Requiem of Survival

FIN DEL FLASHBACK

...

Olía a maquinaria quemada, o al menos sabía que podría ser ese olor en específico porque en Rinzer lo percibió —tampoco estaba muy asociada con el mundo tecnológicamente avanzado, por eso no estaba segura—. Abrió lentamente los ojos, mientras sacudía la cabeza para avivarse. Sentía su cuerpo pesado, por esto y al estar bocabajo le fue difícil mover el cuello para levantar la cabeza y barrer con la mirada esmeralda todo a su alrededor. ¿En dónde se hallaba? Nunca antes había visitado dicho lugar de entorno lúgubre y penumbroso. Realmente, lo último que recordaba es que se encontró en un tren de armadura negra pulida, el cual se desplazaba a gran velocidad hacia lo que iba a ser su nuevo "hogar": la prisión lejana de máxima seguridad construida por las autoridades desesperadas de Rinzer.

Se sentó, tratando de pensar cómo salir de ahí —aunque no supiera en dónde se encontraba y no hubiese explorado el lugar—. Apretó fuertemente sus manos contra las sienes, en un intento porque las ideas vinieran de golpe, como debía ser. Al hacer eso, sintió la textura de una prenda usada: aún llevaba puesta la túnica negra que los oficiales le obligaron a vestir. Al recordar cómo le trataron, Nadhallia se deshizo de la túnica, girándose un poco y lanzándola con desprecio. Ahí fue cuando se percató de dos cuerpos a unos pocos metros de distancia: un hombre y una niña. La preocupación surgió con rapidez, hasta el punto que gateó donde ellos se encontraban. ¿Acaso eran sobrevivientes, como ella? ¡Tenían que serlo, por Galaliel! — ¡Oigan! ¿Están bien? ¡Hey, hey! ¡Despierten! — preguntó con rostro inmerso en inquietud, mientras se alternaba en mover un poco el cuerpo de uno y el otro, creyendo que aún estaban con vida. Era un intento por despertarlos, para que no abandonaran la vida.

FLASHBACK

Rinzer - Parque de Atracciones: Heavenstar — 9:00 PM.

De buscar piezas novedosas para sus creaciones al ser la cuna de la tecnología, pasó a divertirse en un parque de diversiones lleno de luces, colores y ruido, igual, un poco de distracción no era mala ¿Cierto? Y cual niña iba y venia indecisa y hablando sola por tantas atracciones a las cuales subir. Entre vuelta y vuelta terminó comprando un globo con la forma de una cara de conejo, mismo que le sacó una sonrisa y un comentario que extrañó al vendedor. — Te llamaré Kumo y serás mi hermana pequeña, peinaré tus orejas y le pondré unos lindos moños. — Y con esa clase de comentarios hacia el objeto inanimado se alejó a un punto donde, para su mala suerte, al surgir la explosión fue lanzada unos cuantos metros siendo suficiente para aturdirla y hacerla perder el conocimiento entre fuertes sonidos e imágenes borrosas pero perturbadoras...

Tower of Nightmares - Interior — 4:15 AM.

Como cualquier día común en su vida dentro de su taller en Lorie, su profesión la mantenía ocupada al crear cualquier cosa que se le venía a la cabeza sin importar que clase de "basura" fuera, ya sea para intentar vender o para adornar su "desarreglado" taller. En esta ocasión se trataba de un par de espadas con un mecanismo el cual lanzaría las cuchillas sujetadas por cadenas ¡Una grandiosa idea! Y que mejor compañía que el olor a metal quemado y en el punto exacto para empezar a crear tan maravillosa idea cuando ni siquiera logro dar el primer paso cuando sintió el tambaleo, como si el aire la empujara. Se trató de un sueño, aquella imagen se borró de su cabeza y lentamente abrió los ojos y lo primero que vio fue a una mujer cerca de ella que la miraba con preocupación pero algo estaba mal, claro, las rajaduras que sus gafas recibieron. Suerte la suya de que los cristales no se hubieran incrustado en sus ojos. — Esto esta mal...Mis gafas se han roto. — Observó a la chica a los ojos con una calma insuperable y el tono de su voz fue despreocupado. Estaba tan normal a pesar de recordar lo que pasó en el parque así como el trato recibido luego de haber despertado la primera vez.

