Do You Hate Spiders?
Do You Hate Spiders?
Por lógica general, alguien que siente un profundo temor producto de la presencia de una araña no tomaría, ni en mil años, una misión de esta clase, al menos no en el mundo real. Esa, definitivamente, era la ventaja de un juego virtual online, donde todo lo que uno haga no tiene repercusiones en el mundo normal, en la vida fuera de este universo de bits y pixeles, una historia donde podemos ser héroes, villanos o simples viajeros que no se dejan influenciar por el bien y por el mal.
Yo, por mi parte, soy tan solo un pobre diablo en la vida real, pero alguien que fácilmente puede hacerse un nombre en este mundo, ser famoso y conocido por todos. En resumen, este es un mundo donde mis temores diurnos, mis pesadillas mas extremas, esas que habitan en mi subconsciente, no tienen cabida y no influyen en mi destino, mi logos y mi vida. Eden era el lugar que, por un azar de la vida, era donde mas tranquilo me sentía y que creía que mas me identificaba con mi manera de ser: Salvaje, pero a la vez sereno. Un mundo natural, donde el verdor de los arboles contrastaba notablemente con el cielo azul que brillaba fulgurante sobre nuestras cabezas. Tal vez por eso había aceptado que mi primer trabajo sea en este lugar tan recóndito y alejado de la mano del hombre, de la tecnología y de la mella producto del avance de la civilización: Una región arcadiana y agreste, pura como lo ha sido desde que apareció por primera vez.
-Misión... Matar arañas. Que sorpresa.-Me dije a mi mismo, luego de revisar una y otra vez los objetivos de la quest, casi como esperando que algo nuevo apareciese entre los puntos a cumplir. Por suerte, o falta de esta, solo era matar arañas de las grandes, esas que solo pueden existir en un MMORPG y que son tan grandes como mastines o, en casos extremos, como caballos. Y eso que son de las consideradas "comunes" para este genero.-Ahora... se supone que alguien mas iba a estar conmigo en esto, aunque no me importaría tener mas experiencia para mi solo. Lo mismo los créditos, que siempre hacen falta.
Al menos, en esta ocasión acepté trabajar con alguien porque, aunque sea un Assassin (Que siempre fue mi clase favorita en estos juegos), no se puede ser lo suficientemente precavido o estar lo suficientemente preparado. Ademas, puedo contar con el hecho de que mi "terapia" podría salirse un poco de control y recaer en viejos hábitos y parálisis física producto del pánico descontrolado. Si, ser un aracnofobico es jodido para muchos, y por eso estaba ahora haciendo esto: Para aprender a no meterle a un arácnido que, fácilmente, puede tener menos de un centímetro de largo.
¿Para que hacerlo, cuando existen arañas infinitamente mas grandes en este juego?
Yo, por mi parte, soy tan solo un pobre diablo en la vida real, pero alguien que fácilmente puede hacerse un nombre en este mundo, ser famoso y conocido por todos. En resumen, este es un mundo donde mis temores diurnos, mis pesadillas mas extremas, esas que habitan en mi subconsciente, no tienen cabida y no influyen en mi destino, mi logos y mi vida. Eden era el lugar que, por un azar de la vida, era donde mas tranquilo me sentía y que creía que mas me identificaba con mi manera de ser: Salvaje, pero a la vez sereno. Un mundo natural, donde el verdor de los arboles contrastaba notablemente con el cielo azul que brillaba fulgurante sobre nuestras cabezas. Tal vez por eso había aceptado que mi primer trabajo sea en este lugar tan recóndito y alejado de la mano del hombre, de la tecnología y de la mella producto del avance de la civilización: Una región arcadiana y agreste, pura como lo ha sido desde que apareció por primera vez.
-Misión... Matar arañas. Que sorpresa.-Me dije a mi mismo, luego de revisar una y otra vez los objetivos de la quest, casi como esperando que algo nuevo apareciese entre los puntos a cumplir. Por suerte, o falta de esta, solo era matar arañas de las grandes, esas que solo pueden existir en un MMORPG y que son tan grandes como mastines o, en casos extremos, como caballos. Y eso que son de las consideradas "comunes" para este genero.-Ahora... se supone que alguien mas iba a estar conmigo en esto, aunque no me importaría tener mas experiencia para mi solo. Lo mismo los créditos, que siempre hacen falta.
