formas definidas,; los jugadores no y es fácil notarlo cuando desaparecen de un lugar. Esta es la presencia que añoro y que, posiblemente, Ataraxia —la chica de paz— sea la indicada para ayudarme.
Después de todo, hasta los NPC requieren de ayuda de vez en cuando. Con ese pensamiento en mi cabeza desaparecí en segundos del lugar, ingenuo ante lo que me esperarían las búsquedas futuras.
Terminé así de concretar mis ideas y proposiciones futuras ante la chica gunner. Su ondulamiento de postura y mano me dieron a entender que estaría segura en su camino a casa, por lo que los posibles golems que aún quedaran esparcidos no sería problema alguno para ella. Curioso nuevamente, pensé, pues mi programación normalmente me hubiera obligado a seguirle hasta su desconexión segura... ¿acaso mi sistema interno me propiciaba cada vez más a mi libre albedrío, capaz de aceptar o no las leyes primordiales de Aeon? claro, no podía crear un mundo de la nada —como posiblemente podría hacerlo EVE— pero aún tengo mis propios beneficios tales como transportarme a otras zonas en instantes o merodear donde pocos pueden; no es alterar el sistema, me es posible adquirir cierta autoridad como todo jugador: limitado, de carne propia.
Miré atrás nuevamente mientras la silueta de Ataraxia desaparecía de mi campo de visión y observé su diferencia de los cuerpos virtuales de los fallecidos titanes de acero: eso mismo, la silueta. Los entes virtuales emulan siluetas, formas definidas,; los jugadores no y es fácil notarlo cuando desaparecen de un lugar. Esta es la presencia que añoro y que, posiblemente, Ataraxia —la chica de paz— sea la indicada para ayudarme.
Después de todo, hasta los NPC requieren de ayuda de vez en cuando. Con ese pensamiento en mi cabeza desaparecí en segundos del lugar, ingenuo ante lo que me esperarían las búsquedas futuras.
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