Lentamente se sentó con la cabeza dándole unas cuantas vueltas por lo que sobó la parte trasera de su cabeza y luego de eso, retiró sus gafas que no eran tan necesarias para su visión, las miró por varios ángulos sin siquiera prestar atención al lúgubre y destrozado entorno y terminó por dejarlas caer a un lado, encogiendo un poco los hombros. — Recuérdenme de comprar gafas nuevas. — Luego de tan despreocupados comentarios por fin dio un vistazo al curioso entorno que les rodeaba sin poder reconocerlo ¿Qué es lo que pasó luego de haber subido al veloz tren? Su cuerpo estaba un poco débil, sentía sus extremidades un poco adormecidas y a la vez un tanto envaradas, como si hubiera hecho muchísimo esfuerzo por ende, permaneció sentada en el suelo. — ¿Alguno de ustedes sabe dónde estamos? Esto no se parece a mi taller. — Parpadeó un par de veces y observó a sus compañeros sobrevivientes, de haber escuchado la pregunta del chico seguro que hubiera respondido con alguna de sus excentricidades.

Rinzer — Parque de Atracciones: Heavenstar — 9:55 PM.

Así como la explosión le dejó aturdida, tirada en el suelo, no pudo escapar de su destino. Rápidamente oficiales de Rinzer acordonaron la escena, rodeando a los individuos que titubearan al responder o no confesaran debidamente a las preguntas, para ello se valían de un rudimentario detecto de mentiras portátil que causaba más daño que justicia. Además, estaban en medidas desesperadas porque nunca antes había sucedido algo así en Rinzer —ante eso, no sabían manejar la situación debidamente, ni siquiera se les ocurrió que pudiese pasar aquello—. Sin más, tomaron prisioneros a los individuos que estaban en la playa y mar artificial, lugar donde ocurrió la explosión de la bomba, y enfundando a cada uno con una túnica negra con la letra de terroristas en la espalda, los lanzaron al transporte que iba directo a la prisión de máxima seguridad. Todo sucedió en cuestiones de segundos.

Cuando Nadhallia se hizo consciente de su alrededor, ya se encontraba ahí. Con rostro aterrorizado, esposas en las manos, sentada entre un hombre de cabellera marrón larga y una niña de extraño porte, su mundo se vino abajo — ¿Q-qué sucede? — inquirió un hombre al frente suyo. Él había dicho lo que ella deseó preguntar con tanto fervor —. ¡Cállate, alimaña! — un oficial de bajo rango que vigilaba el vagón y a todos ahí golpeó al molesto hombre con la culata de su rifle automático. El prisionero cayó al suelo, sangrando y perdiendo unos cuantos dientes; aulló de dolor, pero no pudo hacer más, porque se puso a llorar —. Los terroristas no hablan. Todos ustedes son unos malditos que asesinan gente inocente. Si se atreven a mover los labios, siquiera, les sucederá lo mismo... O peor — Nadhallia quiso defender al hombre, mas, también temía por sí misma. Incapaz de apreciar el lamentable estado del hombre, cerró fuertemente los ojos. En silencio rezó a Galaliel para que el dolor de ese hombre cesara inmediatamente.

¿Pero qué iba a ser de ella... de todos ellos? Todo era un malentendido.

Tower of Nightmares, interior — 4:19 AM.

Suspiró aliviada al saber que el hombre, uno de los supervivientes, se encontraba bien — Es un alivio — agrupó ambas manos contra sus propias clavículas —como si rezara—, mostrando una expresión de alivio. Acerca de la niña, como se refirió el hombre, provocó que ella volviera su rostro asombrado a la criatura que aún yacía desmayada cerca de ambos. ¡Casi la olvidaba! — ¿Habrá resistido? Por favor... — se acercó un poco más a ella, inclinando el rostro de brillantes ojos esmeraldas. Con la mano diestra apartó algunos mechones de cabellos que caían sobre la frente de la chica, un simple intento absurdo para que ella pudiese respirar aire fresco muchísimo mejor.