Al menos, en esta ocasión acepté trabajar con alguien porque, aunque sea un Assassin (Que siempre fue mi clase favorita en estos juegos), no se puede ser lo suficientemente precavido o estar lo suficientemente preparado. Ademas, puedo contar con el hecho de que mi "terapia" podría salirse un poco de control y recaer en viejos hábitos y parálisis física producto del pánico descontrolado. Si, ser un aracnofobico es jodido para muchos, y por eso estaba ahora haciendo esto: Para aprender a no meterle a un arácnido que, fácilmente, puede tener menos de un centímetro de largo.
¿Para que hacerlo, cuando existen arañas infinitamente mas grandes en este juego?
Invitado- Invitado
Re: Do You Hate Spiders?
Alzó el puño a la altura de su torso, una señal de que estaba completamente lista. Aquella determinación que siempre le movía, incluso en momentos trágicos y poco favorables, se presentó al instante en su rostro de facciones japonesas. Nada le iba a detener, aunque fuesen unas temibles arañas o unos conejos lindos. Más aún porque llevaba cierto tiempo ausente de aeon, y de sus asombrosas misiones tan variadas que todas le encendían el espíritu aventurero y luchador por igual. Así de segura como se sentía en aeon, en el mundo real era igual. Si bien le gustaría que Japón fuese igual de mágico que el mundo virtual, todo sería perfecto. Aún así, se conformaba con lo que tenía —Kotori, es hora —viró apenas el rostro, para encontrarse con la cacatúadorado sobre su hombro derecho. La ave apenas movió la cabeza, pestañeando un par de veces; esa era su manera de asentir a lo que Kiyohime decía. Y, aunque no fuese una misión oficial para detener a Kurayami, apoyaba a la warrior, especialmente cuando ella entrenaba para pisotear a los demonios.
Ahora, desde The Stream terminó en Eden, el jardín prohibido. Según la misión, debía erradicar una plaga de arañas junto a alguien más que había aceptado tal tarea. Nunca se pudo contactar con la persona, o saber quién era, así que asumió que —por obviedad— le encontraría ahí listo para la masacre. Cayó firmemente cuclillas sobre el suelo verdoso desde un portal a 2 metros de distancia de la tierra, cerca de un hombre con cabello cenizo. La cacatúa de pelaje dorado descendió al hombro de su compañera, posicionándose ahí; mientras la chica levantaba la cabeza y, consigo movía la larga cabellera oscura hacia atrás. Lentamente se puso de pie, verificando al instante si todo su equipo estaba ahí; hasta volteando por encima de su hombro —pestañeando varias veces—, para percatarse de que Kamui, la Ōdachi*, estuviera aún colgando de su espalda. Todo estaba en orden.
Volvió el rostro al frente y se percató del hombre —¿Eh? ¿Tú eres el otro sujeto? —inquirió como si nada malo sucediera en Eden. Igual, ya estaba algo acostumbrada a las misiones sorpresivas de aeon que esas arañas no iban a ser algo sumamente impresionante como un Raid Boss—. Soy Kiyohime. ¿Cómo puedo llamarte? —ladeó el rostro nipón, mirándole con cierto deje de curiosidad.
Ahora, desde The Stream terminó en Eden, el jardín prohibido. Según la misión, debía erradicar una plaga de arañas junto a alguien más que había aceptado tal tarea. Nunca se pudo contactar con la persona, o saber quién era, así que asumió que —por obviedad— le encontraría ahí listo para la masacre. Cayó firmemente cuclillas sobre el suelo verdoso desde un portal a 2 metros de distancia de la tierra, cerca de un hombre con cabello cenizo. La cacatúa de pelaje dorado descendió al hombro de su compañera, posicionándose ahí; mientras la chica levantaba la cabeza y, consigo movía la larga cabellera oscura hacia atrás. Lentamente se puso de pie, verificando al instante si todo su equipo estaba ahí; hasta volteando por encima de su hombro —pestañeando varias veces—, para percatarse de que Kamui, la Ōdachi*, estuviera aún colgando de su espalda. Todo estaba en orden.
