Fears [Libre]

¿Que era la vida cuando ni siquiera podías recordar tu nombre, cuando eras incapaz de reconocerte en los reflejos o incapaz de saber dónde te encontrabas o qué es lo que hacías en aquel lugar? ¿Acaso existía algún refugio para alguien como ella y sus pensamientos? No, y era imposible responder a esas interrogantes, después de todo ¿Quién o qué era Moloko? Lo único que ella sabía es que estaba ahí, atrapada en pensamientos superfluos que viajaban de aquí para allá, relajando todo aquello que le complicara su estadía en ese mundo desconocido. No sabía que era la tristeza, la angustia o incluso un meta. Un día podía ser una elocuente canta-autora que llevaba felicidad a todos los jugadores de Aeon, y, al siguiente, era capaz de arrancar cabezas sólo para olvidarse de las cuestiones que rondaban en su cabeza sin respuesta.

Sin embargo, no es que fueran importante los problemas existenciales de Moloko, su único objetivo en esa vida virtual era vagar y provocar confusiones en los personajes -algo que ella ignoraba- siendo presa de un virus que la acosaba constantemente, incitando sus confusiones y paranoias.

― No pienso escucharte más, no pienso escucharte más ―susurró una voz en el aire, presa del pánico. Y ahí estaba ella, convertida en una forma abstracta que se debatía entre el ser o el no serlo, sin forma ni consistencia, como una nube gris que esparcía su agonía por cualquiera que pudiera estar cerca de ella.

Huía sin rumbo fijo, aterrada por quien la perseguía, pero aunque a su alrededor no había nadie, ella podía sentirlo en el ambiente, asechándola como siempre solía hacerlo, tratando de arrancar los pensamientos de conciencia en su sistema y sumirla en una depresión que no tenía fin alguno. Ahora se encontraba en ese estado, abatida y confundida, pávida por lo que pasaba a su alrededor y del porqué no entendía el vaivén de las sombras en la distancia.

Escuchaba sonidos en el viento, risas clandestinas que amenazaban en acabar con lo poco que le quedaba de cordura, y ella sólo continuaba cantado en agonía sus lamentos, dejando que el sonido de sus pensamientos recayera en los jugadores que pasabas a su alrededor, sin que ella pudiera observarlos. La nueva gris que la envolvía -o más bien la nube de buitres que devoraban sus circuitos- le bloqueaba los sentidos. No había escapatoria, pero continuaba huyendo, poco a poco olvidando porque es que lo hacía, más sin dejar que el dolor en su esencia cediera.

Finalmente, y después de vagar sin rumbo y con el larguissimo cubriendo sus pasos, llegó a la frontera. La forma de su nube era aún más espesa y sus interrogantes era aún más confusas. Todo a su alrededor le daba vueltas y temía por los pasos que se acercaba en su dirección. No podía ver pero aún escuchaba, no podía hablar, pero aún cantaba.

― Aléjate de mí, esté no es tu camino ―chilló, olvidándose por completo de quien la perseguía.

A su alrededor la noche atizaba, las luces de neon alumbraba las sombras y, aunque eran pocos los jugadores o programas que se encontraba a su alrededor, ella estaba sola, aislando a todos a su alrededor con su canto. Pero había alguien, había alguien que seguía rondando junto a ella una vez que había llegado a ese lugar. Se preguntaba quién era, podía sentir sus pasos y el cambio del viento en el aire. Tanto misterio comenzaba a hacerla enfadar y sólo había una cosa que ella sabía hacer cuando se enfadaba. Esperaba que, quien sea que fuera que estuviera ahí, tuviera protección, pues una vez que su hoax se implantaba no había nada por hacerse.

Notas del Autor:

¿Cómo había llegado ahí? Se preguntaba el pequeño programa sin parar de mirar a su alrededor, un poco nervioso por no reconocer nada en el panorama. Lo último que recordaba era haber sido arrastrado por la multitud de Rinzer hacia un extraño túnel que brillaba. Y... ¡puf! Una luz enorme lo mando a ese lugar.

Recordaba seguir vagando a tientas después de eso. No sabía por que, pero la luz lo había echó marearse, y ahora no sabía por donde volver.

- ...ahora a donde voy o.õ? -siguió rondando un poco más, siguiendo las luces de neón que habían aparecido de la nada, cuando oyó una melodía. Era hermosa, pero el solo sonido le traía una sensación extraña y bastante familiar, aunque por alguna razón no recordaba el porque. Trato de seguir el origen de la canción, pero entre la gente era algo difícil de encontrar.

Empezó a correr más rápido, desesperado por una razón desconocida a encontrar a la persona que cantaba. Fue tal el deseo, que pronto se encontraba corriendo en cuatro patas. ¿Por qué lo hacía?

Fue tras unos segundos de búsqueda, por fin dio con el origen de la melodía. Era una chica de cabello largo y bonito, que caminaba con lentitud, y que por alguna razón, la gente parecía evitarla, ya que no había nadie caminando cerca de ella. Con un poco de nervios al principio, decidió acercarse de manera lenta.- Ahmm.. nee-cha, are you alright o^õ? - preguntó con timidez sin dejar de acercarse.