Pasó de un estado afligido a uno impresionado. Parpadeó dos veces, sin poder creer lo que escuchaba, mientras miraba a la chica. Realmente, no pudo evitar soltar una pequeña risilla ante el comentario de ella, pues, parecía como si su acompañante femenino viese el lado más simple de la situación... Como si no le desesperada toda esa situación. Pero, estaba contenta en saber que la desconocida aún tenía fuerzas para decir algo así; quizás su cabeza estaba bien, después de todo — Eso puede arreglarse luego — asintió ante el recordatorio ajeno —. ¡Qué bueno que te encuentras bien! —se lanzó hacia la chica, estrujándole suavemente el cuello.

Lentamente soltó a la chica, mirando al hombre — Creo... creo que alguien volcó el tren con una bomba. No puedo decirlo con certeza — su memoria era algo borrosa —. Aunque... estoy segura que esta no es la prisión... O eso pienso — por como concebía las prisiones, ese lugar no tenía pinta de esto —. ¿Y tú? ¿Tienes alguna idea de cuál es este lugar? — Ya que la chica había preguntando acerca del lugar, y ella misma le había respondido como pudo, terminó por preguntarle al hombre.

Rinzer - Parque de Atracciones: Heavenstar — 9:55 PM.

¿Que demonios pasó? De estar pasando tiempo con un objeto inanimado terminó acostada en el suelo, con la cabeza  retumbando y observando una gran columna de humo en los cielos luego de haber despertado de la inconsciencia. Su semblante estaba completamente calmado a pesar del humo, el fuego y los gritos, lo tomó como una mala noche de sueño más que nada por los malestares en el cuerpo y principalmente la cabeza pero existía una pregunta importante en su cabeza...¿Dónde estaba su globo? Y con aquella motivación terminó levantándose aunque un poco tambaleante, recorrió con su mirada todo el desbastado lugar. Algunas personas yacían en el suelo sin moverse, obviamente fallecidas, otras tratando de alejarse y algunas cuantas ayudaban a la gente herida pero ella estaba preocupada por su globo...Y también por lo que había pasado. — Pequeña traviesa, apenas le suelto la mano y sale huyendo. — Apenas y dio un paso con la intención de buscar su globo y de paso información de lo que había pasado cuando sintió como ambas muñecas eran tomadas con fuerza y juntadas con una fuerza que la obligó a detenerse por completo, manteniendo la calma y sin hacer quejido alguno. — Vaya vaya pero si tenemos a una potencial sospechosa...No creo que salgas muy bien parada de esta, maldita asesina. —

— "Muy bien Acarainne ¿En que lío te has metido esta vez?" — Pensó y aunque la situación era claramente grave no dijo nada pero logró observar como otras personas también eran tratadas de esa y de peor manera, se quedó completamente en silencio y se dejó manejar por la gente que la había tomado con tanta insensibilidad, decir o hacer algo en estos casos no era favorable y menos cuando se han dicho cosas como "potencial sospechosa" y "maldita asesina". Su globo ahora podía esperar.

Tower of Nightmares - Interior — 4:19 AM.

Que caluroso recibimiento por parte de la desconocida, ser abrazada con tanto fervor como si la conociera la hizo sonreír ligeramente y correspondió al mismo aunque no con la misma motivación pero si lo suficiente como para demostrar el agradecimiento por la preocupación. La muestra de afecto terminó y al igual que ella miró al hombre mientras escuchaba su compañera tratar de responder pues las mismas dudas tenían los tres y las mismas respuestas saldrían si se preguntaban entre ellos, aunque por lo dicho por ella, al menos existía una posibilidad. El hombre tomó la palabra aportando a la deducción de cómo es que terminaron en este lugar y de paso aportó una pequeña broma misma que le sacó una pequeña risa, al menos no era la única que trataba de ver la situación por otro lado.