Volvió el rostro al frente y se percató del hombre —¿Eh? ¿Tú eres el otro sujeto? —inquirió como si nada malo sucediera en Eden. Igual, ya estaba algo acostumbrada a las misiones sorpresivas de aeon que esas arañas no iban a ser algo sumamente impresionante como un Raid Boss—. Soy Kiyohime. ¿Cómo puedo llamarte? —ladeó el rostro nipón, mirándole con cierto deje de curiosidad.
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*Ōdachi: Es una espada japonesa parecida a la nōdachi, siendo ésta a su vez se parecida a una katana. Es más alargada que la katana y la nōdachi, también es concebida como la verdadera espada de guerra en Japón, y fue utilizada por los samurái.
Kiyohime- Player
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Re: Do You Hate Spiders?
Personalmente, soy de la clase de persona introspectiva que se pasa la mayor parte del tiempo pensando en muchas cosas, y que en el mundo real, en esa vida llena de dolor y sufrimiento que varios conocen, se diría que soy bastante callado y serio, hasta el punto en que muchos creen que estoy siempre de mal humor y que soy "misterioso" a los ojos ajenos. Normalmente, pienso que esas nociones equivocadas, producto de la única lectura de las tapas de un libro, son bastante estúpidas, pero no puede evitarse pensar que, tal vez muy adentro de nosotros, existe esa capacidad innata para juzgar apresuradamente a nuestro prójimo. Algo inherente a la especie humana, a nosotros como animales "inteligentes".
Claro, en este lugar también puede decirse que soy "misterioso", pero en esta ocasión lo dejo pasar, primero y principal porque es un juego y, segundo, porque he querido que mi personaje sea de esa manera especifica: El clásico lobo solitario de expresión dura y sin emociones, que hace todo con frialdad y trabaja solo la mayor parte del tiempo, excepto cuando es necesario que así sea. Curiosamente, esa clase de acto, he notado, resulta encantador y, cabe decir, atractivo para muchas personas, en especial las del genero opuesto. Aunque es obvio que resulta agradable ser reconocido por los demás, debo cuidarme si quiero formar lazos con otras personas, mas que nada porque la teoría del G.I.R.L. siempre se encuentra en efecto cuando existe un mundo donde el anonimato de los demás está asegurado.
Lo mismo ocurre con el G.I.F.T., otra famosa teoría del siglo XXI, cuando el uso de Internet estaba prácticamente considerado como algo normal en el mundo. Claro, hoy en día no es tan fácil ocultar esa clase de rastros, porque en algún lugar de la red se encuentra lo que uno busca, siempre y cuando sepa donde debe hacerlo, pero siempre quedan remanentes de esa clase de gente, que gusta de trollear a los demás para ver sus expresiones de irritación o sorpresa.
-Ah, ya era hora.-Dije de improviso, notando que ya estaba acompañado por alguien que hasta hacia unos minutos no se encontraba allí. Harto cabe aclarar que, considerando lo que dijo esta persona, es factible considerar que esta mujer, esta... "Kiyohime", es quien me acompañaría en este trabajo.-Preferiría no dar nombres, porque esta misión posiblemente sea la única que hagamos juntos, pero si debes llamarme de alguna manera, esa seria Nue.
Diría algo así como "encantado de conocerte", pero esa clase de modales no tienen realmente mucha cabida en un mundo de acero y sangre como este, incluso cuando es virtual. Hoy día, todo el que sea conocedor de los MMO sabe muy bien sobre que podría ser catalogado como "actitudes adecuadas para un jugador serio" y, debo decir con una pequeña sonrisa de sorna, los modales caballerosos no existen, en especial en esta clase de mundos donde los recursos no son precisamente ilimitados. Ademas, tengo mejores cosas en las cuales fijarme, como por ejemplo el arma que la chica carga a su costado, junto con el ave de exótico origen y plumaje que estaba parado en el hombro de la contraria de rostro claramente oriental, contrastando notablemente con las lineas del mio propio, tan caucásico como pocos podían serlo.
Pero si había algo que si compartíamos, es que ambos teníamos la misma mirada afilada, el mismo acero en los ojos, peligrosos como armas recién creadas y deseosas de probar sangre.
-¿Pet System?-Pregunté lacónicamente dando un ligero cabeceo en dirección a la cacatúa dorada, mientras revisaba mi equipo para estar seguro de que estaba preparado para la misión de limpieza que se avecinaba. Claro, es mas fácil decir que mi "revisión de equipo" consiste en entrar en modo de combate, es decir, dejar que mis garras vean la luz-Si estas lista, vayamos a matar unos bichos. En caso contrario, quédate aquí, para no ser una molestia.
Heh, es obvio que eso fue a propósito, y sin realmente un deseo de ser un bastardo. Bueno, tal vez hay un poco de eso mezclado, pero ya de por si podía decir con total seguridad de que esa persona, esa chica con la que trabajaría, es alguien que no va a echarse atrás por tan poca cosa como pueden serlo unas arañas.
Claro, en este lugar también puede decirse que soy "misterioso", pero en esta ocasión lo dejo pasar, primero y principal porque es un juego y, segundo, porque he querido que mi personaje sea de esa manera especifica: El clásico lobo solitario de expresión dura y sin emociones, que hace todo con frialdad y trabaja solo la mayor parte del tiempo, excepto cuando es necesario que así sea. Curiosamente, esa clase de acto, he notado, resulta encantador y, cabe decir, atractivo para muchas personas, en especial las del genero opuesto. Aunque es obvio que resulta agradable ser reconocido por los demás, debo cuidarme si quiero formar lazos con otras personas, mas que nada porque la teoría del G.I.R.L. siempre se encuentra en efecto cuando existe un mundo donde el anonimato de los demás está asegurado.
Lo mismo ocurre con el G.I.F.T., otra famosa teoría del siglo XXI, cuando el uso de Internet estaba prácticamente considerado como algo normal en el mundo. Claro, hoy en día no es tan fácil ocultar esa clase de rastros, porque en algún lugar de la red se encuentra lo que uno busca, siempre y cuando sepa donde debe hacerlo, pero siempre quedan remanentes de esa clase de gente, que gusta de trollear a los demás para ver sus expresiones de irritación o sorpresa.
-Ah, ya era hora.-Dije de improviso, notando que ya estaba acompañado por alguien que hasta hacia unos minutos no se encontraba allí. Harto cabe aclarar que, considerando lo que dijo esta persona, es factible considerar que esta mujer, esta... "Kiyohime", es quien me acompañaría en este trabajo.-Preferiría no dar nombres, porque esta misión posiblemente sea la única que hagamos juntos, pero si debes llamarme de alguna manera, esa seria Nue.
Diría algo así como "encantado de conocerte", pero esa clase de modales no tienen realmente mucha cabida en un mundo de acero y sangre como este, incluso cuando es virtual. Hoy día, todo el que sea conocedor de los MMO sabe muy bien sobre que podría ser catalogado como "actitudes adecuadas para un jugador serio" y, debo decir con una pequeña sonrisa de sorna, los modales caballerosos no existen, en especial en esta clase de mundos donde los recursos no son precisamente ilimitados. Ademas, tengo mejores cosas en las cuales fijarme, como por ejemplo el arma que la chica carga a su costado, junto con el ave de exótico origen y plumaje que estaba parado en el hombro de la contraria de rostro claramente oriental, contrastando notablemente con las lineas del mio propio, tan caucásico como pocos podían serlo.
Pero si había algo que si compartíamos, es que ambos teníamos la misma mirada afilada, el mismo acero en los ojos, peligrosos como armas recién creadas y deseosas de probar sangre.
-¿Pet System?-Pregunté lacónicamente dando un ligero cabeceo en dirección a la cacatúa dorada, mientras revisaba mi equipo para estar seguro de que estaba preparado para la misión de limpieza que se avecinaba. Claro, es mas fácil decir que mi "revisión de equipo" consiste en entrar en modo de combate, es decir, dejar que mis garras vean la luz-Si estas lista, vayamos a matar unos bichos. En caso contrario, quédate aquí, para no ser una molestia.