Ni él ni ella sabían donde estábamos y por supuesto que ella tampoco, este lugar se salía de los limites de los lugares que visitaba frecuentemente pero igual era una oportunidad para completar el objetivo por el cual fue a Rinzer, encontrar algo que le sirviera para construir. Con esos momentos que pasó sentada y escuchando a sus compañeros por fin su cabeza dejó de dar vueltas y antes de hacer el intento por ponerse de pie el hombre ofreció la viable opción de hacer las cosas como se debían ¿Era un intento por tomar el mando del grupo? De igual forma, a Acarainne no le importaba en lo mas mínimo quien tomara la batuta para guiar porque ella no estaba en posición para tomar ese puesto. Por un momento pensó que era lo que él tenía en mente por ende, lo siguió con la mirada hasta que tomó el arma de un cadáver...Arma...arma...¡Por supuesto! Abrió un poco los ojos y se colocó de pie tan rápido como pudo y con cierta desesperación se quitó la horrible ropa que le obligaron a ponerse. Sus manos palparon su cadera varias veces y al final se detuvo emitiendo un suspiro de alivio, sus armas estaban aun con ella aunque realmente no parecieran armas. Pese a que centró su atención en la búsqueda escuchó claramente la amigable presentación incluso dando el permiso de llamarlo como desearan, desde cierto punto de vista, había empezado como se debía. — Mi nombre es Acarainne pero pueden llamarme Usagi, así es como muchos me conocen. Igual, si quieren acortar mi nombre no me molesta. — Por último, observó a la chica frente suyo y le ofreció su diestra para ayudarle a levantarse mientras la otra mano se escondió en el bolsillo de su chaqueta blanca que gracias a su capucha cubría sus orejas al igual que su cabello.

Rinzer — Tren — 12:01 AM.

Lo último que recordaba de todo ese trayecto en el tren es el llanto del hombre, las caras de piedras de los oficiales, las expresiones afligidas y algunas resignadas de otros individuos... Y luego la oscuridad total. En ese instante donde su sentido de la vista fue bloqueado, pudo escuchar los alaridos de un hombre, exactamente uno de los terroristas originales del incidente en Heavenstar, que aclamaba traer una bomba en su interior; luego distinguió el boom y tras eso el crash del tren... Y finalmente un sonido extraño, como si el viento ululara cerca de ellos. Lo siguiente fue lo que estaba sucediendo actualmente...

Tower of Nightmares, interior — 4:25 AM.

¡Creo que es lo que dices! — señala a Crimson, en cuanto a que los oficiales no hicieron bien su trabajo. Sí, era eso. Todos ellos sospecharon muy mal y decidieron lanzar a una gran cantidad de gente al abismo, en la prisión. No sabía si lo que él dijo era en broma o algo por el estilo, o si no era verdad, ella opinaba eso y su acompañante lo mencionó por ella... Por así decirlo. Lo cierto es que nada de broma tenía la situación actual. Nadhallia, realmente, estaba consciente del olor a sangre y la destrucción a  su alrededor, mas, prefirió ignorarlo... Y es que, relativamente, estaba acostumbrada a algo así. Estaba haciendo acopio de todo su valor para no romper a llorar por la escena.

Nadhallia arrugó el entrecejo, ligeramente triste tras apreciar cómo Crimson retiraba la espada de un cadáver. Qué escena tan perturbante, una que le destrozaba el alma. Todas esas personas inocentes —con excepción del terrorista— que quiso ayudar, y lo cual no se atrevió en lo más mínimo —solo lo pensó—, querían sobrevivir. Ellos podrían vivir una vida plena, de una manera más sincera que ella misma. Para evitar morir, como los difuntos del tren, debían explorar; esto lo recalcó Crimson cuando mencionó que ser kamikaze les traería la perdición. Nadhallia simplemente asintió ante las palabras de él, porque era lo lógico hacer aquello que mencionó.

Repentinamente la chica se levantó y comenzó a inspeccionarse. Ese movimiento brusco causó que ella misma abriera de par en par los ojos y pestañeara al mismo tiempo, encontrando confusa la situación. No se dio cuenta de lo que pasaba, sino hasta que la chica suspiró. ¡Ah! Claro. Quería saber si estaba completa y si aún poseía sus armas encima. Bueno, estaba bien. En cuanto a sí misma, si podía moverse, todo era perfecto. Pero, después, también le preocupó si su vara estaba con ella. Estiró la mano hacia su cadera, y al rozar los dedos en el lugar predilecto donde colgaba su arma, se dio cuenta que todo estaba en orden. Sin lugar a dudas, algo bastante curioso. Tal vez no se la quitaron porque pensaban que con sus plumas y apariencia camaleón que se perdía con la piel de Naamah, no poseía amenaza alguna; tal vez para ello fue un adorno más, de los tantos que ella poseía.