Heh, es obvio que eso fue a propósito, y sin realmente un deseo de ser un bastardo. Bueno, tal vez hay un poco de eso mezclado, pero ya de por si podía decir con total seguridad de que esa persona, esa chica con la que trabajaría, es alguien que no va a echarse atrás por tan poca cosa como pueden serlo unas arañas.
- Notas:
- G.I.R.L.: Siglas de "Guy In Real Life" (Hombre en la vida real), es un concepto del mundo de internet en el que, por lo general, muchas personas que usan avatares y personajes femeninos son, en realidad, hombres que no tienen nada mejor que hacer y que trollean a los demás, mas que nada por el hecho de que las mujeres en los foros reciben mas atención debido a que son, precisamente, mujeres.
G.I.F.T.: Siglas de "Great Internet Fuckwad Theory" (La "Teoría del gran bastardo de internet"), una teoría (duh) que propugna que el anonimato que produce el estar al otro lado de un monitor mientras se socializa con otras personas en tiempo real hace que perdamos toda clase de inhibición moral y ética, haciendo que incluso una persona que en la vida real es amable termine convirtiéndose por el anonimato en un bastardo.
Invitado- Invitado
Re: Do You Hate Spiders?
Se encogió de hombros ante la declaración ajena, aún así recibió un nombre por el cual llamarle. Respetaba el anonimato de la gente, incluso dentro de aeon; así como el hecho de que él creyese que iba a ser la única misión compartida. Por su propia parte, ella creía que en algún momento, por azares del destino, le encontraría de nueva cuenta. En fin —Nue será —apoyó la mano zurda sobre la cadera, balanceando todo su peso en la pierna izquierda. Con un simple vistazo, plasmó en su memoria el rostro de aquel hombre. Se veía cual lobo solitario, o esa era la exacta impresión que obtenía tras observarle por unos segundos. Y, en realidad, no importaba cómo fuese su aspecto, sino lo capaz que él era y lo que podía aportar para la misión. Sin lugar a dudas quería verle en acción, porque las apariencias engañan.
—¿Mmn? No. Viene con la espada —señaló con el dedo índice a la cacatúa. Claramente no era su mascota ni lo sería. Solo era la guardiana del arma que colgaba contra la espalda de la warrior. Ante el comentario extra de él, no pudo evitar prorrumpir en una risa estruendosamente, mientras agarraba suavemente su propio estómago con ambas manos—. ¡Qué chiquillo eres! Estuve lista antes de siquiera aceptar la misión —salió corriendo hacia el jardín prohibido, demostrando su agilidad casi impropia de los de su clase guerrera—. ¡Sígueme el paso! —volvió su rostro sonriente, adornado vivazmente por la voz jovial, para mirarle. Estaba jugando con él, en realidad.
Recorrió un gran trecho en pocos segundos, para, finalmente, encontrarse con la susodicha plaga haciendo estragos. «No esperaba que estuviese impecable, pero esto está patas arribas», arrugó el entrecejo, mientras se detenía un par de segundos, buscando con la mirada a Nue —¡Auxilio! — Kiyohime abrió de par en par los ojos al escuchar una voz masculina desesperada. Aunque estuviera ejecutando esta misión en dúo, con Nue, sabía que él podía arreglárselas solo. Tampoco iba a separarse tanto de él, mas, ahora era imperante salvar a esa persona de los arácnidos. Entonces, la chica avistó —a 15 metros— al individuo que necesitaba de sus servicios siendo rodeado por un trío de arañas que deseaban devorarle. Él impedía, utilizando su rifle de soldado como una maza para golpear a los seres, que no le comience... Lo cual podría ocurrir en cuestión de segundos. Rápidamente desenvainó a Kamui, para luego desplazarse con movimientos fluidos hacia el objetivo. Debido a que estaban desprevenidas —realmente entretenidas con el soldado—, fue fácil para ella destazarlas y así eliminarlas—. ¿Se encuentra bien? —ayudó al hombre a levantarse. Él asintió claramente asustado, agradeciéndole con insistencia. Dijo que iba a buscar refuerzos, aunque tardaría y así fue como se marchó de ahí en su misión. «Encontraremos a más guardias indefensos».