Oh, Blaze y Acarainne. Nombres curiosos — obviamente los terminaría llamando así, aunque quizás, en algún momento los podría llamar de una manera totalmente diferente. Junto ambas manos a la altura de su torso, sonriendo como tonta. De alguna manera estaba emocionada porque se estaba vinculando con ellos en una situación difícil, y porque podrían salir de ahí acompañada — Oh — tomó la mano que le ofrecían, utilizándola de soporte para poder levantarse — Gracias, Acarainne — sonrió jovialmente — ¡Ah! Mi nombre es Nadhallia. También lo pueden acortar si desean y cómo quieran, ya que es un nombre difícil — lo dijo como si hubiese recordado de repente cuál era su nombre — Ahora, ¿deberíamos ir por allá para explorar el lugar? Porque parece que ese es el único camino por acá, tomando en cuenta que el tren bloqueó otro o algo... Creo... ¿O qué? ¿Mmn? — señaló un camino con piso de piedra que guiaba a una especie de cueva lúgubre tipo boca de lobo. Luego observó un momento a Acarainne y luego a Blaze. Sin lugar a dudas, era una rápida observadora, y su destreza se debía a mucho tiempo de aventurera.

Rinzer - Tren — 12:01 AM.

Todo pasó tan rápido y de una manera tan violenta que en unos pocos minutos ya vestía una ropa ajena de muy mal gusto y con un ligero aroma desagradable con la que terminaron subiéndola a un tren con mas gente con la misma prenda donde pudo observar la parte trasera en una espalda ajena ¿Terrorista? Al parecer ya daban por hecho que todos eran del mismo grupo terrorista lo cual era bastante ilógico pero por otro lado ahorraba mucho tiempo. No podía terminar en la cárcel, tenía un robot que alimentar y un negocio que atender pero en esos momentos no podía hacer nada, un intento de escape sería peor. Recibió un empujón por parte de los guardias para que entrara y se juntara con las mismas "alimañas" siendo su única opción el sentarse y esperar, esperar a que sucediera la explosión y con ello perder el conocimiento por segunda vez provocado por una explosión...Realmente que era un día explosivo pero ¿Qué más iba a suceder?...

Tower of Nightmares - Interior — 4:25 AM.

Sonrió de inmediato y de manera bastante amigable en el justo momento cuando la ayudó a ponerse de pie, demostrando la solidaridad (O parte de ella) en la situación difícil para los tres y pareciera que de esto terminarían siendo algo más que solo compañeros supervivientes. Por fin los tres se presentaron y dejaron de ser desconocidos entre ellos, eso le daba una esperanza de que los tres saldrían de donde quiera que estuvieran, no estaba demás el pensar positivo. Nad, aprovechando que tenía la palabra y la atención de los dos, propuso seguir por el camino de piedra que llevaba a una cueva bastante peligrosa y oscura, misma que observó con semblante calmado y así mismo volteó la mirada hacia el otro posible camino bloqueado por el tren. A su parecer, ambos caminos eran igual de peligrosos y lo primordial era guardar las suficientes energías para las posibles y seguras batallas que les esperaban a los tres, escalar o tratar de abrirse paso por el tren sería un gasto de energía innecesario, en eso, Blaze realizó un comentario sobre la cueva que la obligó a ver al hombre con rostro curioso y seguirlo con la mirada mientras caminó en la dirección indicada. Sin más lo siguió con las manos dentro de los bolsillos de su chaqueta esperando que también Nadhalia los siguiera, en esos pocos pasos que comenzaron ella tomo la palabra para responderle a Blaze de manera ingeniosa, al menos eso pensó ella. — ¿Solo un trago? ¿No podría ser un vaso completo? Creo que es muy poco invitar un solo trago. —

La clásica manera de ser de Acarainne simplemente pareció acoplarse fácilmente a las bromas hechas por su compañero y entre ambos hacían el asunto más ameno y sencillo de ver aunque ella no descartó la idea de que en la boca del lobo frente a ellos no sería tan simple. Blaze de inmediato prefirió no tomar el papel del pensador del grupo y dejó que entre ambas llegáramos a la conclusión de quien tomaría ese papel, el papel de líder, conociéndose era claro que no era buena líder y no era la adecuada para cargar con otras dos vidas así que velozmente respondió. — Nadhalia sería la adecuada para guiarnos porque yo no soy buena siendo líder. — Volteó a ver a Nad y le sonrió de manera amable con intensión de convencerla de tomar el cargo, aparte agregó. — Además, ella fue la que encontró el camino. — Regresó la mirada al frente, justo hacia la cueva a la que poco a poco se acercaban, de alguna manera estaba ansiosa por descubrir que era las sorpresas dentro de aquél lugar y más que nada, que podría encontrar que le fuera de utilidad ya que, gracias a su desvío al parque de diversiones en Rizen no pudo conseguir nada de utilidad.

Nadhallia ladeó el rostro rodeado de confusión. No sabía qué era eso de tragos, así que lo dejó pasar. Para la mala fortuna de los presentes —o quién sabe qué— ella había pasado 20 años encerrada en un lugar desértico, en donde el licor no existía. Así que todo ese mundo era completamente nuevo para ella. Parecía una niña que recién tenía consciencia y la lanzaban al mundo, para experimentar. Optó por no responder, solo mirarles cómo intercambiaban opiniones sobre el concepto tragos y así. Por otra parte, le agradaba que, detrás de toda esa situación anterior, estaban disfrutando la compañía entre ellos y haciendo el rato más ameno. Por ello sonrió.

«Ugh, no. Tú deberías ser el líder», pensó Nadhallia con respecto a Blaze, también algo mortificada por lo que pudiese opinar Acarainne. Él parecía más fuerte y experimentado en esa clase de asuntos y situaciones. En cambio, ella misma solo seguía a diestra y siniestra a Kaya: a donde fuera la healdan de piel tostada, ella igual iría. Comenzó a caminar junto a sus dos compañeros de aventuras y supervivencia.

Entonces, acercándose a aquella especie de cueva, lo peor pasó. Acarainne mencionó que lo mejor es que ella fuese la líder. Fue como si le tiraran un balde de agua helada. Y se detuvo de repente, observando fijamente hacia la oscuridad del camino que había elegido. Su rostro neutral no daba a vislumbrar lo que pasaba por su mente congestionada. ¿Ella... ser líder? ¿Cuándo había abandonado a Kaya? No cabía la duda que Blaze o Acarainne podían tener mejor madera de líderes que ella misma. Pero... ¿iba a dejar de lado ese papel solo por cobardía? ¿Por miedo a que ellos también perecieran? Sentía que le debían algo a todos aquellos que murieron en el accidente ferrocarril... Y eso era salir con vida de ahí —por muy irónico e ilógico que sonara—. También, si no aceptada, ¿qué dirían ellos? ¿La catalogarían de una cobarde, o peor aún, inservible? En ese instante le azotó mentalmente el rostro de Kaya gritándole que se alejara del fragmento de Gamchicoth que había consumido a una niña. Si declinaba la propuesta, sentía que ellos tendrían el mismo final de Kaya —si es que ella pereció—. La culpa le llevó a acceder. El único lado positivo de la situación es que tenía compañía, y tres cerebros piensan mejor que uno.

¡Haré lo mejor que pueda! — sonriendo, guiñó el ojo derecho y alzó el dedo pulgar de la mano diestra a la altura de la mejilla más cercana. Su jovialidad florecía incluso en momentos bastantes raros, pero el lado positivo siempre le hacía marchar y alumbrar todo a su paso. Volvió a marchar hacia esa cueva, o lo que fuera, siendo la cabeza del trío.

Al internarse a la cueva, se dio cuenta que unas lucecillas pegadas a las paredes se encendían a medida que avanzaba. Le causó suma curiosidad. Después de caminar algunos metros más, se percató que había luz al otro lado del túnel. Decidió que lo mejor no era apresurarse, sino caminar igual de cauteloso, hasta que finalmente llegó al final. Cuando pisó el umbral del túnel, se dio cuenta que era un simple pasadizo hacia otra sala parecida a la anterior, en donde se veía dos bifurcaciones al otro lado de la sala hexagonal — Mmn... Creo que es más cuestión de suerte, que saber elegir un camino. Parece una especie de laberinto todo esto. Aunque estoy hablando muy pronto — hizo una corta pausa — También presiento que uno de los caminos guían a otra sala idéntica y el otro a un lugar totalmente diferente. Sea lo que sea, en los dos conseguiremos peligro — aseveraba con seguridad, pues el mundo nunca estaba ausente de peligros por mucho que se trataran de evitar. Sin más, echó el pie derecho hacia adelante, en la cerámica del lugar e, inmediatamente, activo una especie de trampa que provocó que del suelo emergieran 12 criaturas gelatinosas a dos metros de distancia de ellos — ¿EEEEEH? — los había metido en problemas sin querer.