Repentinamente, 25 arañas —13 bordeándole de frente y el resto a sus espaldas— surgieron de la tierra. Kiyohime mantuvo la espada envainada, mirando con desprecio a las criaturas. No era una tarea difícil, sin embargo, cuando actuaban en grupo, se complicaba el asunto. Tendría que ser cuidadosa en cada movimiento, porque el más mínimo error le causaría un game over. Por sorpresa, una de las arañas que se mantenía mirándole a los ojos, proyectó veneno por las fauces. La warrior lanzó una exclamación ahogada, echándose a un lado como reacción al ataque. No quería salir envenenada, porque eso complicaría la misión. Aquel movimiento brusco provocó que Kotori, la cacatúa, alzara el vuelo y planeara en círculos a 20 metros sobre la cabeza de su acompañante. Toda la acción estaba por comenzar, cuando dos arañas —a las cuales Kiyohime les brindaba la espalda— coordinaron el ataque anterior de la arácnida, para sentenciar a la chica.
—¿Mmn? No. Viene con la espada —señaló con el dedo índice a la cacatúa. Claramente no era su mascota ni lo sería. Solo era la guardiana del arma que colgaba contra la espalda de la warrior. Ante el comentario extra de él, no pudo evitar prorrumpir en una risa estruendosamente, mientras agarraba suavemente su propio estómago con ambas manos—. ¡Qué chiquillo eres! Estuve lista antes de siquiera aceptar la misión —salió corriendo hacia el jardín prohibido, demostrando su agilidad casi impropia de los de su clase guerrera—. ¡Sígueme el paso! —volvió su rostro sonriente, adornado vivazmente por la voz jovial, para mirarle. Estaba jugando con él, en realidad.
Recorrió un gran trecho en pocos segundos, para, finalmente, encontrarse con la susodicha plaga haciendo estragos. «No esperaba que estuviese impecable, pero esto está patas arribas», arrugó el entrecejo, mientras se detenía un par de segundos, buscando con la mirada a Nue —¡Auxilio! — Kiyohime abrió de par en par los ojos al escuchar una voz masculina desesperada. Aunque estuviera ejecutando esta misión en dúo, con Nue, sabía que él podía arreglárselas solo. Tampoco iba a separarse tanto de él, mas, ahora era imperante salvar a esa persona de los arácnidos. Entonces, la chica avistó —a 15 metros— al individuo que necesitaba de sus servicios siendo rodeado por un trío de arañas que deseaban devorarle. Él impedía, utilizando su rifle de soldado como una maza para golpear a los seres, que no le comience... Lo cual podría ocurrir en cuestión de segundos. Rápidamente desenvainó a Kamui, para luego desplazarse con movimientos fluidos hacia el objetivo. Debido a que estaban desprevenidas —realmente entretenidas con el soldado—, fue fácil para ella destazarlas y así eliminarlas—. ¿Se encuentra bien? —ayudó al hombre a levantarse. Él asintió claramente asustado, agradeciéndole con insistencia. Dijo que iba a buscar refuerzos, aunque tardaría y así fue como se marchó de ahí en su misión. «Encontraremos a más guardias indefensos».
Repentinamente, 25 arañas —13 bordeándole de frente y el resto a sus espaldas— surgieron de la tierra. Kiyohime mantuvo la espada envainada, mirando con desprecio a las criaturas. No era una tarea difícil, sin embargo, cuando actuaban en grupo, se complicaba el asunto. Tendría que ser cuidadosa en cada movimiento, porque el más mínimo error le causaría un game over. Por sorpresa, una de las arañas que se mantenía mirándole a los ojos, proyectó veneno por las fauces. La warrior lanzó una exclamación ahogada, echándose a un lado como reacción al ataque. No quería salir envenenada, porque eso complicaría la misión. Aquel movimiento brusco provocó que Kotori, la cacatúa, alzara el vuelo y planeara en círculos a 20 metros sobre la cabeza de su acompañante. Toda la acción estaba por comenzar, cuando dos arañas —a las cuales Kiyohime les brindaba la espalda— coordinaron el ataque anterior de la arácnida, para sentenciar a la chica.
- Spoiler:
- -Puedes lucirte como quieras, espero eso te ayude.
-Si hay algo que no te agrade, dímelo por MP, que no hay problema. Lo cambio.
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