Por fin el grupo tenía un líder, tal vez forzó demasiado a la chica con aquella sonrisa y con el hecho de haber pasado tan abruptamente el cargo pero sinceramente no era la indicada para guiarlos, su despreocupación era capaz de llevarlos a lugares peligrosos y cargar con el peso de protegerlos era demasiado para la mechanic, al menos estaba alegre de que Nad aceptara y aliviada de no tener que cargar con el peso del cargo, eso era un poco egoísta pero de ser una carga a un verdadero apoyo lo segundo era lo ideal. Tampoco esperó que lo aceptara porque ¿Quién realmente desea la presión de vidas ajenas? Si aquello hubiera decidido Nadhallia la apoyaría aunque tuviera que aceptar ser la líder, siendo una actual party para sobrevivir y salir del lugar lo mejor era apoyarse como si fueran los mejores amigos, al menos era su pensar, desconocía el pensar concreto de sus compañeros sobre ello. De cualquier modo, admiró la jovialidad con la que aceptó.

El avance continuó luego de entrar a la cueva, su emoción creció -aunque su rostro no lo demostró- cuando esas luces se fueron encendiendo al ritmo de su caminar, esto no era cualquier centro vacacional, un dungeon era exactamente lo que deseaba pues los mejores objetos se encontraban en ellos ya sean tirados por los monstruos o en casos raros dentro de cuartos secretos, o cofres, o cajas, o etc. Por unos segundos observó a las luces que los siguieron ¿Era un favor al indicar el camino o daban una guía hacia una trampa? Pensó más silenció y persistió en el avance en dirección a una luz que a lo lejos se vislumbró y pudo ver ¿Tan fácil era salir de aquí? ¿Acaso su suerte era tan grande que el tren se descarriló tan cerca de la salida? Por nada del mundo creyó eso y al ver el lugar con las bifurcaciones simplemente afirmó sus sospechas. Ahora la duda era ¿Qué camino tomar o era conveniente una separación tan temprana? Nad como líder opinó sobre la circunstancia y era posible que tuviera razón pero de todos modos se tenía que elegir, el juego se tornó un poco pesado y el objetivo de obtener algo pasó a segundo término.

Ella dio el primer paso y con ello se demostró que la buena suerte no estaba con ellos, activó una trampa -de la cual no la culpó- que liberó una decena de monstruos gelatinosos frente a ellos ¡El momento perfecto para uno de sus comentarios! Pero Blaze se adelantó al punto de lanzar y asestar el primero de los golpes a una de las masas azules, igualmente no se quedaría con las ganas de aportar. — Awww, que lindos los anfitriones del lugar. Nos reciben con el postre, gelatina de moras. — Sonrió un poco y dijo con un tono completamente infantil aunque sarcástico y aquella sonrisa se borró en segundos, regresando nuevamente a su semblante sereno y despreocupado. — Es una lástima que no me guste la gelatina de moras. — Sacó sus manos de los bolsillos con rapidez para que estas tomaran de la parte trasera de su cadera un par de pequeñas varas de color morado que dejó al nivel de su pecho y a los costados de este. Con el pulgar apretó un botón en el extremo cercano y de inmediato las soltó, dejando que se armara poco a poco un dispositivo que sujetaba sus 4 armas y el mismo levitó para quedar al nivel de su cadera mientras la rodeó.

Sin decir nada le respondió a Blaze y al tomar el mango de dos de sus chainsaws corrió a todo lo que pudo contra otra de las babosas para sacar una de ellas activándola en el trayecto del tajo hecho directamente a la mitad del monstruo, cortándolo por la mitad sin ningún problema y al final de la acción giró el arma para que quedara en la posición correcta, con el filo hacia arriba. La gelatina se evaporó en segundos y retomó la guardia al colocar su arma al frente de ella ya con el motor dando a toda velocidad el funcionamiento de la cierra. — Para el siguiente cuarto pongan sillones. — Claramente el comentario no era para alguno de sus compañeros, lo dijo al aire como si "los anfitriones" escucharan la sugerencia.

Off: No te preocupes Nad, esta bien el inicio con esos monstruos. Que la dificultad vaya subiendo :3
Off 2: Cambié el tipo de letra para que sea más fácil leer mis post (A mi me costaba xD).

Tres enemigos fueron eliminados con facilidad, demostrando que este cuarto no sería un problema y por ello emitió un pequeño bostezo pues enemigos tan fáciles no daban buenas recompensas pero igual, estaba sorprendida por el ataque realizado por Nadhallia. Nunca estaba de más la diversidad de clases.

Pronto escuchó que Blaze pidió a Nad que le lanzara una bola de fuego ¿A él? Fue tan bizarro como algo que haría ella solo que dentro de una batalla, así que bajó un poco la guardia y dirigió la mirada hacia su compañero, esperando con ansias que llevara acabo su plan. Por un lado las babosas parecían tontas pero por el otro comenzaron a acercarse a ella al ver que su mirada estaba en otro lado, tal vez era la suerte de su programación de solamente atacar pero al estar en un rango de al menos 5 metros una de ellas escupió una bola de baba hacia ella, realmente no estaba tan distraída en su compañero como para que no reaccionara en el momento justo. Su otra mano tomó el mango de otra de sus armas y sacándola interpuso esta y la otra de sus cierras eléctricas en forma de X para detener el ataque, manchando sus creaciones. — ¡Oye! No desperdicies la comida. — Frunció el ceño, aunque su rostro demostró más despreocupación que molestia, y extendió sus brazos a los lados con movimiento brusco para quitar el exceso de baba de las cuchillas y que estas tuvieran un funcionamiento adecuado. Ahora su atención se dividió en dos, sobre su compañero y sobre la gelatina que la había atacado esperando que esta se acercara y su compañero hiciera aquello que seguro le gustaría.

Off: Lamento el retraso y lo corto pero tengo problemas graves con un familiar hospitalizado y la verdad me desanima. No abandonaré el tema ni me ausentaré pero si es posible que me tarde en responder así como es posible que la calidad también decrezca. Una disculpa.

Debía admitir que la inteligencia de esas criaturas era casi nula, porque si lo fuese, no estuvieran atacando o al menos ingeniándoselas para hacerlo. Con la inteligencia de esos monstruos, terminarían la batalla en un santiamén; ante ello, no se sintió presionada por tener que cuidar a ambos acompañantes, aunque estos supieran defenderse muy bien. Como líder, obviamente, también debía auxiliarlos si algo no salía bien, más aún con su habilidad regenerativa.

Ante el pedido de Blaze, no pudo evitar sentir un vuelco de preocupación. La duda se reflejó en su rostro, anunciando este que no estaba muy ganada a la idea de lanzarle una bola de fuego. Pero, a su vez, sentía que podía confiar en el guerrero. En realidad, ese titubeo radicaba en que existía la posibilidad de que le hiera — Por favor, ten cuidado — le musitó agitada. Entonces, canalizando energía en su vara, una especie de círculo de invocación surgió al frente de Nadhallia. Se trataba de un surgimiento indirecto de Solaris, el espíritu bestia que ayudaba en batalla a la hechicera; y de ese círculo se expidió una bola de fuego que navegó directo a Blaze. Inmediatamente aquel círculo desapareció, con la energía liberada en el proceso de invocación directo y en la bola de fuego.

Pudo notar que una de las criaturas atacó a Acarainne, y aunque puede que no haya sido nada grave, Nadhallia mostró signos de preocupación... Algo constante en ella — ¿Estás bien, Acarainne?  — alzó la voz. Solo esperaba que Blaze hiciera ese movimiento secreto o quién sabe qué, y que éste funcionara perfectamente, para que la batalla terminara rápido y así salir lo más pronto posible del lugar. El tiempo es oro.